El BNG pone contra las cuerdas al gobierno socialista de Ourense
Los nacionalistas anuncian que apoyar¨¢n la reprobaci¨®n del alcalde presentada por el PP
El fr¨¢gil gobierno socialista del Ayuntamiento de Ourense est¨¢ contra las cuerdas. El BNG, su ¨²nico respaldo en la oposici¨®n tras la ruptura de un pacto que mantuvo a ambas formaciones en un idilio municipal que dur¨® hasta la imputaci¨®n en la Operaci¨®n Pokemon -y la resistencia a dimitir del exalcalde Francisco Rodr¨ªguez¡ª reprobar¨¢ en el pleno convocado para ma?ana al regidor, Agust¨ªn Fern¨¢ndez, con la recomendaci¨®n de que se vaya para casa. El BNG justifica su decisi¨®n de respaldar la segunda reprobaci¨®n que presenta el PP en el incumplimiento de los compromisos del alcalde sobre pol¨ªticas sociales. El regidor le contesta anim¨¢ndole a que suscriba una moci¨®n de censura con el PP y que pase a gobernar con ¨¦l. Se acab¨® la sinton¨ªa.
El desencuentro entre los exsocios pone en un situaci¨®n casi l¨ªmite a un gobierno fracturado (de un lado, los adeptos al secretario general del PSdeG, Pachi V¨¢quez y de otro, los fieles a Francisco Rodr¨ªguez) que est¨¢ dispuesto a exhalar el ¨²ltimo aliento para acabar el mandato. Aunque tenga que ser con los presupuestos prorrogados a falta de la retirada del apoyo que ya anuncia el BNG. El alcalde ha echado sus cuentas y sabe que no hay otra manera de que lo apeen del puesto si no es mediante una moci¨®n de censura. Esto es, una alianza del BNG con el PP, adem¨¢s de con el grupo Democracia Ourensana (DO), que la formaci¨®n nacionalista sigue rechazando. La reprobaci¨®n ¡°solo provoca el desgaste del gobierno¡± y convierte al Ayuntamiento ¡°en el hazmerre¨ªr de los ciudadanos¡±, replic¨® el alcalde a sus exsocios y hasta ahora garantes de la gobernabilidad.
Fern¨¢ndez asegura no entender los motivos por los que el BNG suscribe ahora la moci¨®n del PP para reprobarlo, que tilda de ¡°fuego de artificio¡± toda vez que carece de validez jur¨ªdica y solo sirve, a su juicio, de escarnio ante la opini¨®n p¨²blica. El portavoz nacionalista, Xos¨¦ Somoza, entiende, sin embargo, que el alcalde ¡°deber¨ªa irse para su casa¡± si prospera la reprobaci¨®n. Somoza anuncia el rechazo de su grupo a unos presupuestos en los que no se han incluido sus peticiones relacionadas con la activaci¨®n de empleo, la dotaci¨®n de un fondo de contingencia para el bienestar social y la inclusi¨®n de ayudas a comedores escolares. ¡°Pues gobernaremos con los presupuestos prorrogados¡±, le replica el regidor. No hay cesiones.
Los nacionalistas justifican su respaldo a este segundo intento de acorralar al regidor que presenta el PP en un mes asegurando que el alcalde incumpli¨® su compromiso (el que lo salv¨® de que el BNG apoyara la primera intentona de los populares y una solicitud de dimisi¨®n anterior de DO) de incluir en los presupuestos partidas destinadas a pol¨ªticas sociales. ¡°Si quiere aprobar los presupuestos tendr¨¢ que someterse a una moci¨®n de confianza y quiz¨¢s tengamos que ir a unas elecciones anticipadas¡±, aventura el portavoz del BNG. El alcalde descarta el anticipo electoral y le devuelve el ¨®rdago al nacionalista: ¡°Si un mes despu¨¦s de la moci¨®n de confianza no se presenta una moci¨®n de censura \[con los 14 ediles de la oposici¨®n proponiendo a un mismo candidato\] quedan aprobados los presupuestos¡±.
