La respuesta del arte
¡®Qu¨¦ hacer¡¯ cierra un ciclo de tres exposiciones que ofrecen una relectura de la colecci¨®n de La Caixa
Che fare?, la enorme reproducci¨®n fotogr¨¢fica de las palabras que Mario Merz escribi¨® en la pared de una galer¨ªa romana en 1969, preside Qu¨¦ hacer, tercera y ¨²ltima entrega de un proyecto expositivo expandido en el tiempo, concebido por Rosa Mart¨ªnez para poner en valor los fondos de la colecci¨®n de arte contempor¨¢neo de la Fundaci¨®n La Caixa. Tras la reflexi¨®n social, pol¨ªtica y ecol¨®gica de Qu¨¦ pensar y el an¨¢lisis del deseo como pulsi¨®n ya no inconsciente y espont¨¢nea, sino influida por ideolog¨ªas y estereotipos de Qu¨¦ desear, ahora le toca el turno a que se puede hacer.
Abierta en CaixaForum de Barcelona hasta el 8 de septiembre, la muestra no ofrece f¨®rmulas ni consignas para la acci¨®n, sino que m¨¢s bien intenta responder a preguntas sobre el papel del arte y los creadores en una sociedad inmersa en una profunda crisis sist¨¦mica. Para conseguirlo, Mart¨ªnez, una de las comisarias m¨¢s relevantes del circuito internacional, ha optado por una selecci¨®n de 11 obras ic¨®nicas de artistas fundamentales, tanto en el ¨¢mbito de la colecci¨®n de La Caixa como del arte contempor¨¢neo. Un sinuoso felpudo de Pedro Mora, que parece brotar de la fotograf¨ªa de Merz, indica el camino y a la vez plasma la voluntad de interconexi¨®n entre t¨¦cnicas y conceptos. ¡°Todo est¨¢ vinculado, ya no hay l¨ªmites entre las disciplinas, las jerarqu¨ªas se van disolviendo y el propio espacio expositivo debe abrirse¡±, indic¨® Mart¨ªnez.
Para reforzar la sensaci¨®n de interconexi¨®n, la comisaria ha diseminado en el espacio unos nichos de cera perfumada de Valeska Soares, que sumergen la sala en un aroma al principio agradable, pero cada vez m¨¢s pesado y casi ponzo?oso a medida que pasa el tiempo. Cada obra encierra una historia y m¨²ltiples reflexiones, facilitadas por las excelentes cartelas, en un recorrido que arranca con el desconcierto de Joan Mir¨®, ¡°que en v¨ªspera de la Segunda Guerra Mundial pinta sus constelaciones en una huida intelectual hacia otros mundos¡±, explic¨® Mart¨ªnez. Varios autores utilizan su propio cuerpo como material art¨ªstico. Janine Antoni con el v¨ªdeo de una performance, en la que camina sobre la cuerda floja convertida en l¨ªnea del horizonte. Tambi¨¦n son memorias de performances las obras audiovisuales y fotogr¨¢ficas de Bruce Nauman y ?ngels Rib¨¦, que apelan a las reconfortantes normas geom¨¦tricas para repensar el entorno en relaci¨®n al ser humano.
Rosa Mart¨ªnez ha seleccionado 11 obras ic¨®nicas del arte contempor¨¢neo
La perplejidad frente a las desigualdades sociales y la violencia econ¨®mica y pol¨ªtica, se plasma en dos obras que se exhiben por primera vez en Barcelona. Una, Las joyas de la corona del cubano Carlos Garaicoa, despliega las reproducciones miniaturizadas en plata de ocho edificios (el Pent¨¢gono y Guant¨¢namo, entre otros), s¨ªmbolo de la represi¨®n pol¨ªtica en el siglo XX. La otra, La Pasi¨®n de Juana de Arco del venezolano Javier T¨¦llez, materializa la estigmatizaci¨®n de los enfermos mentales con la proyecci¨®n enfrentada de la pel¨ªcula hom¨®nima de 1928 de Dreyer, intertitulada con frases de las internas de un hospital psiqui¨¢trico canadiense y de una grabaci¨®n en la que las propias enfermas relatan con escalofriante lucidez los motivos de su reclusi¨®n. El recorrido, que incluye piezas de Juan Mu?oz y Doris Salcedo, se cierra con el divertido y a la vez inquietante Album de Gillian Wearing, una serie de autorretratos de la artista que se transforma en todos los miembros de su familia, con la ayuda de m¨¢scaras de silicona, pelucas y otros recursos no digitales.
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