Chispazos sin fuego
Uceda Leal y Rub¨¦n Pinar se llevaron las primeras orejas de la feria
Primer cap¨ªtulo de la feria de Azpeitia y parec¨ªa que nadie quer¨ªa pasar de calentar motores. El debut de los toros de Cuadri en esta plaza hab¨ªa levantado gran expectaci¨®n, pero no acabaron de convencer. Los matadores, los tres, incluidos los subalternos de la cuadrilla de Casta?o, llegaban con poderosas razones para esperar una buena tarde,.
As¨ª que se encendieron muchas chispas, pero nunca lleg¨® a haber fuego prendido. ?Qui¨¦n estuvo mal? Nadie ?Y bien? Pues, tampoco. Pero falt¨® conexi¨®n. Hubo toros para lucirse, para pelear y para torear bien. Hubo toreros dispuestos a arriesgar, a estirarse, incluso a ponerse bien, pero falt¨® que se encontrar¨¢n. Por eso, la corrida tuvo cosas que guardarse en el recuerdo, instantes a los que dar m¨¦rito, pero no lleg¨® a ser una tarde redonda.
Los toros de Cuadri, bien presentados, tres m¨¢s rematados que los otros, fracasaron en el primer tercio; es el pero principal que cabe ponerles, porque ninguno pele¨® bien en varas. Y eso que Azpeitia es coso bueno para ello, peque?o y las distancias con los varilargueros se acortan. Incluso, en el quinto, Javier Casta?o mand¨® abandonar el ruedo al segundo picador con el fin de evitar distracciones, pero el morlaco de Cuadri no llevaba dentro el deseo de embestir. Hubo expectaci¨®n en sus dos toros por ver un tercio bien hecho, sin prisas, con distancias, con deseo, pero no lleg¨® el resultado.
Lo mismo que ocurri¨® en el tercio de banderillas, con David Adalid y Fernando S¨¢nchez como protagonistas. Puesta en escena, alegr¨ªa, ilusi¨®n¡ y escaso lucimiento. Si bien tuvieron m¨¦rito los encuentros de Adalid, porque arriesg¨® mucho, a veces parec¨ªa que demasiado. Y el p¨²blico se lo agradeci¨® haci¨¦ndole desmonterarse en dos ocasiones, sin la compa?¨ªa de Fernando S¨¢nchez, que s¨®lo clav¨® un palo en ambos pares, despu¨¦s de jugarse el pellejo.
Primera de feria
Seis toros de Hijos de Celestino Cuadri, serios de presentaci¨®n; complicados segundo y quinto, mientras que los otros cuatro dieron opciones. Uceda Leal, media estocada y dos descabellos (saludos) y estocada (oreja). Javier Casta?o, estocada y tres descabellos (saludos tras un aviso) y pinchazo y estocada tendida (palmas). Rub¨¦n Pinar, tres pinchazos y descabello (saludos) y estocada (oreja).
Plaza de Azpeitia. 30 de julio de 2013. M¨¢s de media entrada. Primera de Feria.
Con la muleta, ya fue otra historia. Casta?o pen¨® con dos toros complicados, parados y sin posibilidades, mientras que Uceda Leal fue quien mejor entendi¨® a sus enemigos. El madrile?o estuvo sobrado con un primero soso, en el que le bast¨® un par de series de naturales para tener el benepl¨¢cito de los tendidos. En el cuarto, cort¨® una oreja despu¨¦s de una faena m¨¢s vistosa que profunda ante el mejor toro de la tarde, del que se pod¨ªa haber sacado m¨¢s juego. Pero era tarde de chispazos y en eso qued¨® la labor de Uceda Leal.
Hasta el p¨²blico pareci¨® conformarse con lo que all¨ª ve¨ªa, pero cuando la corrida estaba a punto de acabar, justo cuando Rub¨¦n Pinar volv¨ªa de haber tomado el estoque de acero en el sexto, un aficionado franc¨¦s, de Beziers, le grit¨® al manchego para que de una vez por todas se pusiera relajado y de verdad ante el sexto toro, un ejemplar que fue a m¨¢s y ped¨ªa cosas buenas.
A Pinar alguien le hab¨ªa preparado para ir a la pelea con los toros de Cuadri y no se par¨® a comprobar la buena condici¨®n que desarrollaron sus enemigos. Los dos se dejaron, pero el albacete?o estaba preparado para otra cosa y cuando el aficionado galo le exigi¨® torear bien, Pinar qued¨® en evidencia con una serie que le sirvi¨® para cortar una ben¨¦vola oreja apoyado en una buena estocada. Pero era tarde, su chispazo lleg¨® desde el tendido y cuando ya no hab¨ªa p¨®lvora.
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