¡°Cada n¨²mero es una persona, una familia que deja todo¡±
Ismael Lobat¨®n Tapia es coordinador de la Asamblea de la Cruz Roja de Tarifa
El fen¨®meno de la inmigraci¨®n procedente del norte de ?frica ha vuelto a cobrar especial relevancia a lo largo de este verano. En los meses de julio y agosto, la Cruz Roja de Tarifa (C¨¢diz) se ha visto obligada a atender a m¨¢s de 300 personas que, tras una tortuosa traves¨ªa, llegaron exhaustas a tierra despu¨¦s de ser rescatadas en las aguas del Estrecho de Gibraltar. Ismael Lobat¨®n Tapia es un joven de 23 a?os que desde los 16 ha ido forjando sus inquietudes y su necesidad de ayudar a los dem¨¢s en la zona. El tercero de cuatro hermanos, desde hace ocho a?os, sigue la senda que le ense?¨® su padre, ya fallecido, dedicando su tiempo libre al voluntariado. Este estudiante de tercero de Derecho en la Universidad de C¨¢diz, lleva desde 2005 coordinando la labor de los 220 voluntarios con los que cuenta la Asamblea de la Cruz Roja en su Tarifa natal, como jefe del equipo de Reacci¨®n Inmediata.
?Pregunta: ?Ha sido un verano duro?
Respuesta: Se ha registrado un repunte de inmigrantes, pero no ha sido algo que no podamos llevar. Otros a?os ha habido momentos peores.
P. ?Cu¨¢ndo?
R. Cuando empez¨® la inmigraci¨®n, a finales de la d¨¦cada de los 90 y en 2003, cuando se cre¨® el Equipo de Reacci¨®n Inmediata a la inmigraci¨®n. Recuerdo que un fin de semana llegaron hasta mil inmigrantes. Ahora, han crecido los medios y el n¨²mero de voluntarios y podemos atender a una cantidad as¨ª sin grandes problemas.
P. ?Cuentan con los medios necesarios para atender a los inmigrantes?
R. S¨ª. Tenemos bastantes recursos. En el puerto se montan dos hospitales de campa?a, nuestras instalaciones est¨¢n junto al mismo recinto portuario y contamos adem¨¢s con dos ambulancias, veh¨ªculos todoterrenos y, sobre todo, ropa para repartir entre los inmigrantes. Hoy por hoy, podemos atender la demanda de atenciones.
P. ?Cu¨¢l es el mejor momento que ha vivido en estos a?os?
M¨¢s all¨¢ de la inmigraci¨®n
Los voluntarios de la Cruz Roja en Tarifa se encuentran ¡°muy satisfechos¡± del trabajo que realizan porque, ¡°lo que sale en los medios es la atenci¨®n al inmigrante¡±, pero ellos hacen un trabajo silencioso en atenci¨®n a las personas sin hogar, apoyo escolar para ni?os en dificultades y un plan de atenci¨®n a personas mayores para evitar la dependencia. Habitualmente son unas cincuenta personas que a diario realizan una importante labor humanitaria gracias al protocolo establecido y tienen claro que, ¡°no se puede desatender a unas personas para atender a otras¡±. Cada voluntario sabe lo que tiene que hacer, sin tener que dejar de lado su trabajo hacia a los inmigrantes. Eso sin duda, fomenta el compa?erismo y obliga a conocer c¨®mo trabaja el compa?ero de al lado.
R. Hay muchos buenos momentos. Sobre todo cuando hablas con ellos y te cuentan las historias que han vivido hasta llegar aqu¨ª. Recuerdo con mucho cari?o que un inmigrante subsahariano lloraba al contarme como hab¨ªa encontrado a su pareja despu¨¦s de separarse en el trayecto hasta Espa?a. Se separaron en Mal¨ª y tras una espera de meses en Marruecos coincidieron aqu¨ª cuando les atend¨ªamos. Su objetivo, seg¨²n contaron, era casarse en Espa?a.
P.?Y el peor?
