Inter¨¦s entre nueve toros
La corrida, en la que hubo tres sobreros, ofreci¨® astados con posibilidades para mejores faenas
Casta?o coloc¨® de largo al cuarto y el p¨²blico aplaudi¨® a rabiar. Lo hizo en el segundo puyazo y lo dej¨® en los medios para el tercero. Expectaci¨®n y alegr¨ªa cuando Tito Sandoval movi¨® el caballo y coloc¨® la vara. Gran ovaci¨®n para el varilarguero. En Bilbao tambi¨¦n gusta ver el tercio de varas. Y la afici¨®n ha estado toda la semana callada mientras en las seis tardes anteriores se les priv¨® del primer tercio. En el mundo del toro no se debe estar callado. Este espect¨¢culo es la mayor expresi¨®n de la voz popular, capaz de otorgar orejas con la potestad de sacar el pa?uelo y el presidente est¨¢ obligado a someterse a la voluntad de la mayor¨ªa.
Ejercicio de democracia, lo que no quiere decir que vaya a ser acertado, porque la primera decisi¨®n de mayor¨ªa popular que se recuerda en la historia acab¨® condenando a Jesucristo a la cruz al grito de ¡®?Liberad a Barrab¨¢s!¡¯. Pero el pueblo de Bilbao representado en los tendidos s¨®lo tiene aplausos. Los aficionados no se atreven a silbar cuando sale un toro sin el trap¨ªo suficiente para esta plaza; se ven sometidos por los que aplauden a los picadores cuando no pican. Es una amable educaci¨®n de un p¨²blico que ha confundido la educaci¨®n con el silencio. La fiesta de los toros se caracteriza por los triunfos y las broncas. Cuando algo gusta, se aplaude a rabiar y, cuando no se est¨¢ de acuerdo con algo, se silba, que eso da categor¨ªa a la plaza.
Aguilar cort¨® una
En el segundo, sali¨® el toro cay¨¦ndose y por fin, una protesta en condiciones. Hasta el tendido 6 de Vista Alegre llegaron unos destacados del famoso tendido 7 de Madrid y empezaron a protestar. Hubo quien les recrimin¨® su actitud, pero su exigencia se contagi¨® por los espectadores como llevada por la lluvia que apareci¨® a r¨¢fagas durante la tarde. A partir de ah¨ª se pasaron muy pocas y salieron hasta nueve toros, tres sobreros, uno del hierro del cartel y dos de Puerto de San Lorenzo, el ¨²ltimo un torazo de 676 kilos que abultaba m¨¢s que un tren de mercanc¨ªas.
Sin embargo tuvo nobleza y meti¨® la cara en una buena tanda al natural, pero su cuerpo no aguant¨® mucho tiempo. Era para echarse a temblar y se encontr¨® con un torero macho, que dicen en M¨¦xico, Alberto Aguilar, que hizo un final de faena vibrante junto a las tablas y arranc¨® una oreja con mucha verdad. En su primero, el madrile?o no hab¨ªa estado a la altura de su buen oponente y altern¨® naturales buenos con demasiados pases aliviados. David Mora y Javier Casta?o tambi¨¦n tuvieron su ocasi¨®n, pero no supieron tocar las teclas necesarias. Casta?o se dej¨® ir a un cuarto con muchas posibilidades, al que mulete¨® con la misma t¨¦cnica que si fuera una alima?a. De igual manera, Mora no apret¨® los dientes para acabar de exprimir al que cerr¨® un festejo que tuvo mucho m¨¢s inter¨¦s que la an¨¦cdota de un tercer sobrero jur¨¢sico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.