F¨ªsicos singulares en el baile flamenco
Las cinco estaciones es un espect¨¢culo instintivo y de recorrido, sobriamente vestido e iluminado, sin pretensiones ni excesos
En su grandeza y amplitud de paleta, el baile flamenco, en varias ocasiones hist¨®ricas que han sido convenientemente relatadas, ha prohijado la corpulencia, la delgadez, a los bajitos y a los anchos, a los calvos y a los melenudos, en la escena teatral y en el tablao. Las cinco estaciones es un espect¨¢culo instintivo y de recorrido, sobriamente vestido e iluminado, sin pretensiones ni excesos.
La reuni¨®n de estos cuatroartistas es una apuesta llena de responsabilidad y de aciertos. Marco Flores (Arcos de la Frontera, 1981), Olga Pericet (C¨®rdoba, 1975), Laura Rozal¨¦n (Madrid, 1979) y Mercedes Ruiz (Jerez de la Frontera, 1980) pertenecen a una generaci¨®n de b¨²squeda e inquietudes; a¨²n siendo buenos y conscientes artesanos, a veces han torcido el rizo de la experimentaci¨®n, pero otras, como ahora, con m¨¢s aplomo y experiencia, han cuajado una obra con ritmo, que apenas se hace m¨¢s larga de lo aconsejable en alg¨²n n¨²mero aislado y que trata de filtrar los saberes y las preferencias de sus talentos. Hay oficio y buen baile, hay gracejo cuando se precisa y hay un uso esmerado de la tradici¨®n del cante y la guitarra en su funci¨®n ligada a la danza.
Rozal¨¦n, dici¨¦ndolo con todo cari?o, es lo m¨¢s parecido a un cuadro de Botero que se animara (el pintor colombiano tiene series deliciosas con sus bailaoras de trajes de lunares, florones y volanter¨ªa); el caso es que esta artista guarda orden preciso con el estilo (su guajira, su garrot¨ªn) y los tiempos, lo mismo que en la m¨ªmica de adorno, logrando una estampa llena de ternura que asume la singularidad de su f¨ªsico y, si se quiere, da una lecci¨®n. Pericet madura con fuerza y ¨¦xito; maneja el mant¨®n con pericia, posa a la antigua y usa las casta?uelas con musicalidad. Ella es m¨¢s baja que la media, pero se impone y sobrepone con tron¨ªo. Li?¨¢n tampoco tiene un f¨ªsico de bailaor ortodoxo y sus manos se agitan fuera de canon, incluso con cierto manierismo y de ello hace estilo personal. Mercedes Ruiz, de nervio, en blanco masculino o con su bata de cola, regala una danza concentrada y fiel a s¨ª misma, a lo que domina.
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