El reto de salir de Madrid a pie
Abandonar la capital andando o en bicicleta sin obst¨¢culos insalvables es muy complicado Salvo algunas rutas consolidadas, carreteras, v¨ªas ferroviarias y edificios ocupan las v¨ªas pecuarias
?Qu¨¦ pinta un reba?o de ovejas en medio del campo de golf municipal de Majadahonda? ?Y unos excursionistas escoltados por la Guardia Civil en fila por el arc¨¦n de la M-30 a la altura de Puerta de Hierro? Realmente nada si estas infraestructuras, como tantas otras en cualquier lugar de la regi¨®n madrile?a, no hubieran interrumpido el trazado de las v¨ªas pecuarias, un sistema de rutas ancestrales utilizadas por los ganaderos en la trashumancia y que ahora podr¨ªan usar los madrile?os como zonas recreativas y de ocio.
Ambas escenas forman parte del anecdotario de un grupo de ecologistas en su empe?o por recuperar caminos que permitan salir de Madrid dejando el coche aparcado, y sin jugarse la vida por las carreteras. ¡°Los casos de Majadahonda y de la M-30 ya est¨¢n solucionados, pero por lo general es muy complicado salir de Madrid sin tropezarte con autopistas, v¨ªas de tren, edificaciones o fincas privadas que te cortan el paso¡±, advierte Juan Garc¨ªa Vicente, uno de los promotores de la idea y miembro de Ecologistas en Acci¨®n. Su pretensi¨®n es institucionalizar rutas con el respaldo de la administraci¨®n p¨²blica, que se conozcan y por las que pueda transitar cualquier persona. ¡°Por supuesto, si te empe?as puedes encontrar otras v¨ªas de escape, pero con dificultades y que solo conocen los que las usan¡±, advierte.
De momento, han logrado consolidar dos recorridos: La Senda Real (GR-124), 48 kil¨®metros desde la Estaci¨®n de Pr¨ªncipe P¨ªo a Manzanares El Real, y la Senda de las Merinas, de 53,7 kil¨®metros, inaugurada en la primavera de 2003, que parte de la Casa de Campo hacia San Lorenzo de El Escorial. En el trazado de esta ¨²ltima subsisten todav¨ªa 13 cruces con carreteras que incumplen la Ley de V¨ªas Pecuarias. La Comunidad de Madrid denomina a este recorrido Corredor Casa de Campo-Sierra de Guadarrama y lo ampl¨ªa a 60 kil¨®metros conect¨¢ndolo con el corredor de la Ca?ada Real Leonesa Oriental.
Junto a ellas, los ecologistas han dise?ado un tercer itinerario circular de 19 kil¨®metros de longitud, ideado para acceder tambi¨¦n desde la Casa de Campo a los municipios de Alcorc¨®n y Legan¨¦s y regresar al punto de partida por Carabanchel Alto y Aluche. El camino de Santiago, que conecta con la Senda Real (GR-124) en Valdelatas, es otro de los itinerarios que permiten dejar atr¨¢s la ciudad a pie.
Es el principio. De la pr¨®xima tacada esperan ampliar la Senda Real hacia el sur con el objetivo de unir Madrid con Aranjuez. Un itinerario que se puede realizar en la actualidad partiendo de Madrid R¨ªo para continuar por el Parque Lineal del Manzanares y, a la altura de Getafe, en la pedan¨ªa de Perales del R¨ªo, tomar un camino rural hasta Aranjuez. ¡°Pero con problemas, como, por ejemplo, una gravera que interrumpe el Cordel de los Manchegos entre San Mart¨ªn de la Vega y Titulcia¡±, explican los ecologistas.
