La segunda (y ¨²ltima) ca¨ªda de Blasco en la pol¨ªtica valenciana
El exconsejero ha dedicado toda su vida a la pol¨ªtica con la pulsi¨®n por el poder como motor
Rafael Blasco (Alzira, 1945) es un caso excepcional de la pol¨ªtica valenciana. En un largo tr¨¢nsito desde la extrema izquierda hasta la derecha liberal, Blasco ha dedicado toda su vida a la pol¨ªtica, siempre con la pulsi¨®n por el poder como motor.
Con el final del franquismo, Blasco abandona las formaciones marginales y apuesta por el PSPV-PSOE, lo que le lleva a convertirse en consejero de Presidencia en el primer Gobierno auton¨®mico presidido por el socialista Joan Lerma. All¨ª participa en la construcci¨®n de la arquitectura auton¨®mica hasta que en 1985 asume la cartera de Obras P¨²blicas. Cuatro a?os despu¨¦s, en 1989, Blasco se ve salpicado por un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n relacionado con la recalificaci¨®n de terrenos. Judicialmente el caso acaba en nada, pero Lerma decide destituirlo y apartarlo.
Es la primera ca¨ªda de Blasco, que tiene que volver a su puesto de interventor municipal. Tras distintos intentos de regresar a la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica valenciana, Blasco encuentra la llave en el popular Eduardo Zaplana. El entonces candidato del PP utiliza sus consejos para batir al adversario y tras conseguir la presidencia del Gobierno valenciano, Zaplana lo nombra subsecretario de Planificaci¨®n en la Presidencia de la Generalitat. Es el regreso del ave f¨¦nix, de un pol¨ªtico subyugado por el poder.
En 1999, Blasco es nombrado consejero del PP. Es el inicio de un largo ciclo en el que ocupar¨¢ ¡ªprimero con Zaplana y luego con Francisco Camps¡ª las carteras de Empleo, Bienestar Social, Territorio y Vivienda, Sanidad, Inmigraci¨®n y Solidaridad y Ciudadan¨ªa. Los rumores, nunca demostrados, sobre irregularidades en la gesti¨®n de Blasco acabar¨¢n por convencer a Camps de la necesidad de apartarlo. Tras ser reelegido en 2007, le otorga una cartera menor: Inmigraci¨®n.
Sin embargo, el estallido del caso G¨¹rtel a principios de 2009 alterar¨¢ los planes de Camps. A medida que el presidente valenciano se hunde, el pol¨ªtico alzire?o se hace m¨¢s imprescindible. Tanto, que logra acumular al cargo de consejero el de portavoz parlamentario. Sin embargo, una fuga de informaci¨®n sobre la gesti¨®n realizada en los fondos de cooperaci¨®n que gestiona y la denuncia de una diputada del PSPV acabar¨¢n en una imputaci¨®n por tr¨¢fico de influencias, malversaci¨®n, falsedad documental y prevaricaci¨®n. Es la segunda ca¨ªda de Blasco y, a sus 68 a?os, probablemente, la ¨²ltima.
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