Universidad en tiempos de crisis
El sistema universitario p¨²blico es clave en el desarrollo social
Estamos atravesando una grave crisis econ¨®mica de hondas implicaciones sociales que amenaza nuestro estado de bienestar. Las pol¨ªticas de austeridad no solucionan, entre otros, uno de los principales problemas de nuestro pa¨ªs, el paro, que afecta a m¨¢s de la mitad de los y las j¨®venes.
Las pol¨ªticas dirigidas a la creaci¨®n de empleo han de estar en el centro de las instituciones y del tejido productivo. Una mejor formaci¨®n y nivel educativo permitir¨¢n mayor acceso a empleo de calidad, el desarrollo de nuestros profesionales, y con ello, el crecimiento de los niveles de bienestar econ¨®mico y social, hoy en retroceso.
El sistema universitario p¨²blico es clave en este desarrollo social. Lo ha sido en momentos cr¨ªticos de nuestra historia reciente. La universidad p¨²blica fue uno de los factores decisivos como motor del cambio durante la transici¨®n. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, y desde la recuperaci¨®n de la democracia, ha sido un elemento crucial en la democratizaci¨®n del conocimiento, en la incorporaci¨®n de la mujer al mundo profesional y al espacio p¨²blico, respondiendo a la demanda de educaci¨®n de amplios sectores sociales, e incrementando notablemente el nivel formativo de nuestra ciudadan¨ªa d¨¢ndole cohesi¨®n social.
En ella se formaron tambi¨¦n generaciones de gobernantes que hoy no pueden caer en la tentaci¨®n de delegar en manos privadas estas funciones, pues la universidad p¨²blica, la educaci¨®n en general, es nuestro patrimonio com¨²n a defender.
Las pol¨ªticas de austeridad no solucionan, entre otros, el paro, que afecta a m¨¢s de la mitad de los j¨®venes
Las universidades p¨²blicas aceptaron el reto del desarrollo territorial. Crearon parques cient¨ªficos abiertos a la I+D+i empresarial, trabajan con los sectores productivos para impulsar la transferencia de conocimiento a las empresas, apostando por programas de creaci¨®n de spin off y apoyo a emprendedores. Lideramos la recepci¨®n de Erasmus entre las universidades europeas. Generamos las dos terceras partes de la producci¨®n cient¨ªfica, situando a Espa?a en el mapa mundial de la investigaci¨®n. Del an¨¢lisis de diversos rankings internacionales se constata que ocupamos posiciones superiores a las de nuestra econom¨ªa, con algunos centros universitarios entre los cien primeros del mundo. Los informes del IVIE avalan la contribuci¨®n social y econ¨®mica realizada por las universidades p¨²blicas en t¨¦rminos de generaci¨®n de capital humano, movilidad social y creaci¨®n de riqueza, incluyendo su rentabilidad fiscal. Debemos por tanto hablar de inversi¨®n, no de gasto, en educaci¨®n superior.
Frente a esta realidad, las pol¨ªticas de ajuste emprendidas en estos a?os han impuesto un recorte significativo en el presupuesto de las universidades p¨²blicas, a lo que se une una importante subida de las tasas acad¨¦micas a las y los estudiantes. Estas medidas, unidas a una insuficiente dotaci¨®n de becas, que nuestro pa¨ªs oferta muy por debajo de la media europea, ponen en riesgo la equidad en el acceso a la Universidad, y pueden suponer la p¨¦rdida de lo conseguido por una sociedad democr¨¢tica.
La comunidad universitaria no se reconoce en la visi¨®n expresada en el informe de expertos del Ministerio de Educaci¨®n, en el que se habla de la "muy insuficiente" calidad del sistema universitario espa?ol. Hubiera sido preferible partir del reconocimiento de nuestros logros como universidad p¨²blica, tanto en el ¨¢mbito acad¨¦mico como cient¨ªfico y social. La universidad est¨¢ abierta a la reflexi¨®n, la autocr¨ªtica y la mejora continua de su calidad. Sabemos que en un escenario de financiaci¨®n restrictivo ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil asumir los retos a los que nos enfrentamos, pero tenemos capacidad para identificar las oportunidades y comprometernos a dise?ar y construir la universidad del futuro.
En los campus universitarios se han venido sucediendo protestas, manifestaciones y huelgas que expresan con rotundidad el rechazo a unas pol¨ªticas que sentimos como amenaza a los servicios p¨²blicos y a los logros del modelo social europeo basado en un crecimiento inteligente, inclusivo y sostenible. La universidad p¨²blica padece en los ¨²ltimos a?os una creciente y angustiosa insuficiencia financiera, con aplazamientos y recortes que amenazan la calidad de nuestras actividades. En este escenario, la universidad debe mantener sus reivindicaciones con toda firmeza. Ante esta pol¨ªtica que nos viene impuesta debemos defender la educaci¨®n p¨²blica como una importante prioridad social, y m¨¢s en tiempos de crisis. No es s¨®lo el empleo, no es s¨®lo la econom¨ªa, es el valor social del conocimiento. No hace falta reincidir sobre el fracaso que supone recortar sin crear. Debemos estar muy atentos en estos tiempos de crisis para que nuestra universidad no pierda lo que le es esencial; su car¨¢cter de p¨²blica, su condici¨®n abierta, plural y laica, y el esfuerzo de todas y todos por mantener la m¨¢xima calidad. Desde la autonom¨ªa universitaria, este valor de lo p¨²blico representa nuestra mejor oportunidad y garant¨ªa de futuro. Mantenerlo es nuestro compromiso.
Esteban Morcillo, rector de la Universitat de Val¨¨ncia
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