Los papeles de B¨¢rcenas callan a Feij¨®o
El PP decreta el cerrojazo informativo sobre sus donaciones opacas de 1,8 millones
Hubo un tiempo en que el tesorero nacional del PP, Luis B¨¢rcenas, y Alberto N¨²?ez Feij¨®o luchaban mano a mano contra la corrupci¨®n. Corr¨ªa el invierno de 2008 y el PP hab¨ªa salido con toda la caballer¨ªa contra el bipartito de Emilio P¨¦rez Touri?o a prop¨®sito de la autov¨ªa del Barbanza. Feij¨®o repet¨ªa que la infraestructura se hab¨ªa encarecido en 30 millones de euros con el cambio sobre el proyecto original, que ¨¦l mismo hab¨ªa dejado pendiente de aprobaci¨®n cuando abandon¨® la vicepresidencia de la Xunta, en 2005. Tras muchas semanas de denuncia, el PP decidi¨® llevar el supuesto ¡°ama?o¡± del contrato a los tribunales.
?Tan pronto como el juez admiti¨® a tr¨¢mite la denuncia, los populares acusaron al bipartito de prevaricar y exigieron la dimisi¨®n de la conselleira de Obras P¨²blicas, la socialista Mar¨ªa Jos¨¦ Caride. La querella que us¨® el PP para destapar ¡°la corrupci¨®n del Gobierno de Touri?o¡± llevaba la firma de Luis B¨¢rcenas. Y fue ¨¦l propio B¨¢rcenas el que actu¨® como representante legal del partido en la demanda. Como l¨ªder de la oposici¨®n, Feij¨®o sigui¨® de cerca aquel proceso judicial. Y con cada nuevo paso del juez, recrudec¨ªa los ataques. Lleg¨® a recriminar a los funcionarios de la Xunta imputados que se negasen a declarar y ni siquiera dio el brazo a torcer con el archivo de la causa. ¡°Hay delitos que no se pueden probar¡±, se lament¨® entonces.
Cinco a?os m¨¢s tarde, la sombra de la corrupci¨®n vuelve a juntar a B¨¢rcenas y a Feij¨®o, ahora en bandos separados. El hombre que manej¨® las finanzas del PP durante 20 a?os ratific¨® ante el juez Pablo Ruz, el pasado 15 de julio en la Audiencia Nacional, documentos supuestamente elaborados en 2006 ¡ªcuando Feij¨®o ya lideraba el partido¡ª por el exgerente en Galicia Modesto Fern¨¢ndez y en el que se detallan ingresos extraordinarios por 1,8 millones de euros para el PP, procedentes de donaciones realizadas por adjudicatarias de la Xunta en tiempos de Manuel Fraga.
En las ant¨ªpodas de su beligerancia de anta?o, Feij¨®o guarda silencio. Igual que sus escuderos en el partido: ni el secretario general, Alfonso Rueda, ni la hiperactiva portavoz, Paula Prado, han querido dar explicaciones. Tanto ella como el vicesecretario general, Agust¨ªn Hern¨¢ndez, repitieron esta semana que el PP ¡°es el partido m¨¢s transparente¡± y pidieron que se deje actuar a la justicia. Hern¨¢ndez es el mismo que, como ingeniero, firm¨® el informe t¨¦cnico que aval¨® la querella contra el bipartito. El portavoz parlamentario en Galicia, Pedro Puy, justifica la negativa de su grupo a que Feij¨®o comparezca en el hemiciclo con el argumento de no interferir en la labor del juez. Los medios p¨²blicos obvian tambi¨¦n las ramificaciones gallegas del caso B¨¢rcenas.
La estrategia de Feij¨®o de escabullirse de todo lo que huela a corrupci¨®n viene de lejos. Ya en los inicios del caso G¨¹rtel, cuando se supo de los manejos de Pablo Crespo, uno de los cerebros de la trama y secretario de organizaci¨®n del PP gallego a finales de los noventa, se apresur¨® a aclarar que por aquella ¨¦poca ¨¦l ¡°ni siquiera era militante¡±. Ahora, los papeles de B¨¢rcenas recogen apuntes de cuando Feij¨®o ya era el responsable m¨¢ximo del partido en Galicia. Las donaciones supuestamente ilegales fueron para la campa?a auton¨®mica de 2005. Entonces Feij¨®o a¨²n no controlaba el PP, Pero era el vicepresidente primero de Fraga y adjudicaba las mayores obras p¨²blicas. Y el silencio de ahora choca sus soflamas en la oposici¨®n y con los consejos que daba hasta hace nada a la direcci¨®n nacional del PP.
