La Botica de la Corona
La actual farmacia Vilaplana de Barcelona, con dos siglos de vida, empez¨® con p¨®cimas para el rey
![El rótulo de la antigua farmacia La Botica de la Corona, en la calle Cignas con Ataulf, en Barcelona.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/U75IOTJL4ZTQRRP2MOJFKEHO6Q.jpg?auth=b310ef6520b5228e72d97bc8187f789f9dc8111e660cb66f4ee40fee498a74aa&width=414)
Durante muchos a?os, ser proveedor de una familia real daba un enorme prestigio a un negocio. Eso parece indicar este r¨®tulo ¡ªla Botica de la Corona¡ª, situado bajo un edificio medieval rehabilitado en el siglo XVIII, en la esquina de las calles Gign¨¤s y Ataulf de Barcelona. La actual Farmacia Vilaplana es un establecimiento discreto, pero tuvo una vida anterior como botica. Fundada en 1802, poco sabemos de sus primeros a?os en funcionamiento, aunque su nombre indica que era un apotecario que abastec¨ªa a la monarqu¨ªa espa?ola. Esta idea viene reforzada por la presencia de Jos¨¦ Antonio Balcells, vicepresidente de la Asociaci¨®n Farmac¨¦utica de Barcelona y boticario honorario del rey, que era muy popular por haber integrado la comisi¨®n que en 1812 analiz¨® la p¨®cima que se hab¨ªa usado en la llamada Conspiraci¨®n de los Venenos. Ese a?o, la resistencia local a Napole¨®n hab¨ªa decidido emponzo?ar el pan de la guarnici¨®n militar de la Ciudadela con ¨¢cido muri¨¢tico. No era la primera vez que se probaba ese sistema, los franceses acababan de encontrar un cargamento de aguardiente t¨®xico en Tarragona, otro de vino en Matar¨®, as¨ª como veneno en las cisternas de agua de Hostalric. Puestos sobre aviso, el plan, claro, no funcion¨® y las autoridades prendieron a diversas personas.
Balcells estuvo al frente del negocio en 1820 y volver¨ªa a ser famoso un a?o m¨¢s tarde por fumigar diversas casas del vecindario con un preparado a base de ars¨¦nico y mercurio durante la epidemia de fiebre amarilla, impidiendo as¨ª que nadie enfermase en ellas. En aquel entonces, sus competidores m¨¢s directos eran la Botica de Torres en la misma calle Gign¨¤s ¡ªque era conocida por su jarabe pectoral de M¨¦dula de Vaca y por el az¨²car de Naranjas Purgantes¡ª, y la Botica Sanju¨¢n de la calle Escudellers que vend¨ªa el ung¨¹ento de Virtud Especial para ¨²lceras y cortes. El liberal Balcells tuvo que exiliarse en 1823 cuando volvieron los absolutistas y los Cien Mil Hijos de San Lu¨ªs.
Balcells, el primer due?o, analiz¨® la p¨®cima con la que se quiso envenenar a Napole¨®n en 1812
El siguiente propietario es Ram¨®n Segal¨¤, conocido por comercializar productos tan populares en la ¨¦poca como el Agua Silvina para te?ir las canas, o la pomada del Doctor Selvada para las almorranas. Con Segal¨¤ el negocio se expande y publicita en la prensa preparados como el linimento Fuego Espa?ol para los dolores articulares, el Depilatorio Ingl¨¦s, las inyecciones purgantes del Doctor Manaut, las fumigaciones del Doctor Gosalbes para enfermedades ven¨¦reas o la Opiata Higi¨¦nica de Benette para la limpieza y desinfecci¨®n bucal, un preparado que terminaba con la halitosis (uno de los males m¨¢s frecuentes de aquellos a?os), de venta exclusiva en la botica de la madrile?a Puerta del Sol y aqu¨ª.
El continuador de la saga Segal¨¤ va a ser su hijo Josep, un pr¨®cer de la comunidad que particip¨® en la celebraci¨®n del Primer Congreso Catalanista de 1880 y fue presidente del Sindicato Farmac¨¦utico. ?l reform¨® el establecimiento en 1886, cambi¨® los muebles originales por unas lujosas estanter¨ªas labradas en madera de cedro y le dio al lugar una decoraci¨®n de estilo egipcio. Entre sus especialidades se contaba el Elixir Conservador, indicado para el dolor de muelas, la formaci¨®n de caries o el escorbuto. Aunque su marca m¨¢s exitosa fue la Poci¨®n del Doctor Sanmiguel contra la corea, el baile de San Vito y el mal de Sant Pau (as¨ª era denominada la enfermedad de la epilepsia en la Barcelona antigua, donde exist¨ªa una cofrad¨ªa del mismo nombre que ofrec¨ªa protecci¨®n divina contra este mal si se estaba al corriente de pago de las cuotas).
Las p¨®cimas iban con los tiempos: Fuego Espa?ol para el dolor; Gotas del Jesuita para los nervios...
Con el siglo XX llegan nuevas enfermedades y nuevas recetas, como las Gotas del Jesuita para las enfermedades nerviosas, las Pastillas Bonald con coca¨ªna, o las Pastillas Segal¨¤ para afecciones asm¨¢ticas, bronquiales y pulmonares. Otra especialidad era el Jarabe Infantil Segal¨¤ para el dolor de los dientes, o el regenerador de la sangre Emerin. La farmacia cambi¨® de propietarios en 1932, dos a?os antes de la muerte de Josep Segal¨¤. Mantuvo el nombre hasta que a principios de los a?os sesenta fue rebautizada como Farmacia Cabau. El nuevo farmac¨¦utico era Ram¨®n Cabau, que se enamor¨® de la hija de Agust¨ªn Agut, el propietario del famoso restaurante de la calle Gign¨¤s. Se cas¨® con ella, dej¨® la farmacia y abri¨® el Agut d¡¯Avignon de la calle Trinidad. Asiduo diario a la Boquer¨ªa, v¨ªctima de una depresi¨®n se present¨® all¨ª en 1987 con un ramo de flores y un bote de veneno. Regal¨® una flor a cada vendedora y despu¨¦s se suicid¨® (el a?o 2006 bautizaron con su nombre el trocito de calle que da a la puerta del mercado). Mientras tanto, la vieja Botica de la Corona fue la Farmacia Monge y despu¨¦s V¨¢zquez, hasta que en 1981 fue comprada por el farmac¨¦utico Joan Vilaplana Com¨ªn, nombre real del cantautor Joan Isaac.
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