El control llega al 20% de los afectados

Seg¨²n los ¨²ltimos datos oficiales de Osalan, los trabajadores expuestos a amianto en Euskadi ascienden a 5.933, de los que 1.495 est¨¢n en activo, otros 1.563 son postocupacionales. Este volumen de trabajadores que supuestamente est¨¢n controlados apenas si son un 20%, en el mejor de los casos, de los que se calcula que han estado expuestos de una manera directa con el mineral cancer¨ªgeno. En el Pais Vasco, 167 empresas manejan y manejaron amianto, siempre seg¨²n los datos oficiales, que difieren bastante de los reales, y se calcula que han fallecido 182 trabajadores, aunque ese dato est¨¢ sin renovar. La asociaci¨®n de afectados Asviame dice que desde 2008, hay 105 fallecidos por la falta de medidas de seguridad en las empresas.

El pasado mes de febrero el Parlamento dio razones a los afectados por el amianto, el aislante cancer¨ªgeno usado de forma generalizada hasta la d¨¦cada de los ochenta, para estar algo m¨¢s esperanzados. El Parlamento aprob¨® a instancias del PSE, y con el voto favorable de todos los grupos ¡ªsalvo la abstenci¨®n de EH Bildu¡ª la creaci¨®n de una ponencia para continuar los trabajos parlamentarios realizados la pasada legislatura sobre los problemas derivados del amianto. Uno de los objetivos era explorar la creaci¨®n de un posible fondo de compensaci¨®n para los afectados por su uso como ya existe en Francia, Holanda o B¨¦lgica. EH Bildu quer¨ªa ir m¨¢s all¨¢ y propuso que el Gobierno presentara en el primer semestre de 2013 el primer plan de Euskadi sobre el amianto.

El Parlamento seguir¨¢

Osalan revel¨® en su ¨²ltimo informe que ser¨¢n necesarios m¨¢s de 30 millones de euros anuales para atender a los afectados por el amianto, tanto en ayudas m¨¦dicas y asistenciales como en indemnizaciones. De hecho, la estimaci¨®n se basa en las estad¨ªsticas y en los trabajos de otros pa¨ªses con un uso similar de amianto del que hizo Espa?a, como Francia, Alemania, B¨¦lgica u Holanda. Algunos de ellos ya tienen fondos de compensaci¨®n. Unos son p¨²blicos y otros mixtos, p¨²blicos y privados. En Estados Unidos han sido las propias empresas productoras e instaladoras, adem¨¢s de las consumidoras, las que han aportado fondos para atender a las reclamaciones y a los afectados por las dolencias derivadas de su uso sin medidas de seguridad. Gran parte de ese dinero sale en la actualidad de las arcas de Osakidetza que sigue tratando la mayor¨ªa de las enfermedades profesionales que tendr¨ªan que ser prevenidas diagnosticadas y finalmente tratadas en las mutuas de trabajo.