Saber que hay que cuidar el medio ambiente antes de leer y escribir
Un estudio con ni?os concluye que la conciencia medioambiental se desarrolla en edades tempranas
Un estudio llevada a cabo por la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV) con ni?os y ni?as menores de ocho a?os ha llegado a la conclusi¨®n de que los seres humanos desarrollan en edades tempranas la conciencia que les lleva a proteger el medio ambiente. El investigador Jos¨¦ Domingo Villarroel ha analizado cu¨¢ndo desarrollan estos sujetos la capacidad de diferenciar los seres vivos de los no vivos y la sensibilidad medioambiental. centro educativo. La investigaci¨®n ha sido publicada en la revista cient¨ªfica SpringerPlus.
Su trabajo le ha permitido se?alar que no aceptan, por ejemplo, pisar una flor, y esa conciencia, adem¨¢s, puede presentarse antes de que sean capaces de diferenciar los seres vivos de los no vivos. En la investigaci¨®n han participado 118 ni?os y ni?as de cuatro a siete de los colegios p¨²blicos de Plentzia, Urduliz y Sopelana. Cada entrevista constaba de dos partes. La finalidad de la primera era analizar la capacidad de los ni?os y ni?as para diferenciar los seres vivos de los entes inanimados. Se les ense?aban ocho fotograf¨ªas, de las que cuatro eran primeros planos de seres vivos (un perro, un p¨¢jaro, un ¨¢rbol y una flor); y las otras cuatro eran de entes inanimados (el sol, las nubes, un coche y una moto). "Al mostrar cada una de las fotograf¨ªas, les preguntaba que ve¨ªan: un ser vivo o un ente inanimado", detalla el investigador.
El trabajo muestra que el desarrollo moral se relaciona con las emociones m¨¢s que con la l¨®gica
Las im¨¢genes utilizadas en la segunda parte de la entrevista representaban comportamientos inadecuados, y todas ellas se seleccionaron de libros infantiles. Esos malos comportamientos se podr¨ªan clasificar en tres grupos: los que influyen negativamente en el bienestar del otro (quitar bienes y utilizar la violencia con los amigos), los que no se adecuan a las reglas sociales (sacarse los mocos con los dedos y comer de forma descuidada), y los que perjudican a las plantas (pisar una flor y grabar dibujos mediante una navaja en el tronco de un ¨¢rbol).
Villarroel explica que "en las entrevista se puso a los ni?os y ni?as ante un dilema; es decir, los situaba ante dos comportamientos malos, y deb¨ªan elegir el peor". As¨ª, se les planteaban dos tipos de dilemas: en uno deb¨ªan elegir entre romper las normas sociales o influir en el bienestar de los otros; y en el otro, romper las normas sociales o hacer da?o a las plantas.
Los resultados de la segunda parte muestran que los ni?os creen que perjudicar a otro ni?o o a las plantas es m¨¢s reprobable que romper las normas sociales, "tambi¨¦n en los casos en los que piensan que plantas no son seres vivos. Es decir, no saben con certeza si la flor es un ser vivo; pero les parece mucho peor pisar una flor que meterse los dedos en la nariz", agrega. Seg¨²n Villarroel, esa paradoja sugiere que la sensibilidad para con los dem¨¢s "se desarrolla en edades tempanas", y que el desarrollo del pensamiento moral "est¨¢ relacionado con el mundo afectivo, es decir, con aquello que reciben de padres y educadores, y no tanto con la l¨®gica y lo racional".
De hecho, el trabajo recoge que hay dos enfoques principales que tratan de explicar el desarrollo del pensamiento moral: unos creen que est¨¢ relacionado con la capacidad l¨®gica; otros, sin embargo, lo relacionan con las emociones y el mundo afectivo. "Los resultados que he obtenido refuerzan el segundo enfoque", dice Villarroel.
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