Libre y salvaje

Uno no es nadie en el mundo del jazz si no sabe quien es Avishai Cohen. ¡°?Pero a cual 'Avishai Cohen' se refiere Vd.?¡±. Resulta que, a falta de uno, hay dos ¡°Avishai Cohen¡±; uno, reconocido, que toca el contrabajo y vive en Tel Aviv; y otro, por conocer, que naci¨® en esa misma ciudad, vive en Nueva York y toca la trompeta. El aficionado fet¨¦n se ofende ante la duda: Avishai Cohen, a ciertos efectos, s¨®lo hay el trompetista, joven talento convertido en m¨²sico de culto, y qu¨¦ cosa hay que guste m¨¢s al aficionado que eso.

Pues bien, fue ¨¦ste Avishai Cohen, el semioculto genio en la sombra de apenas 35 a?os con aspecto de gur¨² maharishi, el que se dej¨® caer ayer martes por el madrile?o Caf¨¦ Berl¨ªn, dentro del ciclo ¡°1906 Jazz¡±, para solaz y disfrute de los muchos connoisseurs jazz¨ªsticos que habitan los subterr¨¢neos de nuestra ciudad y pusieron el local a reventar, a 10 € la entrada; una ganga. Y fue un concierto tremendo, de los que levantan al respetable de sus asientos si no fuera porque, en el Berl¨ªn, la mitad del personal est¨¢ de pie y la otra no tiene modo de levantarse del asiento sin tirar el gin tonic al suelo.

En la m¨²sica de Cohen hay pasi¨®n, y fuego, y todas esas cosas que uno encuentra en el jazz y en ninguna otra m¨²sica. Como trompetista, hay quien le saca parecido a Clifford Brown y quien a Don Cherry, en realidad, se parece a los dos. Luego, que no se le caen los anillos (los lleva) por tocar Portrait, de Mingus, o Wise one, de Coltrane, piezas que ya nadie toca si no es bajo amenaza de excomuni¨®n. En realidad, da igual lo que toque, su m¨²sica swingea siempre y en todo lugar; algo que no puede definirse con palabras, ni falta que hace. El que tiene swing, tiene swing, y el que no, a vender cupones al Metro. Avishai Cohen lo demuestra: se puede ser moderno y tener swing. Aleluya.

En su estreno como l¨ªder en nuestra ciudad, el israelita actu¨® acompa?ado por el gallego Iago Fern¨¢ndez, a la bater¨ªa, y por Reiner Elizarde, El Negr¨®n, cubano, residente en Madrid, al contrabajo, dato a tener muy en cuenta por cuanto el trompetista no gusta de acompa?arse por otros que no sean sus habituales. Sin apenas tiempo para otra cosa que conocerse y como si llevaran toda la vida tocando juntos, pero esa es la magia del jazz; imitadores, abstenerse.

La m¨²sica de Avishai Cohen, la que pudimos escuchar anoche en el Berl¨ªn, es un caballo libre y salvaje que nos arrastra a su paso; un canto de amor al Jazz con may¨²sculas. Para m¨¢s informaci¨®n, su ¨²ltimo disco, Triveni Il. Merece la pena.