Dos procesos constituyentes, dos
La reforma de Zapatero que antepone el pago de la deuda por encima de cualquier otra funci¨®n del Estado entra en contradicci¨®n con la Constituci¨®n
Lo m¨¢s probable es que nadie le haya informado de ello, pero esta ma?ana a primera hora estamos en pleno proceso constituyente. Concretamente, se est¨¢n gestando dos procesos constituyentes antag¨®nicos. Este art¨ªculo, que les saluda con la manita, pretende esbozarlos y, por el mismo precio, discernir si el proceso soberanista, del cual se nos informa cada ma?ana a primera hora, existe, y es uno de esos procesos constituyentes.
De los dos procesos constituyentes, el m¨¢s avanzando est¨¢ liderado por el Estado. Fue iniciado por Zapatero -tras, piticl¨ªn, piticl¨ªn, una llamada telef¨®nica-, con el recorte hist¨®rico del 12 de Mayo de 2010. Adquiri¨® forma rotunda con la reforma constitucional expr¨¦s/de-entrada-no del 22 de Agosto del mismo a?o, en la que la constituci¨®n con menor soberan¨ªa en Europa priorizaba el pago de deuda por encima de cualquier otra funci¨®n del Estado. Amplias hect¨¢reas de la Constituci¨®n, que fijaba el Bienestar como prioridad gestora y pol¨ªtica del Estado, entraron en contradicci¨®n con la reforma. Los palmeros de los cambios de R¨¦gimen de legalidad a legalidad system -esa cosa que, estrictamente, jam¨¢s se ha producido en el mundo-, deber¨ªan saber que ni el poder legislativo, ni el ejecutivo, ni el judicial, observaron esa contradicci¨®n/ilegalidad. Ni siquiera, el Tribunal Constitucional, esa cosa que es muy probable que tampoco exista. Cabe suponer que la (m¨¢s que) posible ilegalidad del actual R¨¦gimen, deje de serlo a trav¨¦s de otra reforma constitucional formal. En ese proceso constituyente hacia la postdemocr¨¢tica, se deber¨¢n eliminar las contradicciones democr¨¢ticas existentes desde 2010. Se deber¨¢ legalizar tambi¨¦n la absorci¨®n del Estado por las empresas -la ¨²ltima burbuja econ¨®mica posible, hoy tan en uso, si bien penalizada-. Habr¨¢ cambios pol¨ªticos formales: se intensificar¨¢ la ausencia de control en la integraci¨®n en organismos, se permitir¨¢ que la jefatura del Estado pueda ser detentada por una primog¨¦nita, se establecer¨¢ como forma del Estado el federalismo sim¨¦trico -es decir, lo contrario al federalismo-, se retocar¨¢ el Senado y, es otra percepci¨®n -la redacci¨®n de las leyes Gallard¨®n y Wert apuntan a ello-, se establecer¨¢, como como ¨²nico margen pol¨ªtico de discusi¨®n, adem¨¢s del territorial, el debate laicismo-confesionalismo. Ser¨¢ divertido ver la prosa democr¨¢tica y ¨¦pica que se utilizar¨¢ para este nuevo post-Fuero de los post-Espa?oles.
Frente a este proceso constituyente, liderado por Estado, partidos y otras instancias no democr¨¢ticas como UE, BCE, o FMI, se construyen procesos constituyentes descentralizados y civiles. Son recientes, latentes, a¨²n por ordenarse. Es posible que no tengan una identidad llamativa en las pr¨®ximas elecciones europeas, si bien es posible que sean el fen¨®meno que module ese cambio electoral radical que se espera. Por lo que vengo observando, esos procesos, emitidos desde todo el Estado, tienen puntos en com¨²n. Se relacionan m¨¢s con la cultura constitucional anglosajona que con la europea. Parten de una ampliaci¨®n de derechos -puede que, en s¨ª, no sean m¨¢s que la consolidaci¨®n como derechos fundamentales de la Carta de Derechos Humanos-. Hacen hincapi¨¦ en la separaci¨®n de poderes, observando el poder financiero como un cuarto poder, a controlar. Enfatizan el control del Estado, esa cosa que no supo defender la democracia. Se observa el federalismo como un control de Estado, y no c¨®mo una consecuencia identitaria, y la federaci¨®n como el resultado del derecho de secesi¨®n o autodeterminaci¨®n. Se opta por la(s) Rep¨²blica(s). Aparecen los comunes/el procom¨²n como una nueva forma de propiedad, junto a la privada. Se abogan por formas de democracia directa y tecnol¨®gica.
El periodismo deber¨ªa informar y controlar ese gran proceso constituyente postdemocr¨¢tico estatalista espa?ol o/y catal¨¢n
El proceso soberanista liderado por CiU y ERC, de existir -no se est¨¢ produciendo m¨¢s que en sus tramos publicitarios-, ser¨ªa una regi¨®n del primer proceso constituyente. Una opci¨®n postdemocr¨¢tica tan poco alejada de la espa?ola que puede conducir al mismo Estado.
El periodismo deber¨ªa informar y controlar ese gran proceso constituyente postdemocr¨¢tico estatalista espa?ol o/y catal¨¢n. Y empezar a dibujar las propuestas constitucionalistas, democr¨¢ticas, que se dibujan fuera del Estado en todo el Estado.
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