Artur Mas, v¨ªctima de su propia medicina

El 12 de abril del a?o pasado el Congreso de los Diputados aprob¨® la controvertida Ley de Estabilidad Presupuestaria. El texto pretend¨ªa ser un revulsivo a los permanentes ataques de los mercados a la deuda espa?ola y dar un mensaje de tranquilidad a Europa. Las administraciones de Espa?a, especialmente las autonom¨ªas rebeldes, pasaban a estar bajo vigilancia permanente para controlar su d¨¦ficit. La ley se aprob¨® con una curiosa mayor¨ªa; la resultante de sumar los votos del Partido Popular, Uni¨®n Progreso y Democr¨¢tica, y Converg¨¨ncia i Uni¨®.

En las filas de los nacionalistas catalanes pocos imaginaban en aquel momento que esta ley pod¨ªa acabar siendo la peor de las pesadillas del presidente Artur Mas. El texto establece una progresiva reducci¨®n del d¨¦ficit de las administraciones hasta llegar al 0% en 2020. Las comunidades aut¨®nomas incumplidoras pod¨ªan ser intervenidas por el Estado, adem¨¢s de quedar a merced de las inspecciones de los c¨¦lebres hombres de negro. La toma de las riendas de la Generalitat por parte del Gobierno, que ahora se ve como un riesgo real, en aquel momento era considerado como algo descabellado por parte de los nacionalistas.

CiU present¨® inicialmente una enmienda a la totalidad al texto porque entend¨ªa que se obligaba a las autonom¨ªas a recortar su d¨¦ficit con mayor celeridad que a la Administraci¨®n central. Sin embargo, en pocas semanas esta enmienda a la totalidad se convirti¨® en un voto favorable tras las negociaciones que mantuvieron personalmente Josep Antoni Duran Lleida y la vicepresidenta Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa. Los nacionalistas argumentaron su cambio de posici¨®n en que el Gobierno modific¨® el texto. En concreto, ya no se obligaba a destinar a pago de la deuda el super¨¢vit que pudieran tener las administraciones en el futuro.

El voto favorable de CiU a la ley no tard¨® en levantar cr¨ªticas en los sectores m¨¢s soberanistas del partido. ?stos entend¨ªan que se hab¨ªa puesto en bandeja al Gobierno la posibilidad de una intervenci¨®n real de la Generalitat. Algunos dirigentes de CDC consideran que Duran Lleida nunca deber¨ªa haberse dejado convencer por el PP. De hecho, la pasada primavera CiU ya pidi¨® una modificaci¨®n de la ley que hab¨ªa contribuido a aprobar. Concretamente solicit¨® que los entes locales con super¨¢vit presupuestario, remanente positivo de tesorer¨ªa y que no superen el l¨ªmite de endeudamiento, puedan invertir este beneficio.

La ley de Estabilidad Presupuestaria no fue ni mucho menos la primera demostraci¨®n de celo de los nacionalistas catalanes en materia de austeridad. Casi en paralelo a la ley espa?ola, y en plena luna de miel CiU-PP, el Parlamento catal¨¢n aprob¨® con el voto de los dos partidos una ley de Estabilidad propia a¨²n m¨¢s estricta: adelantaba dos a?os el cumplimiento de eliminar el d¨¦ficit p¨²blico estructural. O sea, que la Generalitat deb¨ªa llegar a 2018 con un d¨¦ficit m¨¢ximo del 0,14%.