Una nueva Ley de EPA, ?para qu¨¦?
La actual norma ha permitido consolidar una red de 235 centros p¨²blicos en los que participan m¨¢s de 80.000 personas al a?o
El 18 de enero de 1995, las Cortes Valencianas aprobaron (sin votos en contra) la Ley 1/95 de Formaci¨®n de Personas Adultas (FPA), que vino a regular este sector educativo y permiti¨® dar respuesta a una amplia demanda social articulada en torno a la Mesa de Agentes Sociales por la FPA.
Al amparo de la Ley, los Centros de FPA han venido realizando una ingente labor educativa, social y humana. De manera siempre discreta, siempre austera, han sido miles y miles los valencianos y las valencianas que en ellos han aprendido a leer y escribir, han aumentado su formaci¨®n general, han obtenido titulaciones b¨¢sicas o profesionales, han accedido a estudios superiores, se han alfabetizado en la propia lengua, han estudiado otros idiomas de la UE, se han familiarizado con los usos de las nuevas tecnolog¨ªas y han realizado una gama ampl¨ªsima de cursos y talleres ocupacionales y de ocio creativo. Todo ello ha permitido mejorar las expectativas personales y profesionales, ha incidido muy positivamente en la convivencia en nuestros barrios y pueblos, ha posibilitado, en suma, el desarrollo de la ¡°capacidad para juzgar cr¨ªticamente y participar activamente en la realidad cultural, social y econ¨®mica¡±, como sostiene la Ley.
La Ley de FPA de 1995 ha permitido consolidar una red de 235 centros p¨²blicos en los que participan m¨¢s de 80.000 personas al a?o, y el balance que puede hacerse es positivo, a pesar incluso de que numerosas propuestas est¨¢n a¨²n por desarrollar (Comisi¨®n Interdepartamental, Consejo de la FPA, Convenio General Multilateral que garantice la financiaci¨®n de los centros municipales, proyectos territoriales, plantillas multiprofesionales, adecuaci¨®n y construcci¨®n de centros de FPA¡).
Por ello, no se entienden las prisas en modificar una Ley que est¨¢ dando evidentes buenos resultados, teniendo en cuenta adem¨¢s que no hay ni un solo informe que avale la modificaci¨®n ni que se haya abordado la redacci¨®n de un libro blanco que pudiera servir de referente para el cambio.
Con la propuesta que nos anuncian, aparte de no dar soluci¨®n a ninguno de los problemas que existen, quieren convertir la red de centros p¨²blicos de FPA en una gigantesca estructura de educaci¨®n a distancia, pretensi¨®n que no s¨®lo es injusta, sino que deja ver el enorme desconocimiento por parte del legislador de lo que es la educaci¨®n presencial y la educaci¨®n a distancia, dos posibilidades de formaci¨®n que vienen funcionando de manera complementaria desde hace casi 30 a?os.
Tambi¨¦n quedan seriamente tocados los programas de alfabetizaci¨®n y cultura general y todos aquellos que no conduzcan directamente a la obtenci¨®n de titulaciones. El argumento parece ser, como siempre, economicista. Las titulaciones son muy importantes en los Centros de FPA, siempre lo han sido, pero a m¨ª me gustar¨ªa saber qu¨¦ tipo de despilfarro es el que hacen las personas que participan en cursos como los de Alfabetizaci¨®n, Neolectores, Fotograf¨ªa, Cer¨¢mica, Dibujo o Inteligencia emocional, por poner algunos ejemplos. Tambi¨¦n me gustar¨ªa saber qu¨¦ habr¨¢ que hacer para facilitar conocimientos, actitudes y destrezas ¨Cadem¨¢s de t¨ªtulos r¨¢pidos y a la carta- a los miles de j¨®venes que presentan rasgos evidentes de analfabetismo funcional, aunque esta expresi¨®n suene expeditiva.
Creo que, antes de tomar decisiones dr¨¢sticas, habr¨ªa que dialogar. En la formaci¨®n de personas adultas convivimos gentes muy diversas y estamos habituados al di¨¢logo. Y dialogar es sentarse a debatir, ver qu¨¦ se ha hecho bien y qu¨¦ hay que revisar. Estas cosas, consensuadas, suelen salir mejor.
Pepe Veiga es director del Centro P¨²blico de FPA de Torrent? y profesor asociado de la Universitat de Val¨¨ncia
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