La UPC de Terrassa saca las clases a las calles en protesta contra los recortes
El campus aplicar¨¢ este a?o un ajuste de 33 millones en su presupuesto
Unos minutos antes de las 10 de la ma?ana un grupo de estudiantes cuelga varios carteles en defensa de la universidad p¨²blica en una plaza contigua al campus de la Universitat Polit¨¨cnica de Catalunya (UPC) en Terrassa. Este espacio acoger¨¢ durante todo el d¨ªa media docena de clases, una forma de visualizar el descontento por los recortes, que en el caso de la UPC se ha agravado este a?o con el ajuste de 33 millones de euros y el anuncio del despido de m¨¢s de 300 trabajadores.
Un grupo de una quincena de alumnos del segundo ciclo de Ingenier¨ªa Autom¨¢tica y Electr¨®nica han sido los encargados de inaugurar la jornada de protestas con una clase sobre la financiaci¨®n de proyectos de investigaci¨®n, un aspecto crucial en tiempos de crisis en que las universidades est¨¢n viendo como menguan los fondos destinados a este ¨¢mbito. ¡°No dicen que investiguemos, pero cada a?o tenemos menos fondos. En el Departamento de Proyectos de Terrassa ten¨ªamos el a?o pasado dos grupos de proyectos. Este a?o no tenemos ninguno¡±, se queja Beatriz Amante, la profesora encargada de la primera clase en la calle.
Amante se queja tambi¨¦n de los recortes en material. ¡°El a?o pasado lleg¨® hasta el punto que no ten¨ªamos papel para imprimir ex¨¢menes. Este a?o tenemos plotters sin arreglar, s¨ª que no podemos imprimir los proyectos de los alumnos para hacer la tradicional exposici¨®n¡±.
Santi Moro, uno de los alumnos, apunta que en la salas de ordenadores hay cada vez menos equipos, que hay menos grupos de pr¨¢cticas y que los recortes est¨¢n afectando especialmente a las titulaciones que requieren m¨¢s materiales. ¡°Los de electr¨®nica ya no pueden soldar placas, trabajan sobre un papel o un simulador¡±, denuncia el alumno, quien valora positivamente sacar las clases a la calle. ¡°Est¨¢ bien que la gente sepa lo que est¨¢ pasando en la universidad p¨²blica y que estamos luchando para no dejar que se lo carguen¡±.
Durante casi dos horas, la clase ha transcurrido con los alumnos sentados en corrillo alrededor de la profesora y ante la mirada curiosa de los transe¨²ntes, poco habituados a ver protestas como esta en la ciudad. Algunos incluso los enardec¨ªan. ¡°Nosotros ya somos viejas, pero ellos son j¨®venes y son los que tienen que luchar¡±, exhortaban Mar¨ªa Carmen y Pepita, dos jubiladas, que lamentaban no haber podido estudiar en sus a?os mozos. ¡°Con 12 a?os empec¨¦ a trabajar¡±, lamentaba Pepita. ¡°Parece que quieren que sean como nosotros y que no haya sabios¡±, zanjaba su compa?era.
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