Ferrol: pisos vac¨ªos y vecinos sin casa
El Ayuntamiento retiene viviendas p¨²blicas desocupadas desde hace a?os: en 2010 adjudic¨® casas a 116 familias pero ahora anuncia que solo entregar¨¢ 30
¡°Pensaba que nunca en mi vida iba a tener una casa¡±. Silvia Conchado tiene 23 a?os, un marido que le saca un pu?ado de euros a la chatarra y en las mareas y tres ni?os de nueve, ocho y tres a?os. Desde que se cas¨® ha vivido apretada en el piso de sus suegros con su prole y dos cu?ados. Sin trabajo ni m¨¢s ingresos que la Risga (Renta de Integraci¨®n Social), en 2010 solicit¨® una vivienda p¨²blica en el barrio ferrolano de Recimil. Dos a?os y cuatro meses despu¨¦s, los Servicios Sociales le acaban de entregar las llaves de uno de los 992 inmuebles que el Ayuntamiento de Ferrol tiene en este barrio (879 viviendas y 113 bajos comerciales).
Hace dos semanas que la familia Su¨¢rez Conchado entra y sale a menudo de un tercer piso de tres habitaciones adjudicado por 30 euros al mes que les encanta pero en el que a¨²n no pueden vivir. ¡°No tengo muebles ni calentador para ba?ar a los ni?os¡±, explica. Ella estaba en el n¨²mero uno de un listado de 116 familias que tienen adjudicado un pisos social en las llamadas Casas Baratas de Recimil. Del 1 al 30 de diciembre del 2010, 267 vecinos rellenaron una solicitud que les exig¨ªa, entre otras cosas, llevar tres a?os censados en Ferrol. 151 quedaron excluidos. Desde entonces, se adjudicaron dos viviendas y los otros 114 beneficiarios esperan impacientes su turno. Algunos, como Pilar o Laura, en situaciones que rozan el drama. Son la cruz que ilustra la paradoja de que existan pisos p¨²blicos vac¨ªos y gente sin casa ni recursos.
Pilar Gonz¨¢lez es octogenaria y analfabeta. Con 85 cumplidos, cobra una pensi¨®n no contributiva de 300 euros y paga 220 de alquiler. Come en la Cocina Econ¨®mica y ocupa el n¨²mero 37 de la lista. Laura Garc¨ªa, chilena de 59 a?os, lleg¨® a la casa de acogida de Ferrol hace a?os con su beb¨¦ de 10 meses huyendo de un matrimonio que le dej¨® profundas secuelas psicol¨®gicas. ¡°Hasta el perro ten¨ªa m¨¢s voz que yo¡±, relata. Su padre, Antonio, fue uno de los republicanos gallegos que acab¨® hacinado en un campo de concentraci¨®n franc¨¦s del que sali¨® rumbo a Chile a bordo del Winnipeg, en una traves¨ªa que promovi¨® el poeta Pablo Neruda en 1939.
¡°Trabaj¨¦ como una burra limpiando casas pero no he cotizado nada¡±. Hace 16 a?os que vive en una casa llena de humedades en Ferrol Vello por la que paga 186 euros. Con los 315 euros de la ayuda social paga el alquiler y mantiene a un hijo de 21 que estudia Ingenier¨ªa en la Universidad. ¡°No conozco un cine ni malgasto un c¨¦ntimo¡±, explica esta mujer, que tiene que sobreponerse a diario a una depresi¨®n cr¨®nica. Ocupa el n¨²mero 65 de una lista con muchas familias monoparentales como la suya y le quedan pocas esperanzas de poder mudarse en breve. ¡°Si la gente necesita las casas, ?por qu¨¦ no las dan?¡±.
Estefan¨ªa es el n¨²mero 23. Con dos hijos de cuatro y ocho a?os y un marido en paro, paga ¡°un pastizal¡± de alquiler (330 euros). Est¨¢ ¡°harta¡± de que la mareen y todo le suena a ¡°tomadura de pelo¡±. Muchos tr¨¢mites y dos a?os de espera para nada. ¡°Haces lo correcto, sigues los pasos y va otro y da una patada en la puerta y se queda con el piso. Lo entiendo, porque hay que buscar un techo para los hijos, pero no es justo¡±, razona.
El gobierno ferrolano dice que entregar¨¢ unas 30 viviendas en los pr¨®ximos meses. Lo har¨¢ a cuentagotas y sin fechas concretas. Los activistas de Stop Desahucios han hecho sus c¨¢lculos y defienden que hay por lo menos unas 60 viviendas libres. ¡°?Para qu¨¦ adjudican 116 si s¨®lo van a dar 30?¡±, protesta una afectada.
La pen¨²ltima oferta municipal de viviendas en Recimil fue en 1993 y se reg¨ªa por un reglamento de los a?os 50. El Ayuntamiento tard¨® otros 17 a?os en reabrir la convocatoria. Casi todos los gobiernos han tratado de poner orden en el padr¨®n de Recimil y frenar a los okupas incluso tapiando con ladrillos las puertas y ventanas de picos vacantes.
En 2008, el PSdeG empez¨® un censo que el Ejecutivo actual, del PP, ha retomado. En marzo, enviaron a una veintena de agentes voluntarios de la Polic¨ªa Local a hacer horas extra de puerta en puerta por todo el barrio en el en¨¦simo intento de saber qui¨¦n y cu¨¢ntos ocupan cada vivienda, legal o irregularmente. El titular del contrato no siempre coincide con el residente en una mara?a tramposa tejida entre familiares y amigos para beneficiarse de alquileres de renta antigua a precios casi testimoniales que van de 3 a 30 euros, cuentan los vecinos.
¡°Sabemos de gente que vive en chal¨¦s pero aguantan las casas por si alg¨²n d¨ªa les hacen falta. Hay mucho trapicheo con esos pisos, y consentido¡±, denuncia otra.
La irrupci¨®n de la Rede de Apoio Mutuo de Ferrolterra, que agrupa a los antidesahucios y a la comisi¨®n que reivindica el derecho a una vivienda digna, ha elevado la presi¨®n sobre el gobierno para que responda con hechos a las 114 familias que a¨²n aguardan por la vivienda que se les adjudic¨®. Ya han interrumpido los dos ¨²ltimos plenos. El 12 de abril se plantaron en el registro para presentar 34 quejas y dicen que seguir¨¢n peleando por sus casas. La semana pasada el alcalde recibi¨® en su despacho a una comisi¨®n de activistas y afectados. ¡°Muy cordial pero sin contenido. Mantienen que dar¨¢n 30 casas pero nos faltan otras 86¡±, resume Susana Alan¨ªz, de Stop Desahucios.
Los beneficiarios de viviendas para ¡°familias vulnerables¡± pagar¨¢n de 30 a 100 euros mensuales en funci¨®n de sus ingresos durante cinco a?os prorrogables y obliga a los inquilinos a respetar unas normas de convivencia. Incumplirlas es uno de los motivos para rescindir el alquiler. El Ayuntamiento se reserva dos casas para realojar a desahuciados y otras dos para casos de emergencia social que tutelar¨¢ la Xunta. El Plan de Oportunidades que el regidor Jos¨¦ Manuel Rey Varela publicita como uno de los hitos de su mandato asign¨® este a?o 300.000 euros a la rehabilitaci¨®n de una decena de pisos en Recimil. Otros 18.000 euros mensuales los dedica a ayudas de emergencia social: alquiler, facturas y recibos de familias en situaciones peliagudas.
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