Los socialistas ¡ªcon la disciplina, al menos de momento, del sector af¨ªn a Pachi V¨¢zquez¡ª se comprometen a mantener la gobernabilidad de la ciudad y el alcalde hace un ¨²ltimo intento de acercamiento a sus exsocios tendi¨¦ndoles ¡°una mano para romper la espiral suicida de la izquierda¡± en la ciudad. Pero el BNG da por hecho que el regidor no acudir¨¢ a negociar nada con ellos. ¡°Nunca lo hace, est¨¢ m¨¢s preocupado por las cuestiones internas y no cumpli¨® las condiciones que le pusimos para respaldarlo y que acept¨® p¨²blicamente¡±, sostiene Somoza.
En medio de la crisis entre los dos antiguos socios, el portavoz del PP, Rosendo Fern¨¢ndez, que inicialmente se conformaba con una abstenci¨®n del BNG para que prosperara su moci¨®n de reprobaci¨®n, volvi¨® a postularse como candidato a la alcald¨ªa. ¡°Espero que los dem¨¢s grupos digan: ¡®Entre todos vamos a gobernar porque no podemos dejar m¨¢s este ayuntamiento en manos de un gobierno dividido¡±, alent¨® a BNG y DO, seg¨²n informa Europa Press. Los dos ediles de DO respaldar¨¢n tambi¨¦n la reprobaci¨®n ¡°por coherencia¡± con su solicitud de dimisi¨®n de Fern¨¢ndez del mes pasado¡±, pero la consideran ¡°un parip¨¦ porque no tiene validez jur¨ªdica¡±, precisa la concejala Susana G¨®mez Valencia. En su opini¨®n, el BNG ¡°solo muestra su cobard¨ªa pol¨ªtica y defiende intereses de partido¡±. ¡°Si como dice, quiere cambiar la ciudad, que vuelva al gobierno y que presione desde dentro¡±, apunta.
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El desencuentro que trajo la Pok¨¦mon
Ni siquiera el PP contaba con la decisi¨®n del BNG de suscribir su reprobaci¨®n del alcalde. Pero el portavoz nacionalista se mostr¨® rotundo. El renovado grupo municipal del BNG, que tuvo que rehacerse tras la Pok¨¦mon (dimiti¨® uno de sus concejales imputados) y el descalabro de las auton¨®micas, mantiene desde hace meses una tensi¨®n solapada con el gobierno socialista que va m¨¢s all¨¢ de las reivindicaciones sociales de los presupuestos. El pleno convocado para ma?ana no solo reprobar¨¢ al alcalde, sino que adem¨¢s, y por iniciativa del BNG, intentar¨¢ echar por tierra el nombramiento de la exconcejala no electa Carmen Rodr¨ªguez (tuvo que renunciar a este cargo por una sentencia del Tribunal Constitucional) a quien el alcalde ha designado ahora por decreto coordinadora del grupo socialista.
Los nacionalistas exigieron en los momentos m¨¢s cr¨ªticos del mandato de Agust¨ªn Fern¨¢ndez que evitara renombrar a la concejala no electa y, adem¨¢s, que no renovara el contrato a la hija del alcalde, incluida como personal de confianza en el gabinete del regidor. Sus peticiones cayeron en saco roto. Como tambi¨¦n la que le hicieron para que prescindiera de uno de los asesores del exalcalde Francisco Rodr¨ªguez a quien atribuyen la gesti¨®n de la crisis municipal que dio al traste con el bipartito cuando la Pok¨¦mon comenzaba a cobrarse piezas en ambos frentes del gobierno local. Con este desencuentro presidiendo las relaciones, y apuntalado ya en los esca?os de la oposici¨®n, el BNG confiaba en su poder de influencia para, al menos, conseguir dejar su sello en las pol¨ªticas sociales. Tampoco lo consigui¨®.
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