De profesi¨®n, taxista (pirata)
Conductores sin licencia hacen su agosto en la terminal T4 del aeropuerto de Barajas El sector critica que no se persigue lo suficiente a estos veh¨ªculos irregulares El bot¨ªn de los ¡®tironeros¡¯ ronda los 3.000 euros
Joselito sale siempre a la calle con calzado deportivo. Calcula que le han agredido unas 15 veces en los ¨²ltimos 10 a?os. As¨ª que ahora, si puede, echa a correr. Este hombre menudo, que tiene 50 a?os y en realidad se llama Javier, lleva una d¨¦cada jug¨¢ndose el tipo como tironero o taxista pirata en el aeropuerto de Barajas. Dice que la ¨²ltima vez le rompieron las costillas. Pero ni con ¨¦sas consiguieron quebrarle las ganas de ponerse al volante de su Peugeot 406. Asegura que su mujer y sus tres hijos le apoyan. ¡°Yo solo me busco la vida¡±, se defiende sin dejar de vigilar su espalda, por si acaso.
Este tipo de conductores piratas ofrecen sus servicios a los turistas extranjeros que aterrizan en la terminal T2 o T4 del aeropuerto. Aunque su tim¨®n tambi¨¦n suele dirigirse a la estaci¨®n de Atocha y a algunos hoteles. Joselito dice que lo hace por vocaci¨®n. Porque le gusta su trabajo. Los 70 litros de su dep¨®sito le duran apenas cuatro d¨ªas. La maniobra de este pirata es siempre la misma: amarra su coche en el aparcamiento de la T4 y despu¨¦s aborda a los clientes en el vest¨ªbulo: ¡°?Buscas taxi? Yo te llevo, ?vamos!¡±. En unos 20 minutos ha cargado su coche. De esta manera, solo tiene que pagar 10 c¨¦ntimos de aparcamiento, explica.
Las tarifas son cerradas, pero dependiendo del conocimiento del idioma pueden oscilar entre el timo o la estafa. Varios trabajadores de la T4 afirman, de hecho, que algunos conductores han llegado a cobrar hasta 120 euros por una carrera a la Puerta del Sol cuando esta no suele superar los 35, incluido el suplemento de 5,50 del aeropuerto. Se da la paradoja, adem¨¢s, de que a tan solo unos metros de donde act¨²an los tironeros, hay una m¨¢quina que ofrece precios orientativos de cada ruta: a Sol sale por 33,5 euros m¨¢s el suplemento y con la tarifa 2 (2,35 euros de bajada de bandera).
¡°El truco est¨¢ en el tax¨ªmetro¡±, explica uno de los taxistas que suele frecuentar esta terminal. Seg¨²n dice, algunos de estos piratas han sido o son taxistas. ¡°Por lo general, tienen varios coches. Si les retienen uno, sacan el otro. Y si no, su taxi particular. Lo que hacen entonces es jugar con las tarifas: empiezan con la 1 y al llegar al destino pasan a la 0, que la ponemos, por ejemplo, cuando nos equivocamos de ruta. Es una forma de parar el tax¨ªmetro, pero sin borrar la cantidad marcada. De esta forma, el total se acumula. Y el siguiente cliente, en vez de pagar solo la bajada de bandera [2,30 euros], comienza desde donde lo dej¨® el pasajero anterior. El ¨²ltimo se lleva el bote¡±, revela.
Joselito solo tiene su coche, aunque reconoce que infla el precio unos 10 euros cuando puede. ¡°A m¨ª 45 euros por ir al Centro me parece una buena oferta¡±, reconoce sin tapujos.
