Proyectos y supervivencia
En lugar del ambicioso proyecto que se dise?¨® se pod¨ªa haber optado por f¨®rmulas m¨¢s modestas que ahora resistir¨ªan mejor la crisis
Cuando en 1987 se inaugur¨® el Palau de la M¨²sica, de la mano del ministro Javier Solana y el alcalde socialista de Valencia Ricard P¨¦rez Casado la oposici¨®n del Partido Popular y de Uni¨®n Valenciana insisti¨® hasta el exceso en calificar la obra de ¡°fara¨®nica¡±. En realidad no era sino una infraestructura cultural necesaria en una ciudad europea del tama?o e importancia de Valencia.
Casi veinte a?os justos despu¨¦s los responsables pol¨ªticos del signo que criticaron tanto la construcci¨®n de Palau de la M¨²sica no dudaron en invertir much¨ªsimo m¨¢s dinero en crear el Palau de les Arts, m¨¢s tarde bautizado Reina Sof¨ªa, y dotarlo de todo lo necesario para ser un teatro de ¨®pera de importancia. Pero no solo de gran importancia en el panorama espa?ol, sino de primera categor¨ªa en el mundo.
Para ello, adem¨¢s del fastuoso edificio de Santiago Calatrava, con grav¨ªsimos defectos funcionales y de concepci¨®n, no se dud¨® en recurrir a dos de las m¨¢s c¨¦lebres y cotizadas batutas del mundo, Lorin Maazel y Zubin Mehta. El primero seleccion¨® con audiciones por todo el mundo una orquesta de brillant¨ªsimos instrumentistas j¨®venes atendiendo exclusivamente a su nivel musical. Cuando el ex presidente Francisco Camps pidi¨® a Maazel que favoreciese la presencia de valencianos en la orquesta este amenaz¨® con abandonar el proyecto si no se dejaba en sus manos la selecci¨®n por criterios musicales.
El Palau de les Arts, con una orquesta de primera categor¨ªa, un¨¢nimemente reconocida por la cr¨ªtica, se ha ganado una merecida fama por sus producciones, algunas de las cuales, como la magn¨ªfica Tetralog¨ªa de Wagner con direcci¨®n esc¨¦nica de La Fura dels Baus y musical de Mehta, han supuesto un hito mundial. Este teatro se cre¨® en los a?os del dispendio ex novo y con voluntad, as¨ª expresada por sus impulsores, de ¡°jugar en la primera divisi¨®n mundial¡±. No import¨® que una vez que Mehta rechaz¨® la titularidad, se le encargase el Festival del Mediterr¨¢neo y se contratase otro director de primera fila, Maazel, como titular. No import¨® pagar cach¨¦s por encima del mercado para conseguir primeros nombres de cantantes.
Tampoco import¨® que el Palau de la M¨²sica, cuya orquesta residente, la de Valencia, se ha renovado en las ¨²ltimas d¨¦cadas y presenta una excelente calidad, ofrezca una temporada regular de conciertos, con formaciones y solistas internacionales de primer nivel. El Palau de les Arts no renunci¨® a los conciertos sinf¨®nicos. Y tampoco a programar de espaldas a lo que hace el Palau de la M¨²sica. Hasta el punto de la caricatura que supuso que ambos auditorios ofreciesen el pasado 12 de abril la misma obra, la Sinfon¨ªa n¨²mero 3 de Beethoven, en conciertos que empezaban con media hora de diferencia.
Ahora, en el momento de las vacas flacas, Lorin Maazel ha preferido marcharse a una instituci¨®n tan estable como la Filarm¨®nica de M¨²nich, la programaci¨®n de ¨®peras se ha reducido y, lo que es peor, la orquesta de j¨®venes y brillantes talentos internacionales se ha quedado casi en la mitad, pues muchos de sus profesores iniciales han preferido buscar puestos con m¨¢s garant¨ªas.
En lugar del ambicioso proyecto que se dise?¨® se pod¨ªa haber optado por f¨®rmulas m¨¢s modestas que ahora resistir¨ªan mejor la crisis. En el mundo hay muy importantes sedes oper¨ªsticas, como Viena, servidas por una orquesta concebida para desdoblarse entre los conciertos y el foso de ¨®pera. En Valencia se pod¨ªa haber optado por ampliar la Orquesta de Valencia para servir tambi¨¦n a las representaciones de ¨®pera. Se pod¨ªa haber optado, en general, por hacerlo todo con menos dinero sin renunciar a la dignidad. Sevilla tiene un excelente teatro-auditorio, el de la Maestranza, concebido para alternar ambas funciones y una ¨²nica orquesta para ¨®pera y conciertos.
En Valencia probablemente es ya demasiado tarde para desandar los caminos. Pero al igual que el Palau de la M¨²sica sigue ofreciendo una temporada de alto nivel con menos solistas y orquestas extranjeros y el de les Arts no ha bajado la calidad de sus producciones, aunque s¨ª la cantidad, hay que evitar que la sangr¨ªa que sufre su orquesta, de justo renombre internacional, la conduzca a la muerte.
Manuel Mu?oz es periodista y fue director del Palau de la M¨²sica de Val¨¨ncia.
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