La mutaci¨®n del Cupo consolida el Concierto
Ha pasado en un siglo de compensar al Estado por su expectativa de ingresos, a financiar parte de sus gastos
Cada ciclo pol¨ªtico tiene sus monolitos. La ¡°inmutable e intocable Constituci¨®n espa?ola¡± que defend¨ªan socialistas y populares cuando los nacionalistas vascos se embarcaron en la nave soberanista de Juan Jos¨¦ Ibarretxe, ha sido atravesada repetidas ocasiones por la crisis a instancias, sobre todo, de la Alemania m¨¢s remisa a arreglar la econom¨ªa espa?ola si no se constitucionalizaba el control del d¨¦ficit. Se ha modificado sustancial y repetidas veces. El Concierto Econ¨®mico vasco y el Cupo le han cogido el relevo a la Constituci¨®n como textos presuntamente intocables, pese a que este ¨²ltimo ha cambiado su metodolog¨ªa y filosof¨ªa, sistem¨¢ticamente, desde 1878. Ahora son los socialistas ¡ªcatalanes¡ª los que han pedido su abolici¨®n frente a los nacionalistas vascos que vinculan su continuidad intacta a la de Euskadi en Espa?a.
Una tercera v¨ªa propone mantener la autoridad fiscal en Euskadi, como reconoce la Constituci¨®n, pero revisando el Cupo. ¡°Claro que se puede mejorar la mec¨¢nica de c¨¢lculo del Cupo y simplificarla¡±, asegura la ex viceconsejera de Hacienda del Gobierno vasco y doctora en Ciencias Econ¨®micas, Manuela Escribano. ¡°Esto que puede sonar revolucionario no deber¨ªa serlo y s¨ª un ejercicio de normalidad entre administraciones. De hecho el Cupo ha cambiado totalmente de la estimaci¨®n inicial de lo que Estado pod¨ªa recaudar en Euskadi, a calcularlo a partir de lo que el Estado gasta aqu¨ª¡±, explica. Curiosamente el Concierto Econ¨®mico lleva operativo 135 a?os ¡ªla autonom¨ªa fiscal vasca, con periodos excepcionales como el franquismo ha sobrevivido 635¡ª gracias a la capacidad de adaptaci¨®n del Cupo a cada coyuntura pol¨ªtica. Entre los elementos que condicionaban este concepto hasta 1981, y los que incorporan ahora la metodolog¨ªa de c¨¢lculo hay un abismo. S¨®lo ha quedado el nombre. El Concierto se defini¨® en su origen, en 1878 como una disposici¨®n gubernamental que fijaba una cantidad alzada anual, el Cupo, que cada Diputaci¨®n abonaba al Ministerio de Hacienda y que equival¨ªa a lo que el Estado hubiera recaudado en cada territorio de hacerlo directamente.
¡°Revisar el Cupo puede
Renunciaba a recaudar a cambio de una cantidad tasada que las Diputaciones afrontaban con sus impuestos o rentas que pod¨ªan o no coincidir con los impuestos concertados con el Estado. El negocio estaba en recaudar m¨¢s, hacer frente ase pago del Cupo (del que se deduc¨ªan los gastos derivados del coste del sistema recaudatorio foral) y quedarse con la diferencia. Desde 1981, el Cupo, lo que paga Euskadi al Estado anualmente, se calcula de forma indirecta, en base al cap¨ªtulo de gastos de los Presupuestos Generales del Estado, a partir de las partidas de aquellos servicios que presta a Euskadi, como Ej¨¦rcito, Casa Real y tambi¨¦n el Fondo de Solidaridad Interterritorial, adem¨¢s de otras muchas ¡ªlas denominadas competencias no asumidas¡ª. En lo que s¨ª coinciden ambos modelos es en el riesgo que asume Euskadi a la hora de recaudar. Si supera el Cupo tasado ¡ªen cualquiera de los dos modelos¡ª gana recursos. Si lo hace mal, o la coyuntura es desfavorable nadie sale en su ayuda. Sucedi¨® en 2009. El Gobierno del PSE se encontr¨® con un agujero de 2.900 millones debido a la fat¨ªdica conjunci¨®n de unas optimistas previsiones presupuestarias del PNV en un momento de ca¨ªda brutal de la recaudaci¨®n.
¡°Las cr¨ªticas parten de la falta de lealtad de algunas pr¨¢cticas forales¡±
Tuvo que adelgazar sus gastos y endeudarse para hacer frente a lo que consideraban las l¨ªneas rojas de las pol¨ªticas sociales. Las administraciones de r¨¦gimen com¨²n tambi¨¦n se encontraron con ese problema. Pidieron anticipos al Gobierno central que despu¨¦s les autoriz¨® a devolver en c¨®modos plazos. Nada que ver. ¡°El cuestionamiento que se hace del Concierto es por una suma de factores como desconocimiento y despu¨¦s por la falta de lealtad de algunas de sus aplicaciones pr¨¢cticas¡±, critica un jurista de prestigio. Las diputaciones forales han sembrado una mala imagen tras el desprop¨®sito de las ayudas ilegales de Estado que concedieron a muchas empresas. Las conocidas como vacaciones fiscales empezaron a consolidar la imagen del Concierto como un privilegio en un contexto en el que la renta per c¨¢pita en Euskadi crec¨ªa m¨¢s que en el resto de Espa?a, pero el ¨ªndice de c¨¢lculo del Cupo, ¡ªel famoso 6,24% que representa el te¨®rico peso de Euskadi en la econom¨ªa espa?ola¡ª, no se ha movido en 31 a?os y se ha modulado en base a compensaciones a posteriori que seg¨²n critican varios expertos se hacen ¡°sin luz ni taqu¨ªgrafos¡±.
Hay quien suma a ese hecho negativo que Espa?a aporta muchos millones al a?o para pagar un sistema de pensiones y desempleo en Euskadi que no cubren las cotizaciones de los trabajadores vascos. ¡°Ni est¨¢ ni puede estar en cuesti¨®n el Concierto, es un hecho constitucional, pero la metodolog¨ªa del Cupo y el uso de la fiscalidad se pueden repensar, remodelar y reinventar si hay acuerdo entre las dos administraciones. No hay duda¡±, insite uno de los poco menos de diez t¨¦cnicos que manejaron los datos de Banco de Vizcaya para calcular el ¡°pol¨ªtico¡± 6,24%.
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