R. Fue hace tres a?os, cuando volc¨® una embarcaci¨®n con 45 personas y me toc¨® acudir en la lancha a rescatar a los n¨¢ufragos. A¨²n veo esa imagen muchas veces, como esa gente gritaba en el agua pidiendo auxilio. No obstante, por suerte, aunque llevo varios a?os atendiendo a inmigrantes, he visto pocos cad¨¢veres. Pero en aquella ocasi¨®n, al volver, un hombre llorando amargamente contaba a los traductores que hab¨ªa perdido a su mujer y su hija en el naufragio. No pod¨ªa hablar y se abraz¨® a m¨ª. Fue impactante.
P. ?Qu¨¦ suelen contar los inmigrantes al llegar?
R. No suelen contar mucho porque vienen muy cansados, pero normalmente hablan m¨¢s de las expectativas que tienen que de lo que han pasado para llegar. Hay muchos que conocen la situaci¨®n en la que se encuentran aqu¨ª los inmigrantes, por referencias de familiares y amigos. Pero dicen que a pesar de todo, les merece la pena abandonar sus pa¨ªses y sus vidas, porque aqu¨ª [en Europa] siempre van a estar mejor. Dicen que les compensa m¨¢s vivir aqu¨ª pobres que en sus pa¨ªses.
P. ?Ha mantenido alg¨²n contacto posterior con inmigrantes a los que haya atendido?
R. S¨ª, muchas veces. Tuvimos aqu¨ª un colaborador subsahariano que pas¨® a Ceuta y tras venir a Tarifa se hizo voluntario de Cruz Roja. Hace poco se fue y mantenemos el contacto por correo.
P. ?Llega a entender por qu¨¦ se juegan la vida de esta manera tan peligrosa?
R. Hay que ponerse en su lugar. Verse en sus circunstancias. Hay veces que desde nuestra posici¨®n, mucho m¨¢s c¨®moda, no lo entiendes, pero cuando hablas con ellos, te das cuenta de que todo lo hacen porque necesitan buscarse la vida, tienen que encontrar otra manera de sobrevivir.
P. ?Cree que en otros puntos de Espa?a, de Europa, se conoce verdaderamente el fen¨®meno de la inmigraci¨®n?
R. No. Realmente se sabe que los atendemos pero no deja de ser una mera estad¨ªstica que dan los medios de comunicaci¨®n. Hay que estar dentro y saber que cada uno de esos n¨²meros es una persona, una familia que deja todo para enfrentarse a algo desconocido para ellos. Hasta que no les das una manta y les ves el rostro no se conoce de verdad lo que es este fen¨®meno.
P. ?Cu¨¢l ha sido la atenci¨®n m¨¢s llamativa de estos a?os de trabajo como voluntario de Cruz Roja?
R. Sobre todo cuando hemos tenido embarcaciones con casi 70 personas, porque los primeros momentos generan mucha tensi¨®n. Impacta.
P. ?En este tiempo, habr¨¢ vivido muchas an¨¦cdotas?
R. Much¨ªsimas, pero me quedo con el d¨ªa en que nos dimos cuenta de que hab¨ªa un inmigrante al que en pocos d¨ªas hab¨ªamos atendido hasta cinco veces. Tras ser rescatado la primera vez fue devuelto a Marruecos. En aquella ocasi¨®n, lo atendimos de dolores de cabeza y en un costado. A los cuatro d¨ªas, mi compa?ero y yo nos miramos y nos preguntamos: ¡°?a este, ya le hemos atendido?¡±. Abandon¨® nuestras instalaciones y poco despu¨¦s volvi¨® a ser rescatado en otra patera y se re¨ªa al pedir que le atendi¨¦semos de lo mismo. Le preguntamos y nos cont¨® que hab¨ªa intentado entrar en Espa?a en cuatro ocasiones, que su compa?ero de viaje ya hab¨ªa logrado quedarse en nuestro pa¨ªs a la tercera y que volver¨ªa a hacerlo. A la quinta ser¨ªa la vencida. Le perdimos la pista.
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