Licencia para salir a ¡®faenar¡¯
Adem¨¢s de los taxis oficiales, los coches de alquiler con conductor pueden trasladar a pasajeros si tienen el correspondiente permiso de la Comunidad de Madrid. Estos veh¨ªculos han de cumplir una serie de requisitos, como no superar las nueve plazas, tener una potencia de entre 13 y 18 caballos de vapor fiscales o una longitud de unos cinco metros. Actualmente, hay 622 autorizaciones concedidas. La Ley de Ordenaci¨®n del Transporte Terrestre establece, no obstante, que la propoci¨®n entre ambos sectores ha de ser de un coche de arrendamiento por cada 30 licencias de taxi. Hay 16.085, luego deber¨ªa haber 536 autorizaciones. En 2009, se trat¨® de liberalizar el sector, lo que acarre¨® numerosas protestas. El gremio considera que el asfalto est¨¢ ya saturado: seg¨²n sus c¨¢lculos, sobran unas 4.000 licencias.
Su truco es hacer muchas carreras cortas. Sobre todo a hoteles y prost¨ªbulos. ¡°Hay botones que me pagan 40 euros por cada cliente que llevo. Aunque los que m¨¢s dinero me dan son los clubes de chicas: 60 euros si la persona est¨¢ un m¨ªnimo de 30 minutos. Y 120 si est¨¢ una hora. Eso, m¨¢s la carrera claro¡±. Su bot¨ªn llega a los 3.000 euros brutos. Todo en negro. Gasta unos 500 euros en total por la gasolina y el mantenimiento de su malogrado coche. ¡°Me han pinchado las ruedas unas 30 veces¡±, estima.
El apodo le viene de su ¨¦poca de taxista. Antes de que le echaran de la flota, tras descubrir que era un pirata, este antiguo panadero interceptaba a los pasajeros en la antigua Estaci¨®n Sur de Autobuses de Palos de la Frontera (Arganzuela). Seg¨²n dice, se los llevaba a todos de calle: ¡°Hace 10 a?os, ten¨ªa flequillo y me parec¨ªa m¨¢s a Joselito¡±. Ahora tambi¨¦n se da un aire, salvo por su alopecia y la nariz hundida. Pero conserva, en el fondo, la misma cara de ni?o. Aunque lo suyo no es una simple travesura: las multas por este tipo de pr¨¢cticas van desde los 3.001 euros a los 18.000, en funci¨®n de la reincidencia, seg¨²n explican fuentes municipales. Este pirata, que tiene el coche a nombre de su mujer, ha tenido seis juicios por multas de 6.000 euros, cuenta. De los cuales, asegura que ha ganado cuatro ¡°y las otras dos... bueno, ah¨ª est¨¢n¡±, desde?a.
La Polic¨ªa Municipal afirma, no obstante, que este tipo de estafas son muy dif¨ªciles de detectar y, sobre todo, de probar; ¡°especialmente cuando no se cuenta con la colaboraci¨®n del pasajero¡±. As¨ª, no hay una estad¨ªstica concreta del n¨²mero de piratas del asfalto.
La Asociaci¨®n Gremial de Auto-Taxi de Madrid los tiene, sin embargo, a todos fichados. La agrupaci¨®n mayoritaria del sector considera que el Ayuntamiento podr¨ªa hacer algo m¨¢s. ¡°El problema es que no hay un plan de inspecci¨®n y un plan de sanciones en Barajas y Atocha, cuando este tipo de piratas son de sobra conocidos e incluso han agredido a taxistas. Nosotros lo hemos denunciado en multitud de ocasiones. Estos tipos no tienen ni el carn¨¦ correspondiente ni el seguro adecuado. Est¨¢n grabados por las c¨¢maras del aparcamiento. La polic¨ªa los conoce pero no hacen nada¡±, clama Julio Moreno, su presidente. Francisco Esteban, asesor de la Confederaci¨®n del Taxi en Espa?a, va m¨¢s all¨¢: ¡°Nosotros llevamos un seguro de accidentes y un seguro de responsabilidad civil de 50 millones de euros. Quien se monta con ellos pone en riesgo su cartera y su vida¡±.
Seg¨²n el sector, en la Comunidad hay 16.085 taxis circulando. A las ocho de la tarde, el sol calienta todav¨ªa los motores de los 1.296 veh¨ªculos autorizados que aguardan su turno en la bolsa de taxis situada a kil¨®metro y medio de la T4. La terminal m¨¢s grande. Es una espera lenta. Sofocante. Con suerte, estos taxistas saldr¨¢n a las dos horas de este parking de AENA, situado en tierra de nadie, para pasar a engrosar la fila de veh¨ªculos que recoger¨¢n, cuatro horas m¨¢s tarde, a los pasajeros reci¨¦n aterrizados. Aunque coger sitio en la cola no les garantiza que vayan a hacer una buena carrera.
