¡°Las humanidades no son superfluas, son una cuesti¨®n de civilizaci¨®n¡±
Javier Fern¨¢ndez-Sebasti¨¢n es catedr¨¢tico de Historia del Pensamiento Pol¨ªtico en la UPV Dirige el XVI Congreso Internacional de la Historia de los Conceptos, inaugurado en Bilbao
Javier Fern¨¢ndez-Sebasti¨¢n aboga por analizar la historia y las realidades pol¨ªticas a trav¨¦s del lenguaje.?Es catedr¨¢tico de Historia del Pensamiento Pol¨ªtico en la Universidad del Pa¨ªs Vasco.?Dirige el XVI Congreso Internacional de la Historia de los Conceptos, inaugurado en Bilbao este jueves y durar¨¢ tres d¨ªas. Es fundador de la red internacional de investigaci¨®n en su campo Iberconceptos.
?A qu¨¦ se van a dedicar en este congreso?
Veremos la manera en que los conceptos pol¨ªticos y sociales han evolucionado y se han originado en un determinado momento, cu¨¢ndo han surgido ciertas maneras de comprender el mundo. Los conceptos [ling¨¹¨ªsticos] no son ideas intemporales, sino que son las distintas formas en las que se concibe la realidad a lo largo del tiempo.
?La historia de los conceptos es una rama de la ling¨¹¨ªstica?
Es m¨¢s bien un cruce de disciplinas que pertenece al tronco de la Historia. Uno puede tomar la historia de conceptos simplemente como una ciencia auxiliar para entender el pasado de una manera menos anacr¨®nica. Por ejemplo para comprender realmente los documentos del siglo XIX o del siglo XVIII, puesto que los significados de las palabras son muy distintos aunque estas sean las mismas. La materia tambi¨¦n se puede entender de manera m¨¢s general, incluyendo im¨¢genes y mitos [adem¨¢s de conceptos ling¨¹¨ªsticos].
Publicaciones
- La Aurora de la Libertad. Los primeros liberalismos en el mundo iberoamericano.?(Editor) (2012)
- Diccionario pol¨ªtico y social del mundo iberoamericano. La era de las revoluciones. (2009)
- Diccionario pol¨ªtico y social del siglo XX espa?ol, en colaboraci¨®n con J. F. Fuentes?(2008)
- El advenimiento de la opini¨®n p¨²blica. Europa y Am¨¦rica en los siglos XVIII y XIX (L'av¨¨nement de l'opinion publique. Europe et Am¨¦rique XVIIIe-XIXe si¨¨cles) (ed. con J. Chassin, 2004)
- Diccionario pol¨ªtico y social del siglo XIX espa?ol, en colaboraci¨®n con J. F. Fuentes?(2002)
?Qu¨¦ aplicaciones pr¨¢cticas tiene su campo de estudio?
Los conceptos tienen una evoluci¨®n hist¨®rica. No surgen de la nada. Evoluciona el concepto de democracia o el concepto de historia. Algunos [intelectuales] sostienen que la tarea de los te¨®ricos sociales y pol¨ªticos ser¨ªa crear nuevos conceptos adecuados para para manejar las situaciones que vivimos [sociales o cient¨ªficas].
?C¨®mo afecta la evoluci¨®n de los conceptos a la realidad pol¨ªtica de un pa¨ªs?
De una forma fundamental. Lo que est¨¢ en juego a la hora de gobernar es c¨®mo manejar la realidad a trav¨¦s del lenguaje. No se puede concebir una pol¨ªtica sin palabras, sin im¨¢genes o sin significados. El lenguaje [hablado, pero tambi¨¦n gestual e ic¨®nico] moldea la realidad pol¨ªtica. La forma de concebir un problema social influye sobre la realidad y llevar¨¢ [al pol¨ªtico] a desarrollar un tipo determinado de ley. Tiene consecuencias jur¨ªdicas, no solamente pol¨ªticas. Y?el pol¨ªtico tambi¨¦n tiene la capacidad de innovar en el lenguaje, es una relaci¨®n circular.
Usted defiende que los conceptos pol¨ªticos occidentales no son necesariamente universales. ?Ha encontrado Latinoam¨¦rica un camino alternativo?
