¡°Hay grupos organizados para atacar la igualdad¡±
La abogada Amparo D¨ªaz est¨¢ especializada en casos de violencia machista
La abogada Amparo D¨ªaz (Sevilla, 1966) lleva 20 a?os volcada en las v¨ªctimas m¨¢s vulnerables: ni?as que sufren abusos sexuales, mujeres presas de la violencia machista y todas las nuevas derivadas del cibercrimen, un amplio campo en el que los acosadores chantajean a sus v¨ªctimas y donde la polic¨ªa apenas da abasto. D¨ªaz identifica las graves carencias y agujeros de la justicia, ese servicio vital del Estado, tan cuestionado. La luz de su bufete no hace justicia a la calidad de las pinturas y grabados colgados en las paredes, un sano alivio ante la gravedad de los relatos que deben resonar en el despacho.
Pregunta. Hay voces muy cr¨ªticas con el sistema judicial.
Respuesta. El sistema hace aguas, pero sobre todo est¨¢ francamente mal dise?ado. Incluso arregl¨¢ndolo para que no hiciera aguas, estar¨ªa obsoleto. Este sistema fue pensado para una ¨¦poca en la que solo los temas patrimoniales eran responsabilidad de la Administraci¨®n, tanto a nivel penal como civil. Y todos los temas de familia o sexualidad quedaban bajo el poder del padre. Si un hombre violaba a la hija de otro, se entend¨ªan entre ellos. Cuando se ha reclamado a la justicia que responda por estas acciones, no ha sabido responder.
P.?C¨®mo se invierte este sistema obsoleto?
R. Tenemos que cambiar de arriba abajo los profesionales que trabajamos en esta materia.
P.?Hay una soluci¨®n radical?
R. Los reciclamos a todos. Estudiamos un derecho obsoleto y tenemos que estudiar el derecho del siglo XXI. Estudiamos cosas que no se corresponden con la realidad. Salimos de la Universidad con una formaci¨®n muy deficitaria a la hora de ejercer los derechos fundamentales, que deben actualizarse con la sociedad. Y no los hemos actualizado. Los delitos de violencia de g¨¦nero son los que m¨¢s se cometen y los que menos estudiamos durante la carrera.
P. ?Entonces su primer tir¨®n de orejas ser¨ªa a los decanos?
R. No s¨¦ hasta qu¨¦ punto tienen libertad para cambiar los planes de estudio, pero s¨ª que mi primer tir¨®n ser¨ªa para la Universidad y luego fiscal¨ªa y servicios sin especializaci¨®n real.
P. ?Ve pocas profesionales en su campo?
R. Nadie quiere meterse en los abusos sexuales porque es cuestionar nuestro sistema y plantearnos que una persona con un traje estupendo puede ser un abusador sexual. Muy pocas personas est¨¢n dispuestas a enfrentarse a ese terror.
P. Mujeres, ni?as, chicas adolescentes... ?hace falta ser una letrada de una pasta especial?
R. Me veo bastante completa porque aplico psicolog¨ªa, psiquiatr¨ªa, filosof¨ªa, victimolog¨ªa y derecho. No puedes ser un jurista convencional que no se cuestiona c¨®mo la ley se tergiversa constantemente en beneficio del sistema patriarcal. Si el bufete llevara poco tiempo no saldr¨ªa adelante. Hay casos que llevo por menos dinero y no puedo dejar que el dinero me afecte.
P. ?Hay un retroceso en la sociedad despu¨¦s del primer impulso que propici¨® la ley contra la violencia de g¨¦nero?
R. Peor que relajarse, grupos sociales se han organizado para atacar el trabajo por la igualdad. Est¨¢n organizados. No es casual que se difundan las im¨¢genes de feminazis por tantos sitios, cuando el feminismo solo ha tra¨ªdo beneficios a tantos colectivos que han luchado por sus derechos. La ley de violencia de g¨¦nero pretend¨ªa transformar la sociedad. Pero se crearon grandes expectativas sin que se desarrollaran las estructuras.
