Esencia andaluza en Palestina
En el distrito de Bel¨¦n se levanta el Centro Cultural Palestino Andaluz de Beit Sahour donde, a pesar de la falta de financiaci¨®n, se mantienen las clases espa?ol y el fomento al empleo
En lo hondo del valle, donde el campo se hace desierto y nada verdea, a la sombra de las altas torres de la colonia israel¨ª de Har Homa, se levanta el Centro Cultural Palestino Andaluz de Beit Sahour (Cisjordania), un pedazo de sur en el coraz¨®n de Oriente Medio. A¨²n quedan restos de los gallardetes que engalanaron el camino el 17 de enero pasado, cuando el vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, inaugur¨® el edificio junto con el entonces primer ministro palestino, el dimitido Salam Fayyad. En la fachada est¨¢n las placas que recuerdan el evento, pero ya no reina la misma alegr¨ªa del invierno. El centro ahora se debate entre el reto de prestar los servicios culturales por los que llevaba a?os peleando y la complejidad de hacerlo en un momento de crisis.
El conjunto, levantado por la ONG Asecop (Asociaci¨®n Europea de Cooperaci¨®n con Palestina), forma parte de un proyecto financiado por la Agencia Andaluza de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo que busca la mejora del nivel educativo y de la capacitaci¨®n laboral de los j¨®venes del distrito de Bel¨¦n. Tiene m¨¢s de 400 beneficiarios y en ¨¦l se han invertido unos 300.000 euros en los cinco ¨²ltimos a?os, seg¨²n explica Hazim Manoly, su director. ¡°Estamos muy agradecidos a la Junta y a Asecop pero ahora mismo somos, a duras penas, autosuficientes. No nos llegan fondos. Hay cortes de luz y no podemos pagar las canalizaciones de agua, la traemos en bidones. El camino para llegar no est¨¢ del todo asfaltado y no tiene alumbrado. Necesitamos ayudas directas, urgentes¡±, se lamenta.
Pese a administrar la precariedad, est¨¢n obteniendo ya los primeros logros. Hoy dan clases de espa?ol en cuatro niveles diferentes y se han convertido, hace menos de un mes, en el ¨²nico centro de Palestina que otorga t¨ªtulos oficiales de castellano expedidos por el Instituto Cervantes. Con el cierre de los lectorados en las Universidades de Bel¨¦n y Nablus era imposible aprender castellano de forma reglada y ya hay palestinos que trabajan en legaciones diplom¨¢ticas de Am¨¦rica Latina interes¨¢ndose por sus clases. Imparten, adem¨¢s, otros dos grados de Ingl¨¦s y uno b¨¢sico de Alem¨¢n. En total hay 50 alumnos.
Este fin de semana, amparados por la Comisi¨®n Europea, tendr¨¢n un curso de gesti¨®n de proyectos para fomentar la cultura emprendedora; son lecciones con certificados que, en Cisjordania, pueden ser clave para encontrar un trabajo, en un entorno con un 25% de desempleo. En su calendario pr¨®ximo hay cursos de alfabetizaci¨®n para adultos, talleres de educaci¨®n contra los cr¨ªmenes de honor que cada a?o acaban con m¨¢s de una docena de chicas asesinadas y conferencias para prevenir el consumo de drogas, uno de los nuevos venenos que sumen a Beit Sahour, al valle de los guardianes de la noche, en la desesperaci¨®n.
¡°Los chicos se sienten derrotados. Sin oportunidades, ocupados militarmente. Nosotros tratamos de cambiar su actitud, llev¨¢ndolos hacia la superaci¨®n personal, incentivando la convivencia en igualdad o rompiendo tab¨²es sobre las diferentes religiones en una comunidad con amplia presencia de cristianos¡ Es un tipo de educaci¨®n que va m¨¢s all¨¢ de lo laboral y que nadie est¨¢ haciendo en este instante¡±, reivindica el director.
Tambi¨¦n hay tiempo para el ocio, para las proyecciones de cine espa?ol y palestino, para el taller de cocina que el mes que viene cuajar¨¢ en una cena andaluza, para las clases de flamenco y las de inform¨¢tica, que anhelan para el curso que viene, si logran profesores. Tambi¨¦n hay espacio para la concienciaci¨®n, como el v¨ªdeo sobre refugiados palestinos que est¨¢n montando con sus vecinos del barrio.
