Emigrantes de segunda generaci¨®n
Los padres de Joaqu¨ªn Aleu se fueron a Alemania en los sesenta. Ahora es su hija la que se va
Joaqu¨ªn Aleu es un cap¨ªtulo intermedio en un libro de viajes. El de la reciente historia de Espa?a. A los nueve a?os se march¨® a Holanda. Su padre hab¨ªa conseguido un trabajo en una f¨¢brica, un empleo que no encontraba en su ciudad, San Fernando (C¨¢diz). De su infancia recuerda escuelas y calles holandesas y alemanas. ?l volvi¨® a su tierra al cumplir la mayor¨ªa de edad. Se alist¨® en las fuerzas armadas. Ahora, con 57 a?os, como en una jugada del destino, es su hija, de 34, la que se marcha a Alemania. Lo asume con la resignaci¨®n del que se ha acostumbrado a aceptar el tiempo que le ha tocado vivir. ¡°Me duele pero, visto lo visto, me alegro de que, al menos, haya encontrado un trabajo¡±, declara Aleu.
El padre de Joaqu¨ªn viaj¨® por primera vez al extranjero en 1962. ¡°Entonces hab¨ªa mucho paro y tambi¨¦n facilidades para que te pudieras marchar¡±, recuerda. El Gobierno de Franco instal¨® en varias ciudades oficinas de migraci¨®n para facilitar los viajes a los espa?oles que quer¨ªan dar el salto, bien a Europa, o bien a Am¨¦rica. Su primera parada fue Limburg, al sur de Holanda. Dos a?os m¨¢s tarde se traslad¨® a Alemania, a un peque?o pueblo pr¨®ximo a Colonia, de apenas 200 habitantes, pero con una enorme f¨¢brica de contrachapado. Fue all¨ª donde consigui¨® el visado para traerse con ¨¦l a su mujer y a su hijo.
Despu¨¦s de tres a?os en Alemania, la familia regres¨® a Holanda. Su nuevo destino fueron unos altos hornos, donde hab¨ªa 36.000 obreros. Joaqu¨ªn pudo recibir clases de holand¨¦s y sacarse el t¨ªtulo de formaci¨®n profesional de especialista en instalaciones el¨¦ctricas. ¡°Con esa preparaci¨®n, ten¨ªa muchas opciones de quedarme¡±. Pero opt¨® por regresar a Espa?a y alistarse en el Ej¨¦rcito. Acababa de cumplir 18 a?os y esa apuesta le ha permitido vivir, hasta ahora, en su ciudad natal. Sus padres tardaron algo m¨¢s en regresar, cuando su madre enferm¨® y su padre pudo jubilarse. En la Asociaci¨®n Gaditana de Emigrantes Retornados (Agader), que entonces acababa de nacer, le gestionaron su pensi¨®n y todav¨ªa hoy les solventan el papeleo. ¡°En Holanda las cosas funcionan muy bien pero piden documentos cada dos por tres¡±, se queja.
Y es ahora cuando ¨¦l vuelve a decir adi¨®s a alguien querido que se marcha a Alemania. Su hija Susana, de 34 a?os, maestra de educaci¨®n especial, ha encontrado empleo all¨ª tras un largo tiempo de incertidumbre laboral en San Fernando. ¡°Abrimos una ludoteca pero, al a?o y medio, tuvimos que cerrarla¡±. Entonces la puerta de la emigraci¨®n volvi¨® a abrirse. Una de las llaves la ten¨ªa una hermana de la mujer de Joaqu¨ªn, que lleva residiendo en Alemania desde hace 14 a?os. ¡°Susana ha tenido la suerte de tener a su t¨ªa all¨ª y facilitarle mucho las cosas. Para empezar, un lugar donde vivir gratis¡±. Su hija encontr¨® r¨¢pidamente un empleo, en una f¨¢brica de repuesto de coches, donde ganaba 600 euros mensuales, y de limpiadora, que le generaba otros 200 euros.
¡°Aqu¨ª hay trabajo pero no se puede venir a la aventura¡±, explica Susana desde Alemania. Ella, antes de marcharse, dio un curso intensivo de alem¨¢n, que ahora ha podido reforzar con clases que le dan en su centro de trabajo. Su padre elogia las facilidades de adaptaci¨®n que ofrece el pa¨ªs. ¡°Al no alcanzar el sueldo m¨ªnimo, te ayudan con 280 euros para mantener la casa, te subvencionan los desplazamientos y hasta en el paro te dan 30 c¨¦ntimos por cada curr¨ªculum que env¨ªas¡±.
Susana acaba de firmar un contrato de un a?o en un colegio para impartir clases. En mayo se examina para conseguir el t¨ªtulo oficial alem¨¢n de profesora. Su idea ahora es convertirse en maestra de espa?ol. ¡°No me vuelvo¡±, le ha dicho a sus padres. Porque all¨ª puede so?ar. Tener esperanzas.
Joaqu¨ªn est¨¢ tranquilo porque sabe que Susana se ha preparado y teme por esos tantos que se han ido sin pensarlo. ¡°Puede que haya empleo pero, si no te preparas, las pasas canutas¡±, resume. Solo eleva el tono cuando recuerda a los que definen el viaje de su hija como movilidad exterior, como lo nombr¨® la ministra de Empleo, F¨¢tima B¨¢?ez. ¡°Son los que dicen que estamos sacando cabeza. Que le pregunten a los que est¨¢n en paro o se tienen que ir al extranjero, si est¨¢n sacando cabeza. ?Se creen que los que se marchan van a hacer turismo? Yo no me lo explico¡±. Le duele esa frivolidad verbal pero acepta esta carambola de la Historia de Espa?a que le ha tocado. La de una generaci¨®n que vio marchar a sus padres al extranjero y ahora dice adi¨®s a sus hijos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.