Un riesgo a la altura de un pitufo

N¨²meros. Nos estamos acostumbrando tanto a ellos que ya nos parece normal que nos den la medida de todas las cosas. Balance del Grec m¨²sical: 14 espect¨¢culos con un aforo cubierto por encima de 50% cincuenta por ciento. Muy bien, ?y? ?Significa que el programador ha acertado?; ?nos habla ello de la distinci¨®n, calidad o imaginaci¨®n del cartel? No exactamente, pues si acertar consiste en llenar se ocurren un buen mont¨®n de artistas populares que llenan sin ofrecer una propuesta art¨ªstica relevante. Concierto de Elvis Costello el otro d¨ªa en Razzmatazz: previsi¨®n de venta de entradas: 5.000; vendidas, poco m¨¢s de mil. Si el concierto hubiese sido valorado en t¨¦rminos num¨¦ricos habr¨ªa sido un fracaso. ?Lo fue? Empresarialmente s¨ª, art¨ªsticamente no. Ah¨ª estamos: incluso las propuestas municipales (p¨²blicas) se rigen por la l¨®gica de la empresa privada. Y lo contrario no es el despilfarro... Grec 2013, pues: artistas muchas veces vistos en la ciudad dentro de una programaci¨®n musical menguante, de riesgo igual al tama?o de un pitufo y con una columna vertebral que como la portera de N¨²?ez y los fichajes, hubiesen podido dise?ar muchos aficionados. ?Se debe actuar as¨ª? Es una opci¨®n, pero si se adopta, mejor olvidar t¨¦rminos como excelencia. El Grec ha ofrecido una programaci¨®n musical no muy original, conservadora en grado sumo, m¨¢s bien consabida y decididamente corta. Es una opci¨®n, aunque en este caso el balance es como una autopsia: el muerto seguir¨¢ inm¨®vil tras ser sujeto de la misma.