El primer gran Mozart
Lucio Cornelio Sila (138 antes de Cristo-78 antes de Cristo), militar brillante que derrot¨® a Mitr¨ªdates y al mism¨ªsimo Mario, ha pasado a la posteridad por ser uno de los escas¨ªsimos ejemplos de dictador que abandona voluntariamente el poder y se jubila de ciudadano de a pie.
La historia de este general, tratada por el teatro y por la ¨®pera en diversas ocasiones y presentada siempre como un ejemplo de magnanimidad y del perd¨®n como virtud, proporcion¨® a un jovenc¨ªsimo Mozart de solo 16 a?os el asunto de su Lucio Silla, la ¨®pera en donde su genio se muestra por primera vez en toda su grandeza al crear, sin violentar las r¨ªgidas convenciones de la opera seria, verdadero teatro musical con una partitura que refleja con detalle, tanto en la orquesta como en el canto, el car¨¢cter de cada personaje, la emoci¨®n que le afecta y la situaci¨®n dram¨¢tica en la que se encuentra.
En lo ¨²nico en que se nota que el compositor ten¨ªa 16 a?os es en la absoluta falta de piedad para con los cantantes: Lucio Silla es una ¨®pera agotadora con solo seis personajes que no paran de cantar, durante tres horas, arias extenuantes erizadas de dificultades. Por lo dem¨¢s, es una delicia.
Lucio Silla se present¨® en una producci¨®n dirigida por Claus Guth, con sobrecogedora, cambiante y potente escenograf¨ªa de Christian Schmidt magn¨ªficamente realzada y enriquecida por la iluminaci¨®n de Manfred Voss.
Lucio silla de Mozart
Con Kurt Streit, tenor. Patricia Petibon, soprano. Silvia Tro Santaf¨¦, mezzosoprano. Inga Kalna, soprano. Ofelia Sala, soprano. Antonio Lozano, tenor.
Orquesta Sinf¨®nica y Coro del Gran Teatre del Liceu. Harry Bicket, direcci¨®n musical. Claus Guth, direcci¨®n esc¨¦nica. Producci¨®n del Gran Teatre del Liceu en colaboraci¨®n con el Theater an der Wien y el Wiener Festwochen. Barcelona, 21 de junio.
Guth, apreciado por el p¨²blico del Liceo por su Parsifal de hace dos temporadas, consigue rescatar el drama y los personajes del cartonpiedra que les aprisiona, resuelve con ingenio la redundancia textual de las arias da capo encontrando siempre nuevas soluciones y consigue insuflar vida teatral genuina a un drama que se dir¨ªa muerto y que hasta hace poco se consideraba esc¨¦nicamente ¡°imposible¡±.
En la direcci¨®n musical Harry Bicket logr¨® que la orquesta del teatro sonara en general con verdadero estilo mozartiano y buen sonido y los tempi encarnaban una buena negociaci¨®n entre las exigencias de las partituras y las posibilidades de los cantantes. El coro qued¨® correcto en una ¨®pera que no le concede mucho espacio. Entre los solistas destac¨® Patricia Petibon enfrentada a las arias absolutamente terror¨ªficas del personaje de Giunia, en donde logr¨® que las coloraturas ¡ªincluso aquellas que quedaron imperfectas por puro agotamiento¡ª no parecieran adornos sino expresi¨®n del estado de ¨¢nimo de su atribulado personaje. Silvia Tro Santaf¨¦ administr¨® muy bien la energ¨ªa y brill¨® tambi¨¦n en el personaje de Cecilio y lo mismo ocurri¨® con Inga Kalna, debutante en el teatro, en el papel de Cinna. Ofelia Sala se lo pas¨® muy bien con su personaje de Celia obteniendo muy buenos resultados y Antonio Lozano resolvi¨® a gran altura el aria de Aufidio, un personaje secundario todo ¨¦l rabia y maldad.
Curiosamente, quien menos canta y menos sufre vocalmente en Lucio Silla es el propio Lucio Silla. Mozart, que no dispon¨ªa para el estreno de la obra de un cantante muy dotado para este papel, se vio obligado a aligerar a ¨²ltima hora la parte de este personaje que es el ¨²nico que disfruta de una parte vocal de exigencia razonable. Kurt Streit defendi¨® musicalmente a muy buen nivel el personaje protagonista y esc¨¦nicamente compuso con intensidad un Lucio Silla que en este montaje parece estar bastante loco.
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