Pedro es un habitual del corral, como llaman los asiduos a esta isla de cemento con un ba?o y una cafeter¨ªa. Seg¨²n explica, a la T4 vienen dos tipos de taxistas: los que tienen la vida resuelta y los hijos casados, ¡°y les da igual sacar 100 euros que 80¡±, y los j¨®venes que a¨²n tienen que pagar su hipoteca. ?l es de los segundos. Lleva 38 euros en todo el d¨ªa y est¨¢ nervioso. ¡°Como para que encima vengan estos t¨ªos y nos chuleen en nuestras narices¡±, se sofoca. A su lado, un grupo de taxistas juegan a las cartas sentados en sillas de pl¨¢stico. Camisa abierta. Pecho canoso. Olor a puro. Y el mismo cabreo generacional. ¡°Anda que no les habr¨¦ repartido yo tortas a esos sinverg¨¹enzas¡±, dice uno de los m¨¢s veteranos sin perder de vista su jugada. ¡°Est¨¢ en juego el pan de mi hijo, con eso no se juega¡±, secunda Pedro. Este taxista factura limpios unos 1.200 euros al mes despu¨¦s de 12 horas diarias de kil¨®metros en sus ri?ones. Los gastos de su taxi ascienden a 1.500. En los ¨²ltimos a?os, el sector ha visto rebajada un 40% su facturaci¨®n. 22.000 familias comen del taxi. Pero ahora el tax¨ªmetro marca 60 euros menos cada d¨ªa. ¡°Como para no cabrearnos¡±, resopla.
En la cafeter¨ªa no hacen precio especial a los taxistas. Los caf¨¦s se pagan a 1,29 euros y los bocadillos a 4,35. Sobre la barra, un taxista extiende varias fotograf¨ªas: ¡°Mira, este de pelo canoso es el Luckyl¨². Tiene tres coches y el taxi a nombre de la mujer para declararse insolvente. Ha tenido varios juicios pero siempre vuelve¡±. La rueda de reconocimiento contin¨²a entre el ruido de tazas y platos: ¡°A este le llamamos el Bienpeinao, siempre va engominado. Es de los violentos. Y este de aqu¨ª es el m¨¢s tonto: el Joselito. Siempre que nos ve echa a correr¡±.
Los ¨¢nimos est¨¢n caldeados. En mayo, uno de estos piratas agredi¨® a un taxista que le recrimin¨® lo que estaba haciendo. ¡°Estamos hartos de que nos roben. Muchos de nosotros hemos hipotecado nuestra vivienda para comprar la licencia. A m¨ª me cost¨® 18.700.000 pesetas. Si este patrimonio se deval¨²a, nos quedamos sin casa. Encima, ahora parece que cualquiera puede ser taxista. Mira Internet¡±, se queja su compa?ero. Una simple b¨²squeda en Google de ch¨®fer particular arroja una fila de 3.320.000 veh¨ªculos anclados a la desesperaci¨®n. Manuel, por ejemplo, se ofrece para regar las plantas y tambi¨¦n a realizar traslados. ¡°Pero al aeropuerto, no, que paso de l¨ªos con los taxistas¡±, explica por tel¨¦fono. Otros ofertan ese trayecto por 25 euros: ¡°Vamos en mi coche, pero solo te caben dos maletas¡±.
Al lado de Joselito, son simples grumetes. A esta hora, las once de la noche, lleva 80 euros en el bolsillo. Ha captado a un vien¨¦s que ha aterrizado a las 22.20 procedente de Frankfurt (Alemania): ¡°Buscaba un hotel¡±. Trabaja unas cuatro horas cada d¨ªa de lunes a domingo y se resiste, en fin, a aparcar su vocaci¨®n: ¡°A m¨ª que me denuncien pero que no me peguen¡±.
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