En la regi¨®n existen 4.200 kil¨®metros de v¨ªas pecuarias ¡ªca?adas de 75 metros de ancho; cordeles, de 37,5; veredas, de 20; y coladas, de menos de 20¡ª que, seg¨²n datos oficiales, cubren unas 15.000 hect¨¢reas. Una cifra ¡°con trampa¡±, matiza Hilario Villalvilla, ge¨®grafo especialista en v¨ªas pecuarias. ¡°Habr¨ªa que restarle los 1.600 kil¨®metros que se calcula est¨¢n ocupados¡±, aclara. El c¨®mputo oficial incluye lugares como la Plaza de Castilla, Bravo Murillo, Santa Engracia o Alonso Mart¨ªnez, entre otros, que jur¨ªdicamente contin¨²an ostentando la calificaci¨®n de v¨ªas pecuarias. En el resto de Espa?a la situaci¨®n es similar. De los 125.000 kil¨®metros de v¨ªas pecuarias que exist¨ªan quedan unos 85.000. Con un agravante, se?ala Villalvilla: ¡°El 76% de lo que queda presenta diversos grados de ocupaci¨®n¡±.
Como ocurre en el este de Madrid. Grandes infraestructuras como la M-50, la M-45 o las l¨ªneas del tren de alta velocidad, que impiden pr¨¢cticamente el paso. Hacia el sureste, el camino natural discurre por la Ca?ada Real Riojana o Galiana (400 kil¨®metros de La Rioja a Ciudad Real). A su paso por territorio madrile?o se ha transformado en una calle repleta casas y chabolas, en los t¨¦rminos municipales de Coslada, Rivas (tres kil¨®metros) y, en su mayor parte (unos 13 kil¨®metros) por los distritos de Vic¨¢lvaro y Puente de Vallecas.
¡°Se puede avanzar por el viario convertido en urbano, pero en Pinto te tropiezas con la autov¨ªa de Andaluc¨ªa (A-4). Habr¨ªa que hacer un bucle, pasar la carretera por arriba y atravesar el pueblo. Muy complicado¡±, apunta Villalbilla. El ge¨®grafo describe como ¡°asalto¡± la desafectaci¨®n de 14,4 kil¨®metros de esta Ca?ada, que ha decidido llevar a cabo el Gobierno Regional madrile?o para legalizar las edificaciones que han ido invadiendo la v¨ªa desde los a?os sesenta, pero sin trasladar el espacio p¨²blico detra¨ªdo a otro lugar.
¡°Es la primera vez que ocurre algo as¨ª con una ca?ada intracomunitaria, que conectaba el norte y el sur de Castilla y llegaba hasta Caba?eros¡±, afirma Villalvilla. El camino, ya cercenado sin soluci¨®n, sufre tambi¨¦n cortes de varias carreteras, entre ellas las autov¨ªas A-2 y la A-3, p¨¦rdida de terreno por el crecimiento de n¨²cleos urbanos como Coslada y San Fernando de Henares, adem¨¢s de otras ocupaciones ilegales.
Las rutas de salida de la Senda Real y de las Merinas se han dise?ado ¡°aprovechando tramos de ca?adas, veredas y cordeles¡±, describe Garc¨ªa Vicente. La Senda Real (GR-124) tiene su origen en un antiguo camino que un¨ªa el Real Alc¨¢zar de Madrid con el Palacio de El Pardo. Se interna, tras atravesar el Puente de los Franceses, bordeando la M-30, por un camino flanqueado por pl¨¢tanos, algunos con 200 a?os. Se plantaron a comienzos del siglo XIX. En 2008 el Consorcio Urban¨ªstico de la Ciudad Universitaria, en el que participaba el Ayuntamiento, invirti¨® 2,5 millones en acondicionar los 2,6 kil¨®metros iniciales que discurren entre el Puente de los Franceses y el eje de Puerta de Hierro.
Prevenir antes que curar
Existen armas legislativas para proteger y conservar los caminos p¨²blicos de tal forma que no se puedan usurpar, o en caso de que ocurra, poder demostrar que son bienes de dominio p¨²blico. Hilario Villalvilla, ge¨®grafo y experto en v¨ªas pecuarias, ofrece una gu¨ªa de las posibles opciones:
Inventario: Los ayuntamientos son responsables de elaborar una lista de caminos de titularidad p¨²blica que discurren por sus municipios.
Deslinde: Una vez catalogados, es necesario establecer la separaci¨®n con las propiedades colindantes.
Inscripci¨®n en el Registro de la Propiedad: Se ha demostrado que es un m¨¦todo infalible para establecer qui¨¦n tiene la posesi¨®n del terreno.
Catastro inmobiliario: Una vez que ayuntamiento tenga aprobado el inventario debe inscribirlo en el catastro. De esta forma se establece que el viario pertenece al t¨¦rmino municipal.
