Burocracia antilechuga

El conflicto abierto entre la comunidad escolar del colegio p¨²blico San Bartolom¨¦ de Fresnedillas de la Oliva (1.600 habitantes) y el alcalde del municipio madrile?o por la instalaci¨®n sin permiso municipal de un huerto educativo en el centro sigue adelante, esta vez por v¨ªa administrativa. Ayer, el Ayuntamiento comunic¨® al director del colegio, Julio Viejo, la apertura de un expediente que podr¨ªa concluir con una multa de hasta 6.000 euros por realizar obras no autorizadas en el patio. Padres y profesores no daban cr¨¦dito.

De acuerdo con la comunicaci¨®n oficial, las obras han consistido en el movimiento de tierras y en la alteraci¨®n de los elementos de riego del patio. El Consistorio advierte de que los hechos ¡°podr¨ªan ser calificados como falta muy grave¡±. El pasado lunes a las siete de la ma?ana, antes de que el centro abriera, operarios municipales destruyeron la plantaci¨®n realizada por padres, profesores y alumnos.

¡°Ma?ana vamos a volver a plantar el huerto, no podemos doblegarnos porque esto es un sin sentido¡±, asegur¨® ayer Viejo, despu¨¦s de salir del consejo escolar en el que tambi¨¦n particip¨® Emilio Arias, concejal de Cultura del municipio. ¡°Esto es incre¨ªble, por plantar un huerto, algo que la Comunidad de Madrid fomenta¡±, comentaba Luis, que tiene escolarizada en el centro a su hija de seis a?os.

La Consejer¨ªa de Educaci¨®n, por su parte, indica que la titularidad del centro es del Ayuntamiento de Fresnedillas y que, por lo tanto, es un problema en el que no pueden intervenir. Si existe alg¨²n tipo de denuncia enviar¨¢n una inspecci¨®n pero, de momento, consideran la discusi¨®n sobre el huerto como ajeno a sus competencias. No obstante, el director del centro espera que la consejer¨ªa le ampare porque considera que el episodio es un acto de atropello a la gesti¨®n y a la autonom¨ªa de un centro educativo m¨¢s que un problema de obras sin autorizaci¨®n.

Las posturas siguen muy alejadas, seg¨²n declar¨® Arias, del Partido Popular. ¡°La instalaci¨®n es municipal y, por lo tanto, necesitan autorizaci¨®n para llevar a cabo determinadas obras y hay que cumplir las normas¡±, reiter¨® el edil despu¨¦s de abandonar el consejo escolar. Luciana, argentina, madre de Ciro, una ni?a de cuatro a?os escolarizada en el centro, no entiende nada. ¡°Vinimos al pueblo hace tres a?os buscando el proyecto educativo de este colegio. Yo creo que todo es una cuesti¨®n pol¨ªtica y eso nunca deber¨ªa estar presente en unas aulas escolares¡±, comenta mientras colorea unas fichas que est¨¢ ayudando a elaborar. La sospecha de que el Ayuntamiento rechaza el m¨¦todo de ense?anza del centro se impone entre los padres. ¡°Aqu¨ª la vinculaci¨®n con los padres es real, puedes proponer talleres, intervenir en las clases leyendo un cuento...¡±, relata Luciana.

Los profesores del centro apoyan a su director y han difundido una carta en la que acusan al alcalde de ¡°injerencias intolerables¡± en la vida de la escuela. Aseguran que el Ayuntamiento presion¨® a la Comunidad de Madrid para tratar de imponer al colegio el uso de libros de texto en todas las etapas educativas. Al mismo tiempo aclaran que el huerto escolar es una actividad aprobada por el consejo escolar con el voto en contra del concejal de Educaci¨®n, ¡°que se neg¨® a dar ninguna raz¨®n de su oposici¨®n al mismo¡±.