Sobre la incertidumbre
Los acusados por corrupci¨®n se hacen pasar por v¨ªctimas de juicios medi¨¢ticos
Siempre la misma canci¨®n. Los presuntos implicados en casos de corrupci¨®n empiezan por decir que no tienen nada que ver con el asunto cuando este llega a los juzgados, si el caso llega a mayores sugieren que su fe en la justicia es absoluta y que se ahorran cualquier comentario, a continuaci¨®n se hacen pasar por v¨ªctimas de juicios medi¨¢ticos y amenazan con querellas diversas a seg¨²n que medios informativos para enredar todav¨ªa m¨¢s la cuesti¨®n. Sin ir m¨¢s lejos, el expresidente de esta desdichada Comunidad, Francisco Camps, fue absuelto por un jurado popular (en cualquier sentido que se atribuya al t¨¦rmino) de haber aceptado vistosos trajes como regalo de la trama G¨¹rtel, pero se ve que ese jurado no repar¨® en que debajo de los trajes hab¨ªa mucha ropa interior, por lo cual es m¨¢s que probable que nuestro siempre sonriente Camps sea de nuevo imputado a fin de que se desnude del todo su participaci¨®n en un cierto n¨²mero de tropel¨ªas impensables en un sujeto de misa diaria. Se ve que la comuni¨®n se le indigest¨®. ?Y qu¨¦ se podr¨ªa decir del gran Rafael Blasco que no se haya dicho ya? Pues que, como alguien ha sugerido, se trata del pol¨ªtico valenciano m¨¢s siniestro, y ya es decir teniendo en cuenta la figura pinturera de Carlos Fabra, desde la Transici¨®n hasta ahora, disfrazado de frapero enpistolado en su juventud, de socialista contemporizador en su madurez y de presunto ladr¨®n sin excusa en su declive a cuentas de mercadear sin misericordia con unas cuantas oneg¨¦s. Un carrer¨®n espl¨¦ndido, si bien se mira, a cargo de un tipo que tuvo claro desde siempre que quer¨ªa ser pol¨ªtico. Lo ha sido, y que descanse en paz de una pu?etera vez en la larga historia de sus argucias a expensas del contribuyente.
El listado de pol¨ªticos y banqueros que han arruinado y convertido en cosa de risa a esta Comunidad ser¨ªa interminable. ?Alguien con dos dedos de frente puede creer sin desmayarse que un andoba como Jos¨¦ Luis Olivas haya sido presidente, aunque fugaz, de estas tierras y, luego, corresponsable de Bancaja y del desastre apalabrado de Bankia? ?Y Sonia Castedo? ?Qu¨¦ tiene que ver esa se?ora con la alta pol¨ªtica que exceda a sus propensiones cari?osas, que bien podr¨ªa satisfacer desde el saloncito de su casa sin timar a nadie? Lo peor es que todas estas demostraciones, y las que vendr¨¢n (ay, Rita, Rita), de poder o de cari?o est¨¢n enredadas con el gran dinero y colecciona v¨ªctimas sin cesar, desde los parados a los desahuciados, desde los j¨®venes a los ancianos, desde los dependientes hasta sus cuidadores, en una espiral de atrocidades infectas de las que por aqu¨ª no hab¨ªa noticia grande desde los ¨²ltimos a?os de la posguerra.
Sobre la incertidumbre, s¨ª. Con lo que se quiere decir que hay que volar por encima de ella, aunque parezca empresa harto dif¨ªcil tal y como est¨¢n las cosas. Los culpables a prisi¨®n, o al menos separados para siempre de sus cargos, y los supervivientes a rumiar c¨®mo pueden salir de esta sin reproducir las calamidades ni las argucias que les llevaron a comulgar con semejantes trampantojos.
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