Instrumentos de planeamiento: Deben aparecer en los planes generales de ordenaci¨®n urbana u otros instrumentos similares con alg¨²n tipo de calificaci¨®n que los proteja, como suelo urbanizable, de protecci¨®n o sistema general, adem¨¢s de incorporar su normativa reguladora.
Ordenanzas municipales: Deber¨ªan abarcar la planificaci¨®n, construcci¨®n, conservaci¨®n, financiaci¨®n, explotaci¨®n, protecci¨®n y derechos de uso y edificaci¨®n de los propietarios colindantes.
El camino, al alcanzar la calle Arroyo Fresno, donde confluye en este punto con el anillo verde ciclista, se desdibuja y el usuario corre el riesgo de despistarse. ¡°Ojo, hay que atravesar la pasarela pintada de azul y atravesar la M-30¡±, previene el ecologista. A partir de ah¨ª aparecen pintadas grafiteras que sustituyen, de una forma un tanto chapucera, a una se?alizaci¨®n m¨¢s digna. Les ha costado a?os. ¡°Muchos, creo que empezamos en 1997¡±, rememora Garc¨ªa Vicente. Detr¨¢s de la iniciativa estaba ayudar a un amigo que se recuperaba de las secuelas de un grave accidente de esqu¨ª. ¡°La Dehesa de la Villa se le qued¨® peque?a para andar y nos dimos cuenta de que era imposible seguir mucho m¨¢s all¨¢¡±, explica.
El largo periplo se recuerda encadenado, alicates en mano cortando verjas met¨¢licas, discutiendo con guardas, interponiendo denuncias, y sobre todo, d¨¢ndose de bruces con la incomprensi¨®n de pol¨ªticos que ¡°a fuerza de dar la lata se ha transformado, a veces, en comprensi¨®n¡±. Como cuando consiguieron, mediante un acuerdo con el Ministerio de Fomento y Patrimonio Nacional, detraer al Club Puerta de Hierro un camino de cuatro metros durante unos dos kil¨®metros para la Senda Real. O la pasarela por la que se supera el antes insalvable eje de Puerto Hierro, sobre Sinesio Delgado. ¡°La miro y no me lo creo¡±, se asombra todav¨ªa.
La Comunidad de Madrid propone, adem¨¢s, otros dos itinerarios: el corredor de la Pedriza a Santiago de Compostela, que tiene su inicio, ya abandonada la ciudad, en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, en las inmediaciones del anillo verde ciclista, y el corredor El Pardo-Montejo de la Sierra que parte del mismo lugar. ¡°El potencial es enorme, pero hay que ponerse con ello, porque en muchas zonas solo sobreviven tramos y la ¨²nica opci¨®n es coger el coche y alejarse 15 o 20 kil¨®metros de la ciudad¡±, sostiene Villalbilla. Una situaci¨®n dif¨ªcil de entender dada la alta protecci¨®n de la que gozan. Las v¨ªas pecuarias son bienes de dominio p¨²blico, por lo tanto inalienables, imprescriptibles e inembargables. De titularidad de las comunidades aut¨®nomas, que se rigen por la Ley 3/95 de V¨ªas Pecuarias y sus desarrollos auton¨®micos.
Pilar Vega, profesora del departamento de Geograf¨ªa Humana de la Facultad de Geograf¨ªa de la Universidad Complutense, explica que el abandono de la actividad agr¨ªcola y ganadera en los a?os cincuenta y sesenta propici¨® la ocupaci¨®n actual. Los desarrollos urban¨ªsticos ¡°mal ejecutados¡± dieron la puntilla. Las ocupaciones interrumpen los caminos tradicionales, impiden acceder al entorno, al espacio natural, pero tambi¨¦n ir de un municipio a otro. ¡°Lo que hab¨ªa se pod¨ªa haber aprovechado, incluso como corredores ecol¨®gicos¡±.
Vega hace un llamamiento a la Administraci¨®n P¨²blica para que aumente las inspecciones y vele por la continuidad de los caminos p¨²blicos. ¡°Hasta la fecha, si los ciudadanos no protestan, la infracci¨®n se queda ah¨ª¡±.
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