Desde que estall¨® el esc¨¢ndalo, Feij¨®o fue uno de los barones que se mostr¨® m¨¢s firme contra la corrupci¨®n y lleg¨® a criticar p¨²blicamente algunas pr¨¢cticas de su partido. En sus constantes apariciones en los medios nacionales demand¨® primero de la ministra de Sanidad, Ana Mato, ¡°explicaciones contundentes¡± sobre las fiestas, el confeti y los regalos que presuntamente le pag¨® la red G¨¹rtel al matrimonio Mato-Sep¨²lveda. Al referirse al tesorero endureci¨® el lenguaje. ¡°Me averg¨¹enza B¨¢rcenas tanto o m¨¢s que a usted¡±, replic¨® a la portavoz de Alternativa Galega de Esquerdas, Yolanda D¨ªaz, en el Parlamento el pasado febrero. Y durante una entrevista en Cuatro, a principios de marzo, recomend¨® a su partido ¡°contundencia sin desviarse ni un ¨¢pice de lo que hay que hacer para aclarar a los espa?oles lo ocurrido¡±. ¡°Como espa?ol y como pol¨ªtico me entristece bastante que un personaje como este sea uno de los m¨¢s importantes de Espa?a¡±, dijo entonces del abogado que le firmaba sus querellas. Esas constantes incursiones en la pol¨ªtica nacional llegaron a molestar a algunos compa?eros de partido. El d¨ªa en que admiti¨® que al Gobierno de Rajoy ¡°le falta relato¡±, fue el portavoz del PP nacional, Carlos Floriano, quien le replic¨®: ¡°El relato es claro y est¨¢ centrado en la econom¨ªa y el empleo¡±.
Su plan para ejercer de verso suelto del PP ¡ª algunos correligionarios lo interpretan como un intento de asegurarse un buen puesto en la carrera sucesoria¡ª se resquebraj¨® cuando ¨¦l mismo se vio en apuros tras destaparse su vieja amistad y sus excursiones en yate con el contrabandista Marcial Dorado. En un primer momento, el presidente gallego presumi¨® de transparencia, concedi¨® continuas entrevistas sobre el caso y se enfrent¨® durante una hora a las preguntas de una veintena de periodistas en su rueda de prensa m¨¢s desastrosa. Dirigentes del PP gallego interpretaron el gesto como otra forma de marcar distancias con Rajoy, que por entonces llevaba ocho meses sin comparecer ante los medios. Pero el resultado no fue ni mucho menos el esperado. Feij¨®o incurri¨® en varias contradicciones a la hora de explicar sus v¨ªnculos con Dorado. Surgieron nuevas preguntas. Pero la Xunta y el PP decretaron el cerrojo informativo.
Los contratos que toda la oposici¨®n exigi¨® sobre adjudicaciones de equipos inform¨¢ticos y combustibles en el Sergas a finales de los noventa para detectar posibles encargos a las empresas del contrabandista nunca llegaron al Parlamento. Hubo explicaciones de la Xunta para todos los gustos: desde que los expedientes anteriores a 2000 hab¨ªan sido destruidos hasta que la documentaci¨®n era demasiado voluminosa e ¡°inmanejable¡±. Las peticiones a la presidenta de la C¨¢mara, Pilar Rojo, para que se cumpla el Reglamento y fuerce al Gobierno a entregar esos papeles siguen en el aire. Como la comparecencia que han exigido todos los partidos del hemiciclo, salvo el PP, para que el presidente vaya a la C¨¢mara a detallar ahora las donaciones de las empresas a su partido. El PSOE lo reclam¨® a mediados de julio, cuando este diario destap¨® la contabilidad opaca de los populares registrada en 2006. Y ha vuelto a demandarla esta semana. El adalid de la transparencia en el PP tambi¨¦n ha enmudecido con los papeles de B¨¢rcenas.
El gestor del d¨ªa a d¨ªa
El primer curso pol¨ªtico de la segunda era Feij¨®o ha empezado como acab¨® el anterior: los recortes al presupuesto lastran los grandes proyectos y en estos primeros meses de su segunda legislatura como presidente ha mandado la gesti¨®n del d¨ªa a d¨ªa. Las reuniones de Gobierno de cada jueves despachan asuntos de tr¨¢mite: son recurrentes la centralizaci¨®n de proveedores para ahorrar en las facturas energ¨¦ticas de los hospitales y peque?as licitaciones en obras de saneamiento o para extender Internet de alta velocidad a los n¨²cleos rurales.
Las grandes l¨ªneas pol¨ªticas siguen aparcadas a la espera de tiempos mejores: no hay rastro de la ¡°Galicia ¨²nica¡± que pretend¨ªa el presidente: el alcalde de A Coru?a, Carlos Negreira, de su mismo partido subvenciona vuelos a Alvedro por su cuenta, y desde Vigo, el socialista Abel Caballero mantiene una guerra sin cuartel contra la Xunta, a la que acusa de relegar a Peinador. La fusi¨®n de ayuntamientos que anunci¨® con pompa en el ¨²ltimo debate sobre el estado de la autonom¨ªa se qued¨® en la uni¨®n de Oza y Cesuras, sobre la que adem¨¢s pesa un recurso del PSdeG ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Ni siquiera los alcaldes del PP ven con buenos ojos la integraci¨®n de municipios. Infraestructuras como el hospital de Vigo y la autov¨ªa de la Costa da Morte siguen empantanadas por los problemas de financiaci¨®n que no han resuelto los programas de colaboraci¨®n p¨²blico-privada. El d¨¦ficit va mejor que en otras comunidades, pero el Consello de Contas ha ratificado que la Xunta desv¨ªa gastos de un a?o para otro. En el ¨²ltimo ejercicio auditado, el de 2010, fueron 411 millones de euros.
Algunos dirigentes relevantes del PP asumen que los tiempos no son los mejores y se consuelan pensando que ¡°en Galicia no hay alternativa¡± y que si el Gobierno es pobre, ¡°a la oposici¨®n le va todav¨ªa peor¡±.
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