Una ¡®rave¡¯ legal y en familia
Montju?c acoge los domingos el Picnik Electronik: m¨²sica electr¨®nica y comida al aire libre para todas las edades en una idea importada de Canad¨¢
Nada de resacas en el sof¨¢. Eso lo tienen bien claro en la cabeza (y en las piernas) los que los domingos suben las atrevidas curvas del Montju?c hacia los jardines de Joan Brossa. Tacones altos, peinados pin-up y pintalabios rojos chorreaban el pasado domingo bajo el sol de las cuatro de la tarde. Al escucharse sonidos repetidos y punzantes, los pies se activan y unas manos se levantan al ritmo conquistador de Tony Verdi, el djque, por ejemplo, abri¨® una de las sesiones del Picnik Electronik, una particular cita presente en la monta?a urbana barcelonesa hasta septiembre.
Un picnic al aire libre en un espacio verde, con actividades para ni?os y acompa?ado de una buena selecci¨®n de m¨²sica electr¨®nica: ¨¦sta es la f¨®rmula del Picnik Electronik. Una idea importada de Montreal el verano pasado y ubicada en el recinto del viejo parque de atracciones de Montju?c. ¡°Cuando llegamos a Barcelona, nos pasamos un a?o paseando buscando el lugar perfecto. Un d¨ªa vimos el parque y no dudamos: aqu¨ª¡±, recuerda Jordi Ventura, uno de los tres organizadores. La elecci¨®n llev¨® al ¨¦xito: hoy m¨¢s de 80 personas se ocupan de la producci¨®n del acto.
A la una del mediod¨ªa la pista de baile est¨¢ vac¨ªa. Ni?os en ba?ador corren por el tobog¨¢n hinchable de agua. A esta hora los festeros a¨²n no ha llegado y el espacio pertenece a las familias de Barcelona, Badalona, Sant Feliu... Los profesionales del picnic llevan todo lo indispensable: tuppers, carritos y neveritas port¨¢tiles desbordan de pollo rebozado, tortilla de patatas, empanadas y gazpacho. Otros no han venido tan preparados y se apa?an con latas de almejas y aceitunas: si se quedan con hambre en el recinto hay puestos de pizzas y bocadillos.
¡°Aqu¨ª el lunes no existe. Pasamos un momento de paz con amigos y con la pareja, y al mismo tiempo sabemos que nuestros hijos se pasan bien¡±, comenta Alice Molleraeau, que se enter¨® del evento mirando abajo desde el funicular de Montju?c. Muchos padres han descubierto el evento por azar, otros llegan tras la experiencia positiva del Sonar Kids, donde se ha consolidado este nuevo concepto de fiesta en familia. ¡°La m¨²sica acerca mucho a padres e hijos. Y el ritmo es fundamental para el desarrollo de los peque?os¡±, afirma Sandra S¨¢nchez. Su hijo parece darle la raz¨®n: desde la sillita balancea la cabeza y agita los pies. Gracias a los padres electr¨®nicos se cumple el objetivo del Picnik: sacar la m¨²sica electr¨®nica fuera del contexto de la discoteca. Ventura y su socio Loic Le Joliff han transformado este reto en su profesi¨®n. Este invierno organizan su segunda edici¨®n del ElectroSnow en El Tarter, cerca de las pistas de Grandvalira (Andorra). Un Picnik, pero con nieve y deportes de invierno.
Por la tarde, el ambiente muda. Los j¨®venes han llegado: mucho tatuaje y piercing, cabelleras rubias y biquinis. ¡°A veces parece un carnaval¡±, sonr¨ªe Ventura. En la pista de baile, los cuerpos blancos y rojizos de los turistas se entremezclan con los abdominales esculpidos de los culturistas. Tambi¨¦n hay mucha moda ravera: mochilas y gafas de sol saltan por el escenario. ¡°Me parece una rave legal¡±, opina Sandra Belsollel desde su mantel. Pero en familia.
Una entrada al Picnik vale 11 euros, ocho antes de las 16 horas o con el Carnet Jove. Los ni?os hasta 12 a?os no pagan, y nadie lo har¨¢ en la sesi¨®n del 22 de septiembre, en plena Merc¨¨ y dominada por el deejay Richie Hawtin, leyenda electr¨®nica. Es la manera de agradecer a las 3.500 personas que, de media, hacen del Picnik Electronik una rutina dominical.
Las diez de la noche. Mientras las luces del Picnik se apagan, las de Barcelona se encienden. A centenares bajan los asistentes con la ciudad iluminada de frente, la m¨²sica electr¨®nica en las orejas y la experiencia de un ins¨®lito picnic intergeneracional detr¨¢s.
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