P. ?Es el cibercrimen una asignatura pendiente de la polic¨ªa y los jueces?
R. Los cibercriminales nos llevan a?os de ventaja y siempre pensamos en el fraude online y que es de una persona an¨®nima a otra an¨®nima. Y hay mujeres localizadas con GPS, con cuentas pirateadas, im¨¢genes desnudas de ellas subidas a Internet y de nuevo nos fijamos en la parte del cibercrimen que tiene que ver con los da?os econ¨®micos y no con los da?os personales.
P. La violencia machista afecta a todas las mujeres, tambi¨¦n a jueces o polic¨ªas.
R. Est¨¢ totalmente diluida en nuestra sociedad. El machismo es at¨¢vico y no es un ataque a la inteligencia ni a la formaci¨®n, sino a las emociones. La persona abusadora al principio es maravillosa. Cuando ya tiene un nexo de dependencia con la v¨ªctima, entonces saca su otra cara. Por eso hay polic¨ªas y mujeres trabajadoras en centros de mujer que han sufrido malos tratos, e incluso asesinaron a una.
P. ?Hay algo concreto que les imposibilita sacarlo a la luz?
R. La primera estrategia del acosador es minimizar siempre a la v¨ªctima y estas mujeres brillantes y con poder piensan que deben protegerle a ¨¦l, sufren mucho la fantas¨ªa de cambio. Les cuesta tomar conciencia de que tienen que hacer p¨²blico lo que est¨¢n viviendo. Entonces reciben la amenaza de que nadie las va a creer porque son brillantes y que se difundir¨¢n injurias por todo su entorno y por Internet. El da?o del desprestigio puede ser enorme.
P. Las nuevas tasas afectar¨¢n a sus clientes menos pudientes.
R. Y genera desconcierto en muchos juzgados. Los procuradores de los pueblos no saben c¨®mo interpretar ciertas tasas, como el uso de viviendas sobre menores. Dependiendo del tribunal, pagas tasas o no. Estamos en un momento de desconcierto. La imagen de la justicia es que volvemos al tercer mundo, todos somos impunes y podemos hacer un trabajo chapucero porque es lo que toca ahora.
P. El Rey nos recuerda que todos somos iguales ante la ley. ?Discrepa usted?
R. Que una persona que es inimputable e inviolable por la Constituci¨®n nos diga que todos somos iguales, suena un poco a chiste. No, no todos somos iguales ante la ley. En absoluto.
P. ?Contribuyen los jueces al af¨¢n recaudatorio del Gobierno central con las tasas?
R. Algunos jueces sorprenden por su compromiso social y por cuestionar las leyes teniendo como gu¨ªa la justicia. Otros jueces en cambio se est¨¢n acomodando a la situaci¨®n porque significa menos pleitos y por tanto menos trabajo.
En lucha contra la trata de mujeres
- Amparo D¨ªaz coordina el turno de oficio contra la trata de mujeres del Colegio de Abogados de Sevilla. Un compromiso para intentar paliar el infierno de las mujeres atrapadas en las redes de prostituci¨®n. ?C¨®mo atajar este c¨ªrculo vicioso que casi ninguna abandona a tiempo? "Hay que hacer una intervenci¨®n integral y trabajar tambi¨¦n con los usuarios, con los puteros y comprender lo que significa la prostituci¨®n. Una chica no llega porque no sabe si hacer un m¨¢ster en neurocirug¨ªa o dedicarse a la prostituci¨®n. Siempre ha sido maltratada, enga?ada, sufri¨® extrema pobreza, abusos sexuales o drogadicci¨®n. Y la crisis ha incrementado que se exploten a m¨¢s mujeres". ?Y su empuje para persistir? "La moral me la da saber que hay chicas que han vuelto seis y siete veces, y finalmente est¨¢n fuera", dice.
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