El monte se regenera un a?o despu¨¦s del fuego, pero la inversi¨®n no llega
El bosque mejora en Cortes y Andilla, aunque siguen los recortes en extinci¨®n
El 28 de junio de 2012, cerca de las cuatro de la tarde, se declar¨® un incendio en Cortes de Pall¨¢s. Al d¨ªa siguiente, m¨¢s de 100 kil¨®metros al norte, Andilla empezaba tambi¨¦n a arder en medio de unas condiciones clim¨¢ticas que hicieron el fuego imparable. Bosques enteros en m¨¢s de 50.000 hect¨¢reas iban a quedar reducidos a polvo gris. Un a?o m¨¢s tarde, peque?os brotes asoman en los troncos quemados, incipientes pimpollos despuntan entre las cenizas y las flores han hecho acto de aparici¨®n. ?Qu¨¦ ha ocurrido en este tiempo? ?Qu¨¦ medios ha puesto la Administraci¨®n para recuperar las zonas quemadas?
¡°Lo mejor que se puede hacer el primer a?o es no hacer nada¡±, explica Juli G. Pausas, del Centro de Investigaciones sobre Desertificaci¨®n (Cide). ¡°El sistema es muy fr¨¢gil despu¨¦s del fuego y hay muy poca cobertura, as¨ª que lo mejor es no tocarlo. Hemos estado visitando las zonas de los incendios y en la mayor¨ªa de los casos, aunque la estructura no es como antes, la vegetaci¨®n est¨¢ muy recuperada¡±. Desde la extinci¨®n de los fuegos, las administraciones han optado por la instalaci¨®n de fajinas para la reducci¨®n la erosi¨®n y la retirada de la madera quemada. El Gobierno central y la Generalitat Valenciana aprobaron en octubre un plan para la retirada de la le?a. ¡°No se puede generalizar pero hay casos claros en los que extraer la madera quemada est¨¢ produciendo un impacto peor que el de los incendios¡±, explica Pausas. Este plan, con un presupuesto de cuatro millones de euros, complica la regeneraci¨®n. ¡°En algunos casos, especialmente en las zonas de pendientes elevadas, el paso de m¨¢quinas y el arrastre de troncos por las laderas est¨¢ haciendo que la vegetaci¨®n se recupere m¨¢s lentamente y aumente la erosi¨®n¡±, a?ade.
Carles Arnal, bi¨®logo y miembro de Acci¨® Ecologista-Agr¨®, est¨¢ de acuerdo. ¡°La vegetaci¨®n forestal que regenera tras un incendio utiliza dos estrategias: Hay plantas de regeneraci¨®n lenta que hacen germinar las semillas del suelo, como los pinos. Pero tenemos vegetaci¨®n, como las carrascas, de regeneraci¨®n m¨¢s r¨¢pida porque utiliza la estrategia de hacer rebrotar el tronco. Por desgracia, sacar la madera va en detrimento de este rebrote¡±.
Los vecinos de la zona sienten que ¡°la Administraci¨®n no ha aprendido nada¡±
Pero la le?a quemada es un combustible valioso y los Ayuntamientos no han desaprovechado la oportunidad de rentabilizarla. ¡°Alcublas ha conseguido que paguen la tonelada de madera a cinco euros frente a otros municipios en los que se est¨¢ pagando a un euro¡±, explica Rafael Casany, de la Plataforma Alcublana por la Recuperaci¨®n del Entorno. Con este dinero, asegura, el Ayuntamiento podr¨¢ hacer frente a gastos de recuperaci¨®n del monte. Algunos municipios han dado trabajo durante 40 d¨ªas a vecinos para hacer fajinas de contenci¨®n de suelos con la madera quemada.
Los habitantes de las zonas afectadas se quejan de la falta de apoyo de la Generalitat. ¡°Al principio el tratamiento fue desp¨®tico porque ven¨ªan a explicarnos c¨®mo no hab¨ªan sofocado el incendio, pero sin hacer autocr¨ªtica. A continuaci¨®n, cada mochuelo se ha preocupado de su olivo¡±, explica Pepa Mart¨ª, vecina de Andilla y miembro de la Plataforma de Afectados por los Incendios. Ayuntamientos como los de Andilla y Alcublas han buscado soluciones conjuntas. ¡°La consejer¨ªa no ha hecho trabajos de prevenci¨®n en invierno salvo un tramo peque?o que se limpi¨® despu¨¦s del incendio y que se dej¨® tipo dehesa¡±, cuenta Mart¨ª. Para controlar la masa forestal, Andilla ha apostado por los m¨¦todos tradicionales de escaso impacto. ¡°El Ayuntamiento hizo un convenio con ganaderos y hemos tenido pastoreo de cabras y ganado¡±.
Los vecinos afectados sienten que la Administraci¨®n ¡°no ha aprendido nada¡± de la cat¨¢strofe. ¡°?T¨² has le¨ªdo que se haya incrementado el n¨²mero de brigadas? ?Y has le¨ªdo que se haya contratado suficiente personal para trabajar durante el invierno y que hayan utilizado la m¨¢xima de que los incendios se apagan en invierno? Pues con eso te hago el resumen de todo¡±, dice Pepa Mart¨ª.
Los ganaderos y agricultores se quejan de que muchos a¨²n no han cobrado las ayudas para recuperar sus parcelas. La Generalitat aprob¨® una l¨ªnea de nueve millones: seis para los incendios de Cortes de Pall¨¢s y Andilla y tres para el de Chulilla. Firm¨® convenios para que los municipios gestionasen las ayudas. Pero los afectados dicen que no han llegado. Preguntada por los impagos, la Consejer¨ªa de Gobernaci¨®n culpa a los municipios. ¡°Se han pagado m¨¢s de cuatro millones de euros. Lo que queda hasta el total de nueve no es que la Generalitat lo debe, sino que los ayuntamientos deben certificarlo y resolver el expediente de los da?os¡±.
La consejer¨ªa de Seraf¨ªn Castellano, competente en materia de prevenci¨®n y extinci¨®n de incendios, anunci¨® en mayo una inversi¨®n de 94 millones de euros para estas tareas en 2013. Seg¨²n los presupuestos de la Generalitat, el programa de Emergencias, protecci¨®n civil, prevenci¨®n y extinci¨®n de incendios solo dispone de 63,7 millones. Ante la incoherencia, Gobernaci¨®n alega que la cifra anunciada es la suma de actuaciones de varias consejer¨ªas.
Los 94 millones anunciados son solo 63,7 en el presupuesto
¡°No se ha realizado ning¨²n recorte en las brigadas de emergencia¡±, dice la Consejer¨ªa de Gobernaci¨®n. ¡°De todo lo que hab¨ªa en verano en 2011 han recortado un 80% y despu¨¦s de los incendios del a?o pasado han seguido igual¡±, se?ala Miguel Mart¨ªnez, bombero forestal y miembro del Sindicato Profesional de Polic¨ªas Locales y Bomberos. Durante los incendios de 2012, llegaron en ocasiones a estar m¨¢s de 15 horas seguidas trabajando frente al fuego. ¡°Si pasa algo igual lo que har¨¢n ser¨¢ tirar de nosotros todo lo que puedan. La consejer¨ªa suple la falta de personal con el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias. Pero el problema es que ellos vienen cuando hay un incendio, no est¨¢n como nosotros en las zonas de mayor riesgo¡±, cuenta Mart¨ªnez.
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