Jornaleros a 2,5 euros la hora
El exceso de oferta de mano de obra, la insuficiente inspecci¨®n y la actitud de algunos empresarios favorecen el incumplimiento del convenio agr¨ªcola
Los trabajadores del campo llegan a cosechar con temperaturas de entre 35 y 40 grados, agachados o subidos a los ¨¢rboles durante casi siete horas. Muchos han regresado a las fincas expulsados por la crisis de la construcci¨®n y se han encontrado con el incumplimiento sistem¨¢tico de las condiciones laborales m¨ªnimas acordadas entre trabajadores y patronal. Algunos han llegado a cobrar solo hasta 2,5 euros por hora.
¡°Te vas al campo y no tienes derecho a nada¡±, se lamenta Francisco Javier Fresco, quien ha denunciado con su hermano Miguel y otra media docena de integrantes de su cuadrilla a un intermediario que lleg¨® a pagarles la mitad de lo establecido en convenio.
El acuerdo laboral del campo distingue decenas de categor¨ªas. Para los eventuales, el salario medio diario oscila entre los 41 y los 50 euros al d¨ªa con plus de distancia y en un d¨ªa laborable. Sin embargo, los trabajadores aseguran haber cobrado entre 12 y 18 euros al d¨ªa y haber descubierto que las empresas no cotizaban todos los d¨ªas trabajados. ¡°Se est¨¢n beneficiando muchos sinverg¨¹enzas¡±, lamenta Francisco Javier Fresco.
Su hermano Miguel apunta una de las causas de esta situaci¨®n: ¡°Nadie se atreve a denunciar. Si te quejas, no te cogen y en cinco minutos tienes una cuadrilla distinta¡±.
La crisis de la construcci¨®n ha generado un incremento de la oferta de mano de obra y las dificultades econ¨®micas han llevado a muchos temporeros a rebajar sus exigencias. En algunos casos est¨¢n m¨¢s interesados en que se firme la peonada, para poder tener acceso al subsidio de desempleo, que en cobrar lo que le corresponde.
Adem¨¢s, a las reticencias de los eventuales a denunciar se suma que, cuando lo hacen, se encuentran con un servicio de inspecci¨®n sin medios suficientes para actuar de inmediato.
De esta situaci¨®n se aprovechan muchos gestores de explotaciones que, en la mayor¨ªa de los casos, no coinciden ni siquiera con los propietarios. De esta forma, la cadena de responsabilidades se dispersa.
Monica Vega, secretaria general del sindicato Agroalimentario de CCOO, el mayoritario en el campo de Sevilla, resalta que, hasta la crisis del ladrillo, los convenios se cumpl¨ªan en un 80%. Pero desde ese momento, el aluvi¨®n de nuevos demandantes de empleo distorsion¨® un mercado laboral en el que la sindicalista habla directamente de ¡°mafias¡±.
La existencia de irregularidades es dif¨ªcil de demostrar. Pero adem¨¢s de los testimonios como los aportados por Fresco y sus compa?eros de cuadrilla existen datos que evidencian las irregularidades. Uno de ellos, seg¨²n destaca Vega, es que, pese al aumento de la producci¨®n y hect¨¢reas cultivadas en determinados sectores y el incremento de personas que busca trabajo en los campos, el n¨²mero de peonadas declaradas se mantiene o desciende. ¡°Es imposible recoger m¨¢s sin m¨¢s trabajo¡±, advierte Vega.
El Gobierno no quiere sacar conclusiones de estos datos y afirma que la Inspecci¨®n act¨²a con la celeridad que puede. Tambi¨¦n recuerda que hay planes espec¨ªficos para el campo, donde admiten la dificultad de controlarlo todo.
Como soluci¨®n, los trabajadores reclaman un cambio de la normativa para evitar declarar menos peonadas de las realmente realizadas o que los intermediarios se aprovechen del exceso de oferta de mano de obra. Tambi¨¦n solicitan que se crucen los datos de ayudas recibidas con las de producci¨®n y empleo para que, en caso de detectar una p¨¦rdida de puestos de trabajo sin justificar, se limiten o eliminen las subvenciones.
Vega apunta la necesidad de un cambio de mentalidad. Destaca que en Valencia o Murcia, la estabilidad en el empleo supera el 90% porque los propietarios son los primeros interesados en mantenerla. Sin embargo, seg¨²n afirma, en Andaluc¨ªa hay muy poca industria y los due?os de fincas se desentienden de la gesti¨®n, que est¨¢ en manos de sociedades de otras comunidades.
El responsable de relaciones laborales de Asaja, Felipe Gayoso, reconoce la existencia del problema, que atribuye directamente a ¡°piratas¡±, como denomina a los intermediarios que se aprovechan del mercado laboral en el campo. Gayoso alaba a los trabajadores andaluces y a la patronal, pero entiende que hay una confluencia de intereses espurios que perjudican a ambas partes.
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