Bueno, Am¨¦rica Latina forma parte claramente de la civilizaci¨®n occidental, de eso no tengo ninguna duda. Es una variante de la civilizaci¨®n occidental y por tanto tiene con el mundo iberoamericano (Am¨¦rica Latina, Espa?a y Portugal) muchas similitudes culturales importantes. Que no solo es la lengua, hay una tradici¨®n hist¨®rica, 300 a?os de trasfondo cultural compartidos. En ese sentido es una modalidad del mundo occidental.
Es un buen laboratorio porque, efectivamente, plantea el problema de hasta qu¨¦ punto los conceptos occidentales pueden servir para otros lugares. Claro, es muy distinto el caso de Am¨¦rica Latina de ?frica o Asia, aunque a veces se comparan. Asia o ?frica no forman parte del mundo occidental.?Los asi¨¢ticos tienen tradiciones milenarias [como el] el confucianismo que hacen que tengan una conceptualizaci¨®n propia. El concepto de individuo, de sociedad¡ no ten¨ªan esos conceptos.
?La falta de universalidad del lenguaje pol¨ªtico es aplicable al modelo democr¨¢tico?
Ahora existen una variedad enorme de maneras de entender el concepto de democracia. Desde mi punto de vista la democracia liberal como nosotros la comprendemos probablemente deber¨ªa ser un modelo universal, pero es un problema cuando la gente no lo quiere. Por ejemplo, el mundo isl¨¢mico rechaza masivamente ese modelo, y tratar de imponerlo puede ser contraproducente. O en la India pueden no tener el concepto occidental de democracia, pero algo parecido.
Es un problema dif¨ªcil, no tengo soluci¨®n. Pero tenemos que dialogar m¨¢s entre las diferentes culturas que han creado sus diferentes conceptos [ling¨¹¨ªsticos y pol¨ªticos], y tratar de buscar un lenguaje com¨²n. Y podemos intentar dialogar desde un punto de vista no arrogante, porque estamos en un mundo en el que los europeos, e incluso los euroamericanos [u occidentales]?somos solo una parte [con nuestros conceptos]. Tenemos que entrar en di¨¢logo con conceptos de otras culturas, igual que miramos hacia el pasado, a los conceptos que tuvieron las gentes del siglo XVI.
?En la l¨ªnea de Alianza de Civilizaciones?
Yo dir¨ªa un di¨¢logo transcultural, que puede tener algo en com¨²n con lo que t¨² dices, pero particularmente a m¨ª esa etiqueta [la Alianza] no me gusta mucho. Creo que las instituciones no pueden dialogar. Las civilizaciones no tienen un portavoz.
?C¨®mo est¨¢n afectando los recortes del Gobierno central a su campo de trabajo?
Nos est¨¢n afectando mucho, evidentemente, a todos. Nosotros [el Grupo de Historia Intelectual de la Pol¨ªtica Moderna de la UPV] formamos parte de?un proyecto a nivel internacional muy poderoso que es el Iberconceptos, en el que participan muchos pa¨ªses. Tenemos tanto trabajo que es dif¨ªcil, no tenemos suficientes medios. En este momento tenemos contratados a dos investigadores, uno a tiempo parcial, y no damos abasto. Y con los recortes tenemos cada vez menos recursos y cada vez m¨¢s trabajo¡
Obviamente, a la gente le llama m¨¢s la atenci¨®n la lucha contra el c¨¢ncer que la historia de los conceptos. Pero el estudio de las humanidades es muy importante para entender el mundo en que vivimos y poner soluciones de car¨¢cter general de manera inteligente. No es un tipo de saber superfluo, una especie de adorno. Finalmente si queremos salir de donde estamos [el estudio de las ciencias sociales] es muy importante. Estamos hablando de una cuesti¨®n de civilizaci¨®n.
Lo que dec¨ªa el ponente anterior a usted, que los l¨ªderes europeos no tienen ni idea de ad¨®nde van¡
A lo mejor es un poco exagerado, pero sustancialmente s¨ª. Yo dir¨ªa que hay una perplejidad, una reacci¨®n a los problemas que se presentan continuamente. La pol¨ªtica ha dejado de tener un proyecto general y ahora estamos m¨¢s bien tapando agujeros, viendo lo que surge de una manera reactiva. Eso no es una pol¨ªtica suficientemente esperanzadora para la gente. Esto a nivel general, no particularmente en Espa?a. Ahora el futuro nos amenaza.
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