Manoly explica su gesti¨®n entre ruego y ruego, los de los ni?os que van entrando en su despacho para pedir un pa?uelo, un vaso de zumo, un gesto de cari?o. Son los 75 peque?os que est¨¢n participando en el campamento de verano del centro, una iniciativa que ha surgido tras descubrir las enormes carencias alimentarias de los menores. De pronto, surge el paralelismo con los ni?os andaluces. Manoly escucha, asombrado, en qu¨¦ consiste el decreto de las tres comidas al d¨ªa para los ni?os sin recursos en Andaluc¨ªa. Levanta las cejas. Noqueado. ¡°Es terrible que eso pase all¨ª tambi¨¦n. Muy duro, pero al menos hay m¨¢s instituciones. Aqu¨ª, nada¡±, lamenta.
Los padres de los peque?os deb¨ªan pagar 20 euros por cabeza por su cuidado durante un mes, pero el 40% de ellos a¨²n debe la cuota, incapaces de pagar. Este programa de ayuda finaliza el 11 de julio, porque no pueden extenderlo todo el verano. No pueden permit¨ªrselo. Los siete monitores son voluntarios y estudiantes de Magisterio y solo algunos supermercados les llevan comida muy de vez en cuando y otros les dan libros para colorear a medio acabar.
Tratan a ni?os como Thomas, que no habla con nadie pero que quiere quedarse all¨ª todas las horas. O como las tres hermanas Ali, que no paran de comer porque saben que en casa no habr¨¢ nada. ¡°S¨¦ que la crisis es terrible en Espa?a, pero necesitamos un poco de atenci¨®n, solo un poco, para no dejar morir este sue?o¡±, concluye Manoly.
Proyectos, promesas y supervisiones
El Centro Cultural Palestino Andaluz es la ¨²ltima gran apuesta de la cooperaci¨®n de la Junta en los territorios palestinos, pero s0lo una parte de ella. En los ¨²ltimos cinco a?os se han invertido seis millones de euros en ayuda al desarrollo, aplicados sobre el terreno por ONG locales y andaluzas. Otros 10 millones se han destinado, en el mismo periodo, a atender a los refugiados internos, desplazados de sus localidades en 1948 tras la independencia de Israel. Este trabajo ha sido coordinado con la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa). En total se est¨¢n financiando 22 proyectos, especialmente centrados en formaci¨®n (ampliaciones de colegios, escuelas textiles) y en sanidad (atenci¨®n materno-infantil en 42 ambulatorios de Cisjordania y construcci¨®n de hospitales).
En enero, el vicepresidente Diego Valderas hizo una visita de dos d¨ªas a la zona para examinar las inversiones. Un viaje criticado por la oposici¨®n pese a que los gastos, salvo el avi¨®n, corrieron a cargo de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). ¡°Andaluc¨ªa siempre ha dado muestras de ser un pueblo solidario con los m¨¢s desfavorecidos, por eso intentaremos abrir nuevos espacios comerciales, culturales y econ¨®micos con ellos (¡) Una apuesta ajustada por el recorte del presupuesto pero valiente, que permitir¨¢ seguir actuando sobre el terreno de las zonas castigadas y que m¨¢s lo necesitan¡±, dijo Valderas en una rueda de prensa, nada m¨¢s llegar desde Jordania.
Sin embargo, si la apuesta en la zona se ha mantenido ha sido m¨¢s bien debido a la forzosa aplicaci¨®n de planes plurianuales ya comprometidos que a nuevas apuestas, sostienen diversas ONG sobre el terreno.
Y no solo en Palestina. El fondo de la Agencia Andaluza de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo ha bajado en torno al 25% en 2013, hasta los 44 millones, cuando la media de recorte en los dem¨¢s organismos del Gobierno andaluz es del 4,1%, un ¡°hachazo¡±, seg¨²n denuncia la Coordinadora Andaluza de ONG para el Desarrollo.
Tanto Izquierda Unida, de quien dependen estas pol¨ªticas, como su socio en el Ejecutivo auton¨®mico insisten en que hay que ser "realistas" a la hora de afrontar las inversiones fuera de Andaluc¨ªa. No obstante, Valderas ha defendido esta semana que la cooperaci¨®n est¨¢ "en el ADN del Estatuto de Autonom¨ªa", por lo que, con rebajas, seguir¨¢ en su agenda pol¨ªtica. Lo dijo en la presentaci¨®n del Pacto Andaluz por la Solidaridad y la Cooperaci¨®n, en el que dilat¨® hasta 2020 la promesa de dedicar a estas partidas el 0,7% del PIB.
De momento, la ANP reconoce que se estaba esperando una nueva visita de una legaci¨®n andaluza a los territorios y se ha ¡°congelado¡±. No es el mejor momento. No se entender¨ªa, asumen en Ramala.
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