La Cava Baja no puede dormir
M¨²sica con demasiado volumen, exceso de aforo, concentraci¨®n de bares y gente bebiendo en la calle desatan un conflicto entre vecinos y hosteleros
La Cava Baja siempre est¨¢ despierta. La saturaci¨®n de locales de hosteler¨ªa que encierra el tri¨¢ngulo de las calles de Toledo, Bail¨¦n y Segovia ha transformado la zona en una pesadilla para algunos habitantes. ¡°Negocio que quitan, bar que meten¡±, resume uno de los vecinos. Los hosteleros, sin embargo, consideran ¡°exageradas¡± las quejas. ¡°Lo que no se puede pretender es vivir en el centro de Madrid sin que haya ruido¡±, subraya uno de ellos. En los ¨²ltimos a?os, la m¨²sica con bastante volumen, el exceso de aforo y la gente bebiendo en la calle han sido la causa de un conflicto en el que el Ayuntamiento es un simple espectador, dice Saturnino Vera, presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos Cavas y Costanillas.
¡°La zona se ha convertido en un parque de fiestas que nunca termina¡±, dice Carmen una residente de 71 a?os. En 1950, se instal¨® con su familia en uno de los pisos de la plaza del Humilladero. Desde ah¨ª ha sido testigo de los cambios de esta zona. ¡°Nos han invadido los bares¡±, argumenta. En los 350 metros de la calle de la Cava Baja hay 47 edificios con 63 locales, 54 de ellos est¨¢n dedicados a la hosteler¨ªa, detalla Saturnino Vera. ¡°Hay edificios hasta con seis¡±, a?ade.
En el coraz¨®n de esta misma calle, Gloria beb¨¦ un caf¨¦ con hielo en su restaurante, La Chata, y no se angustia por las quejas. ¡°Yo vivo en esta zona y claro que se duerme. Nos hemos hecho viejos y quiz¨¢s nos molesta la gente joven¡±, comenta.
En septiembre del a?o pasado, la zona de la Cava Baja fue catalogada como zona de protecci¨®n ac¨²stica especial del distrito Centro. El Ayuntamiento ha reconocido que el ocio nocturno constituye uno de los principales focos de contaminaci¨®n ac¨²stica en esta ¨¢rea donde habitan casi 24.000 personas. ?Pero en d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite?
Un bar animado genera la misma contaminaci¨®n ac¨²stica que un motor de autob¨²s. Los dos producen 80 decibelios, seg¨²n un an¨¢lisis del Observatorio Salud y Medio Ambiente DKV. El observatorio indica que las personas expuestas a este tipo de ruidos sufren con frecuencia alteraci¨®n del sue?o, de la memoria y de la atenci¨®n.
De acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid, en la zona de la Cava Baja los decibelios que se alcanzan en un d¨ªa con ocio nocturno superan los 70. Esto sucede entre las dos y las tres de la ma?ana, poco despu¨¦s de que la mayor¨ªa de los bares y restaurantes hayan cerrado. El ruido desciende, al amanecer, hasta casi los 55 decibelios.
En cambio, en un d¨ªa laborable, sobre las 12.00, el ruido sube a 65 decibelios. Y la paz dura hasta las cuatro de la madrugada, cuando se registran 50. El estudio Night noise guidelines for Europe, elaborado en 2009 por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, explica que aquellas personas que se exponen por la noche a un nivel de entre 40 y 55 decibelios de ruido exterior sufren efectos adversos en su salud. ¡°Cuando se rebasan los 55, la poblaci¨®n est¨¢ muy molesta¡±, detalla.
La ¨²ltima cena de Juan Manuel Franco fue la del 31 de junio. Tom¨® un gazpacho, comi¨® un pedazo de lomo y una patata cocida. Justo al amanecer del 1 de julio se plant¨® en la plaza Mayor. El due?o del bar El Caf¨¦ del Mono decidi¨® iniciar una huelga de hambre. Dos meses antes, el Ayuntamiento de Madrid le hab¨ªa notificado el incumplimiento del pago de tres multas. Una de 2011 que asciende a 30.000 euros y dos m¨¢s de 2013 que, en conjunto, suman 63.000.
Un cambio de licencia fue la causa de las sanciones. Seg¨²n Franco, en 2003 se le concedi¨® la autorizaci¨®n para servir copas, despu¨¦s de 15 a?os de que abriera un bar tradicional en la Cava Alta 19. ¡°Me han modificado el permiso y sin previo aviso¡±, argumenta este madrile?o de 54 a?os. Hasta que no reciba una explicaci¨®n del Ayuntamiento, Juan Mar¨ªa no probar¨¢ alimento. Esta no es la primera vez que lleva su cuerpo al l¨ªmite. En 2000 recibi¨® una orden de la Junta Municipal de Centro. Ten¨ªa que cerrar el local, pues dispon¨ªa de un aparato de m¨²sica y la licencia de su establecimiento no inclu¨ªa este permiso. En aquella ocasi¨®n fue atendido 15 d¨ªas despu¨¦s de haber iniciado la huelga. ¡°El bar es mi vida¡±.
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