El tama?o s¨ª importa
La ampliaci¨®n del recinto del S¨®nar ha favorecido la comodidad del p¨²blico
Con el festival en su recta final, que llega hoy a la meta con una reinterpretaci¨®n de Vivaldi en el CCCB, puede asegurarse que el S¨®nar ha encontrado la soluci¨®n a los problemas de densidad de p¨²blico y aglomeraci¨®n que se le hab¨ªan presentado en el entorno muse¨ªstico que lo vio nacer, el CCCB. La muda hacia el recinto ferial de Montju?c le a¨ªsla del barrio, situ¨¢ndolo en un espacio propio donde la conexi¨®n con el entorno se hace mucho m¨¢s complicada, ya que hay que caminar un buen rato para encontrar una oferta de barrio que en el Raval estaba presente en cuanto sal¨ªas del recinto, pero ha ganado muchas otras cosas que sin duda son m¨¢s vitales para el festival. La principal: la habitabilidad.
En los cuatro espacios del S¨®nar diurno se ha podido transitar con comodidad por vez primera desde hace unos cuantos a?os. No s¨®lo eso, sino que dada la conducta del p¨²blico en estos acontecimientos, la densidad de ocupaci¨®n s¨®lo se hace impenetrable por el centro, pero accediendo hasta el frontal de los escenarios por los laterales de la masa de espectadores, se puede alcanzar la primera fila sin problema alguno. Eso se pudo hacer en la tarde del viernes incluso en conciertos con tir¨®n popular, caso del de Jamie Lidell. Adem¨¢s el S¨®nar gana un escenario cubierto en el auditorio que ahora alberga el SonarComplex, lo que abunda en la comodidad para seguir los conciertos de car¨¢cter menos bailable. La inclusi¨®n de casi todos los ¨¢mbitos del festival en el mismo complejo y la facilidad de acceder sin agobios a los espacios que se deseen visitar redunda en beneficio del p¨²blico, que puede transitar sin que ello se convierta en una heroicidad. De esta manera pueden desarrollarse simult¨¢neamente en el complejo diferentes conciertos, conferencias y las actividades del S¨®nar+D sin que se generen problemas de tr¨¢nsito o de producci¨®n. Eso s¨ª, las colas en los lavabos parecen insalvables, y, cosa ins¨®lita, no s¨®lo en los femeninos.
Pero adem¨¢s de en espacio, se ha ganado en calidad de producci¨®n
Pero adem¨¢s de espacio, el S¨®nar ha ganado en calidad en cuanto a producci¨®n. El escenario m¨¢s favorecido ha sido el Hall, antigua caldera de Pedro Botero convertida hoy en una especie de sal¨®n del trono de la electr¨®nica m¨¢s angulosa gracias a sus cortinajes bermell¨®n, que delimitan un espacio suficiente para instalar una explotaci¨®n agraria. All¨ª, adem¨¢s de gozarse de aire acondicionado, el sonido despeina. Por lo que hace al sonido del Village, todo parece indicar que es muy direccional, de forma que se evitan los rebotes en la pared opuesta, distante pero opuesta, y las quejas de los vecinos de un distrito particularmente sensible a estos temas. De los cuatro escenarios del S¨®nar diurno el m¨¢s desagradecido es el SonarD?me, cuya austeridad raya lo monacal.
Pero es que el S¨®nar noche tambi¨¦n ha ganado mucho espacio. Por ejemplo han desaparecido tabiques de manera que desde el escenario Sonarclub se abren dos pabellones seguidos donde cabe hasta el ego de Bono, el de U2, no nos llamemos a enga?o. El cambio de orientaci¨®n del S¨®nar Pub tambi¨¦n parece ha hecho ganar espacio, y la enormidad de metros cuadrados de las naves donde se ubican la pista de autos de choque, la restauraci¨®n y el SonarCar hacen pensar en vastas extensiones des¨¦rticas poco a poco colonizadas por la masa a medida que avanza la noche. A pesar de todo, la coincidencia de los conciertos de Kraftwerk y Nicolas Jaar gener¨® problemas, ya que el sonido de los primeros se colaba en el enorme patio exterior donde actuaba el segundo. Eso por un lado, ya que por el otro, la sensaci¨®n de agobio e imposibilidad de moverse que se viv¨ªa anta?o en el Village del CCCB, se traslad¨® la noche del viernes al SonarLab con Jaar, cuyo concierto fue seguido por una multitud api?ada y con la movilidad limitada. A pesar de ello todo parece indicar que el S¨®nar ha vuelto a encontrar acomodo en su en¨¦simo cambio. A menos que la locura se dispare, la mudanza parece dar¨¢ un respiro al festival y todos saldremos ganando, Barcelona incluida.
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