Mayte Mart¨ªn, una autogesti¨®n sobrecogedora
La cantaora presenta su primer disco editado por ella misma, ¡®Cosa de dos¡¯
Mayte Mart¨ªn (Barcelona, 1965) es tan tozuda como buena cantante (o cantaora, tanto da). A base de tes¨®n y trabajo ha conseguido convertir una buena idea en una sana costumbre ya totalmente instaurada. Una de esas citas ineludibles de la primavera barcelonesa: cada a?o re¨²ne a sus ac¨®litos (que los tiene, muchos, y con raz¨®n) en la sala Luz de Gas para compartir un pu?ado de boleros. Algo aparentemente sencillo pero que en su caso se convierte en un verdadero acontecimiento.
?Un acontecimiento que se repiti¨® en la noche del viernes en una sala Luz de Gas francamente abarrotada: Mayte repartiendo a manos llenas una sensibilidad sobrecogedora y contagiosa, sus m¨²sicos arrop¨¢ndola con maestr¨ªa y el p¨²blico excitado y entusiasta. Arrebatador por momentos, conmovedor de principio a final.
Adem¨¢s, fue una noche tambi¨¦n especial porque la cantante barcelonesa presentaba su primer disco (de boleros, claro) totalmente autogestionado: Cosas de dos. Hace poco m¨¢s de un a?o, en esa misma sala, organiz¨® un par de conciertos para grabarlo, el importe de las entradas sirvi¨® para financiarlo y cada uno de los que pasaron por taquilla recibi¨® una copia del ced¨¦ que ahora puede comprarse ¨²nica y exclusivamente a trav¨¦s de su p¨¢gina web o en sus conciertos. Probablemente este sea no ya el futuro sino el presente porque gracias a esas aportaciones Mayte Mart¨ªn ha podido ahora materializar un disco magn¨ªfico.
La mayor parte de las canciones del ced¨¦ desfilaron el viernes por el escenario de Luz de Gas junto a otras de igual calado. Mayte es cantaora, sabe muy bien lo que es rajarse de arriba a abajo y sabe intuitivamente, que es la mejor de las maneras, como aplicar ese rajo a un bolero. Palabras mil veces dichas, mil veces escuchadas que recobran toda la pasi¨®n del primer momento. Consigue que canciones de Antonio Mach¨ªn, Agust¨ªn Lara o Armando Manzanero suenen como si fuera la primera vez que las o¨ªmos y nos sorprendan casi tanto como nos emocionan, como nos siguen emocionando. Por suerte, a nadie, sea cual sea su procedencia, le averg¨¹enza ya emocionarse con un bolero. Dec¨ªa Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n que ¡°un bolero es un sistema narrativo perfecto que en dos minutos o ago m¨¢s te puede contar Madame Bovary o Guerra y paz¡±. Dec¨ªa tambi¨¦n que ¡°la alt¨ªsima reflexi¨®n de Pavese sobre el oficio de vivir, un bolero lo zanja en pocos versos¡±. Y tras escuchar a Mayte Mart¨ªn esas palabras cobran vida, una vez m¨¢s. Seguro que al recordado Manolo se le hubiera puesto la carne de gallina la noche del viernes. A los que tuvieron la suerte de estar all¨ª se les puso. Y hasta la primavera que viene. Ah¨ª la estar¨¢n esperando.
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