Un gran Dvorak de la Sinf¨®nica triunfa en el Festival Mozart
Con precisi¨®n y limpieza absolutas y un poder¨ªo sonoro siempre presente, Jorge Luis Prats hizo una versi¨®n rotunda del Concierto para piano n? 2 de Rajm¨¢ninov
El director Ji?¨ª B¨§lohl¨¢vek ha protagonizado, junto al pianista Jorge Luis Prats y la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia, el concierto celebrado este domingo en el Palacio de la ?pera de A Coru?a, dentro de la programaci¨®n del Festival Mozart. El concierto comenz¨® con la obertura de la ¨®pera Don Giovanni, de Mozart. Sonido y sentido, plenamente adecuados al car¨¢cter dram¨¢tico de la obra, fueron la miel en los labios que a muchos les hizo a?orar alguna gran representaci¨®n de esta ¨®pera en pasadas ediciones del festival.
La culminaci¨®n musical del concierto fue la Sinfon¨ªa n? 9, ¡°del Nuevo Mundo¡±, de Anton¨ªn Dvo?¨¢k, en el que B¨§lohl¨¢vek hizo gala de un gran control del sonido al frente de la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia. Esta se mostr¨® como instrumento id¨®neo por su flexibilidad r¨ªtmica y su ductilidad, capaz de navegar entre las m¨¢s delicadas sutilezas y un sonido de gran redondez en los momentos de m¨¢xima demanda de potencia sonora. Y precisamente en el control din¨¢mico y cualitativo de su sonido, en la fidelidad a la letra y al esp¨ªritu de la partitura, se bas¨® el director checo para resaltar la maestr¨ªa de su compatriota en el arte de la orquestaci¨®n, logrando un rendimiento sonoro y art¨ªstico de todas las secciones y solistas de la Sinf¨®nica de tal calidad que ser¨ªa injusto destacar unas u otros.
Con un mecanismo impecable, de absoluta precisi¨®n y limpieza, y un poder¨ªo sonoro siempre presente, Jorge Luis Prats hizo una versi¨®n rotunda del Concierto para piano n? 2 de Sergu¨¦i Rajm¨¢ninov. La m¨¢s que notable dureza de su pulsaci¨®n lleg¨® en bastantes ocasiones a la rudeza, lo que fue una barrera para expresar la gran paleta sonora crepuscular de una obra llena de todos los matices sonoros y expresivos que caben entre el ocaso del s. XIX y el amanecer del XX. La gran ovaci¨®n que el p¨²blico dedic¨® al pianista cubano fue compensada por este con enorme generosidad, haci¨¦ndole el regalo de cuatro largas y trabajadas propinas.
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