¡®Duelo¡¯ musical
Rufus Wainwright y Lana del Rey calientan de punta a punta Barcelona
Fin de semana estival, por fin, y fin de semana musical de nivel ayer en Barcelona, esta vez de punta a punta de la ciudad, desde el distrito de Sant Mart¨ª a Pedralbes. En el Parc del F¨®rum se inici¨® en la tarde de ayer el Cru?lla, festival que hoy tiene su segunda y ¨²ltima jornada con los platos fuertes de Snoop Dogg y Tego Calder¨®n. Pero en la inauguraci¨®n, la m¨²sica ya domin¨® en la orilla del mar con las actuaciones de Cat Power, El Petit de Cal Eril, Ernest Ranglin ¡ªestupendo a sus incre¨ªbles 81 a?os¡ª y el canadiense Rufus Wainwright, cercano a sus cuarenta, tal y como record¨® en escena no sin cierta coqueter¨ªa.
Actuando en solitario, el coqueto Rufus (s¨®lo bien con guitarra o piano) protagoniz¨® una actuaci¨®n que apenas en parte se sobrepuso al contexto festivalero, poco propicio para conciertos de tono pausado. M¨¢s suerte tuvo despu¨¦s Billy Bragg, el eterno bardo de la clase trabajadora, esp¨ªritu de artista proletario, voz tersa y actitud combativa. A¨²n no hab¨ªa oscurecido del todo pero las brillantes melod¨ªas de Billy, menos sofisticadas y m¨¢s directas que las de Rufus, iluminaron las primeras horas de un festival que ayer ten¨ªa en Suede uno de sus platos fuertes.
Subiendo un grado m¨¢s la intensidad de las melod¨ªas m¨¢s directa, la noche de ayer la histeria colectiva tuvo una protagonista en los jardines del Palau Reial de Pedralbes: Lana del Rey. La modelo, compositora y cantante neoyorquina volv¨ªa a Barcelona para refrendar sobre un escenario esos millones de visitas a sus v¨ªdeos en YouTube y los consiguientes casi cuatro millones de ced¨¦s vendidos en ¨¦poca de total crisis del disco.
Llegaba con todas las entradas vendidas, unas 2.300 seg¨²n los organizadores, y con solo aparecer sobre el escenario vestida de un rojo llamativo la locura se desat¨® en Pedralbes. Centenares de asistentes se abalanzaron ante el escenario armados de c¨¢maras, tel¨¦fonos m¨®viles y tabletas y la diva, porque ya lo es, se sent¨® en un borde del escenario totalmente rodeada por su p¨²blico y hasta firm¨® aut¨®grafos mientras entonaba su pol¨¦mica Cola. El delirio, claro.
Y la locura sigui¨® mientras aparec¨ªan ya de entrada (se notaba que la cantante que ha nutrido parte de la banda sonora de El gran Gatsby no quer¨ªa dejar indiferente) alguna de sus canciones m¨¢s populares, como Body electric, Blue Jeans y, sobre todo, Born to die, todas coreadas, como mandan los c¨¢nones, por unos asistentes que no cejaban en su empe?o de inmortalizar el momento. Lana del Rey comenz¨® su concierto con fuerza y con todo el p¨²blico metido en el bolsillo y exteriorizando su euforia. Rufus y Lana, en un particular duelo, calentaron pues, a su modo, la noche musical barcelonesa. De punta a punta.
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