El ¡®Concert¡¯ como antiguo r¨¦gimen
Desde el pasado 11-M Catalu?a es una inmensa casa de colonias
Desde el pasado 11-M Catalu?a es una inmensa casa de colonias. Las actividades de una casa de colonias son diferentes, como su nombre indica, a las de un campamento del KKK. Diferencias: a) son absolutamente democr¨¢ticas, si bien; b), son absolutamente infantiles. Consisten en actividades coloristas ¡ªuna estelada humana, una estelada amb espelmes... estelades, en fin, de macarrons, realizadas como nos indica el monitor¡ª, e inocuas. ?Qu¨¦ funci¨®n tienen estos actos? El Concert per la Llibertat puede orientar sobre la funci¨®n, el l¨ªmite y, posiblemente, el escaso futuro de toda esta din¨¢mica de infantilizaci¨®n social.
El Concert fue un acto organizado por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), en el que personajes de la cultura participaron en un espect¨¢culo, verbalizado a trav¨¦s del discurso de la presidenta de Omnium. Esta descripci¨®n blanca queda chachi. Ilustra una sociedad viva que se organiza, a partir de instituciones no gubernamentales, para realizar una demanda colectiva. Pero aportemos matices. La ANC no es una ONG. El 12-S otorg¨® al Gobierno CiU-ERC, gratuitamente y en un acto partidista, la tutela de lo que la ciudadan¨ªa defendi¨® en consultas y en una manifestaci¨®n gigantesca. Lo que explica favores como que el acto contara con la asistencia ¡ªtelevisada¡ª de varios miembros del Govern, un Govern que puede ir a ese acto, pero no puede pisar amplias zonas del territorio, como son sus escuelas y hospitales. Para ver, en su intensidad, el car¨¢cter gubernamental del acto, les propongo traducir la primera frase del p¨¢rrafo al castellano oficial. As¨ª, la fabulosa alocuci¨®n ¡°El Concert fue un acto organizado por la ANC (...) personajes de la cultura (...) discurso de la presidenta de Omnium¡±, podr¨ªa quedar, glups, as¨ª: ¡°El concierto fue un acto organizado por ?Basta Ya!, con la participaci¨®n de diversos personajes del mundo de la cultura, c¨®mo Sabina y chorrocientos premios Pr¨ªncipe de Asturias, que culmin¨® con un emotivo discurso del presidente del Fundaci¨®n para la Defensa de la Naci¨®n Espa?ola¡±. Incluso ¡ªrayos, no puedo parar¡ª se podr¨ªa agregar: ¡°Soraya S¨¢enz de Santa Mar¨ªa declar¨®, emocionada, que la libertad es innegociable¡±. S¨ª, suena mal. Suena a la cultura espa?ola del los ¨²ltimos 35 a?os / la cultura de la transici¨®n, eso que consiste en convertir la cultura en la ideolog¨ªa del r¨¦gimen y utilizarla para emitir mensajes verticales, del Gobierno hacia abajo. Una cultura que hace aguas en todo el Estado, menos en Catalu?a. Socorro.
La organizaci¨®n vel¨® en todo momento por ese modelo cultural / por la nitidez del mensaje gubernamental ¡ªmensaje gubernamental: no describir el futuro Estado, no exigir ni ofrecer fechas, hacer pi?a en torno a un Govern cr¨ªptico en el que se delega todo¡ª, y recibi¨® con enojo cualquier otro mensaje ¡ªque por estrechez del marco CT, pas¨® a ser antigubernamental¡ª. Referencias a la represi¨®n, a los recortes, la corrupci¨®n, la pobreza ¡ªdisciplinas en las que el Govern brilla m¨¢s y mejor que elaborando procesos soberanistas¡ª, fueron recibidos por la organizaci¨®n con enojo. O, en palabras del capo de seguridad del acto, esos discursos no gubernamentales eran propios de quienes son ¡°el principal obstacle per a la independ¨¨ncia, la principal amena?a que t¨¦ el nostre proc¨¦s cap a l'estat propi¡±. O, en castellano oficial, los violentos. Lo que dibuja la funci¨®n del acto: suspender la cr¨ªtica hacia un gobierno que ¡ªy esto ya es virtuosismo¡ª al d¨ªa siguiente del Concert incumpl¨ªa su l¨ªmite de seis meses, anunciado hace seis meses, para presentar la pregunta del refer¨¦ndum (sin fecha, por cierto).
El Govern y su entorno, vamos, utilizan mecanismos pol¨ªticos y culturales viejos. Porque son pol¨ªtica y culturalmente viejos. Son lo viejo. No es veros¨ªmil que lidere un proceso constituyentelo nuevo, esa meditaci¨®n colectiva sobre la soberan¨ªa, el Estado, la UE, el impago, la representatividad y los derechos. Es normal que lo haga la sociedad, y que, con ello, fastidie el Concert, o cualquier acto gubernamental. Es previsible, por tanto, que esos actos vayan decayendo, en cuanto la sociedad recupere la iniciativa del proceso que inici¨®. O proliferando, si la pierde, si prosigue su infantilizaci¨®n, si se le exige entrar en un registro de adheridos a los collares de macarrones / un Club S¨²per CiUERC
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