Calabazas que hacen m¨²sica
El mercado de San Miguel celebra su centenario con un concierto


?Qu¨¦ se puede hacer con una zanahoria y un taladro? Pues nada, dir¨¢ cualquiera. Nada salvo que usted pertenezca a la Orquesta Vegetal de Viena. Entonces s¨ª: se viene a Madrid, se planta en el mercado de San Miguel, que ha querido celebrar su primer centenario con la madre de todas las extravagancias, y se pone a perforar zanahorias, ahuecar pimientos y lijar puerros. Y as¨ª, obtiene una flauta, o un xil¨®fono o un cuerno como el de los vikingos hecho con un r¨¢bano y un pimiento verde. Y hasta un tromb¨®n con una calabaza gigante. Y luego, da un concierto.
La peculiar Vegetable Orchestra es un grupo de amigos de la capital de Austria que desde hace 15 a?os recorre los escenarios m¨¢s prestigiosos del mundo dando conciertos con instrumentos fabricados ¨²nicamente con hortalizas. Ayer, el popular mercado acogi¨® un recital privado para conmemorar sus primeros cien a?os de vida y los cuatro que lleva en marcha desde que fue restaurado y reabierto al p¨²blico. Pegado a la plaza Mayor y considerado Bien de Inter¨¦s Cultural, este centro de alimentaci¨®n ha pasado de servir a las amas de casa del barrio a principios del siglo XX a hacerse famoso como espacio de reuni¨®n de los mejores productos gourmet en los 33 puestos con los que cuenta hoy.

?Por qu¨¦ un concierto con vegetales? ¡°San Miguel resume la primera manifestaci¨®n cultural del hombre: elaborar su comida. Siguiendo esa l¨ªnea argumental, hemos buscado otra manifestaci¨®n art¨ªstica que trabajara con un producto gastron¨®mico para conmemorar este aniversario¡±, explica la presidenta del espacio, Montserrat Valle.
San Miguel fue restaurado hace cuatro a?os y desde entonces goza de excelente salud. Las 75.000 visitas semanales ¡ªun 40% de ellas son de turistas extranjeros¡ª atestiguan que la crisis no ha traspasado su esbelto alzado de hierro y cristal. ¡°San Miguel tiene un pacto con el diablo, est¨¢ muy rejuvenecido y siempre lleno¡±, asegura Valle.
A las doce de la ma?ana, los doce miembros de la orquesta eleg¨ªan las mejores verduras en la fruter¨ªa. ¡°Tienen que estar muy frescos y nada secos para que suenen bien¡±, explic¨® Susanna Gartmayer, una de las instrumentistas. Una vez realizada la selecci¨®n, comenz¨® la cuenta atr¨¢s: dar a esas zanahorias, nabos, puerros, calabazas y berenjenas forma de flautines, xil¨®fonos, tambores, maracas y dem¨¢s parafernalia orquestal. Y hacer que sonaran bien. ¡°Cada uno de nosotros toca unos 15 instrumentos, y en total fabricamos entre 50 y 60 para cada espect¨¢culo¡±, aclara Gartmayer. ¡°Hay que tener en cuenta que cada uno puede emitir un solo sonido, por eso necesitamos tantos¡±.
A las cinco y media, con toda la orquesta lista, tocaba realizar la prueba de sonido, con tiempo suficiente para dar a las ocho el esperado recital, una mezcla de m¨²sica electr¨®nica, jazz, experimental y techno, seg¨²n sus propios autores. ¡°Hacemos m¨²sica especial con instrumentos especiales¡±, puntualiz¨® Gartmayer.
En el interior de San Miguel, entre cacofon¨ªas de flautines y brocas, los m¨²sicos trabajaban afanosamente y los comerciantes no perd¨ªan detalle de la peculiar escena desde sus puestos . La ¨²nica pega a la original intervenci¨®n ven¨ªa del exterior del edificio. ¡°Hemos venido expresamente hoy a comer y nos encontramos con que solo pueden entrar unos pocos¡±, se quejaba Oswald, turista ecuatoriano, indignado por el car¨¢cter privado del evento. Para Manuela Guti¨¦rrez, de la tienda de quesos La Fromagerie, merec¨ªa la pena el par¨®n: ¡°Es un trastorno no atender al p¨²blico, pero estos eventos son necesarios, y en un d¨ªa como hoy no pasa nada por dar una fiesta y que lo celebremos los comerciantes tambi¨¦n¡±.
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