La transparencia, esa cosa
Mariano Rajoy agradeci¨® p¨²blicamente la ¡°magn¨ªfica gesti¨®n¡± del ya extesorero del PP
Ahora resulta que la transparencia ¡ªo sea, la honradez y su ejercicio visible¡ª necesita ser puesta en una ley para ser efectiva. Pero ni siquiera eso ¡ªuna ley¡ª garantiza nada, como al parecer ocurri¨® con la Ley de Incompatibilidades, promulgada por el Ejecutivo de Felipe Gonz¨¢lez tras los ¨²ltimos casos de corrupci¨®n, pero aplicada, por cuestiones cronol¨®gicas ¡ªes de 1995, y Aznar gan¨® las elecciones un a?o despu¨¦s¡ª por el nuevo Gobierno del PP. En esa etapa, Mariano Rajoy fue ministro de Administraciones P¨²blicas entre 1996 y 1999, convertido en m¨¢ximo garante del cumplimiento de esa Ley de Incompatibilidades. Si las afirmaciones y las pruebas documentales de Luis B¨¢rcenas son ciertas, el hoy presidente del Gobierno no fue muy eficaz; y habr¨¢ que dilucidar, para bien de la tranquilidad ciudadana, su posici¨®n en esa trama de dobles pagos, en met¨¢lico o no. O en una caja de puros, como se afirma que lo recib¨ªa el propio Rajoy.
Mientras crece el esc¨¢ndalo y desde el Gobierno se acusa a los peri¨®dicos ¡ªya no solamente a uno¡ª de difundir falsedades, se quiere sacar adelante una Ley de Transparencia que nos hace presentir un desarrollo no muy distinto al que tuvo aquella Ley de Incompatibilidades. Desde Moncloa se afirma que el presidente ¡°no tiene que responder a las acusaciones de un preso¡±. Analicemos las caracter¨ªsticas del ¡°preso¡± y su vinculaci¨®n con el l¨ªder popular. Dejando a un lado que Rajoy ha sido dirigente del PP desde hace dos d¨¦cadas, con lo que algo deb¨ªa de conocer, fue en 2008 cuando, como presidente del PP, nombr¨® tesorero del partido al entonces gerente y senador Luis B¨¢rcenas. Despu¨¦s, cuando el 8 de abril de 2010 B¨¢rcenas se vio obligado a dimitir por el caso G¨¹rtel, Mariano Rajoy agradeci¨® p¨²blicamente la ¡°magn¨ªfica gesti¨®n¡± del ya extesorero. A partir de entonces, se le mantuvo su sueldo mensual de 20.000 euros ¡ªno est¨¢ mal, para estos tiempos austeros de recortes en becas y en la sanidad p¨²blica¡ª y su despacho en G¨¦nova, hasta hace poco, cuando se nos anunci¨® su ¡°despido en diferido¡±.
Vemos, entonces, que B¨¢rcenas no es un ¡°preso¡± m¨¢s, porque Rajoy le confi¨® las finanzas del partido gobernante. Siempre hab¨ªa estado ah¨ª, desde los tiempos de la liberalizaci¨®n del precio del suelo ¡ªley de 1998¡ª, del crecimiento econ¨®mico por la construcci¨®n y su progresiva burbuja inmobiliaria. En los ¨²ltimos a?os, seg¨²n el Tribunal de Cuentas, nada menos que dos millones y medio de euros an¨®nimos se recib¨ªan en G¨¦nova anualmente. Y siguiendo el rastro del dinero, hemos llegado aqu¨ª, a su posible contraprestaci¨®n: con esa cercan¨ªa, resulta demasiado inveros¨ªmil creer que el primero ministro, y luego presidente del PP, ignorase las andanzas econ¨®micas de su antes gerente, y despu¨¦s tesorero ¡ªnombrado por ¨¦l¡ª, y tambi¨¦n que B¨¢rcenas controlaba las adjudicaciones p¨²blicas de las Administraciones gobernadas por el PP, para favorecer a esos simpatizantes que donaban al partido, puntualmente, m¨¢s de 6.000 euros diarios.
Ahora, mientras se trata de articular una fantasmag¨®rica Ley de Transparencia, sabemos que el presidente del Gobierno no va a comparecer, mientras Gonz¨¢lez Pons acusa a los partidos de izquierda de bajarse de la ley ¡°por sus propios esc¨¢ndalos de corrupci¨®n¡±. Claro que todos los casos de corrupci¨®n han de ser estudiados, juzgados y condenados. Pero andar ahora a vueltas con la Ley de Transparencia, manose¨¢ndola, cuando ya ni siquiera podemos aspirar a la comparecencia ¡°plasm¨¢tica¡± de Rajoy, sin derecho a preguntas, es de un cinismo m¨¢ximo y, tambi¨¦n, muy transparente.
Mariano Rajoy nos ha aclarado que tenemos que hablar de ¡°cosas importantes¡±. Como a veces no entiendo del todo sus sofisticados juegos de palabras, imagino que se refiere, entre otras, a la propia transparencia, reivindicada hoy, como tambi¨¦n lo fueron la austeridad y la incompatibilidad de sueldos en 1996. Sab¨ªamos de la tendencia a la opacidad de este Gobierno, sin escuchar a la ciudadan¨ªa en tantas decisiones; pero no se puede maniobrar, tambi¨¦n, de espaldas a la legalidad. La gente ya no cree en la pol¨ªtica: la ve como un problema, y est¨¢ en juego la propia democracia como sistema de representaci¨®n. Pero como el PP tiene mayor¨ªa absoluta en el Parlamento, Rajoy pasa de largo, y a otra cosa. Sin duda, muy importante.
Joaqu¨ªn P¨¦rez Aza¨²stre es escritor.
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