Un Born espectacular
M¨¢s de 40.000 personas ya han visitado el centro cultural abierto el mi¨¦rcoles Quim Torra defiende el papel del nuevo equipamiento cultural en La Ribera
Desde el 11 de septiembre en Barcelona no hay un equipamiento cultural tan moderno como el Barcelona Centro Cultural (BCC). Moderno por ser el ¨²ltimo en abrir y por los medios y ¨²ltimas tecnolog¨ªas museogr¨¢ficas que se han empleado. Nacido para explicar la Barcelona del siglo XVIII y para gloria de los hechos ocurridos en 1714, en los cuatro primeros d¨ªas de apertura, ya ha superado las 40.000 visitas, ya que el primer d¨ªa, coincidiendo con la Diada, pasaron 23.000 personas.
?A media ma?ana de ayer los pasillos que rodean el enorme yacimiento de 8.000 metros cuadrados estaban a rebosar y las colas para acceder a las dos exposiciones eran enormes. Hasta el d¨ªa 29 la entrada es gratis. A partir de esa fecha se tendr¨¢ que pagar solo por pasearse por los restos arqueol¨®gicos y las exposiciones. Entrar y cruzar el recinto siempre ser¨¢ gratis.
Se respira algo de sacralidad y misticismo debajo de la estructura de metal creada por Fontser¨¦ en 1876 y que fue mercado hasta 1971. Ser¨¢ por su planta eclesi¨¢stica de cruz latina, ser¨¢ por la historia que aqu¨ª se cuenta. El caso es que las personas que lo visitaban ayer, de forma ordenada le¨ªan y comentaban en voz baja los paneles en los que se explica de forma sint¨¦tica aspectos del BCC, como la Guerra de Sucesi¨®n, el Rec Comtal, algunas de las impresionantes casas, los Juegos y las aficiones de la Barcelona de 1700, c¨®mo se construy¨® el mercado y la larga pol¨¦mica que se vivi¨® hasta que se decidi¨® conservar los restos y destinarlos a centro cultural.
El p¨²blico que visit¨® el Born Centre Cutural (BCC) ayer por la ma?ana era de lo m¨¢s variado. Desde familias con ni?os, que no paraban de pedir a sus padres bajar a los restos arqueol¨®gicos para "pelear" entre las piedras, sin imaginar la cruenta batalla que all¨ª se vivi¨® hace tres siglos, hasta ancianos, como Agust¨ªn y Natividad, un matrimonio de Sant Andreu, que no hab¨ªan dudado en cruzar Barcelona para no perderse la visita. ¡°He trabajado 70 a?os en el taxi y conozco el Born muy bien, ten¨ªamos muchas ganas de visitarlo despu¨¦s de tantos a?os cerrado¡±, comentaba Agust¨ª junto a la entrada. Lo mismo comentaban In¨¦s y Amalia, dos amigas que hab¨ªan decidido aprovechar la ma?ana para ¡°hacer cultura¡±. ¡°Es un sitio ¨²nico. Estamos felices de tener un edificio as¨ª en Barcelona y de poder entrar por fin¡±, comentaba In¨¦s.
El Born no es un ob¨²s en el barrio¡± Quim Torra
Como el resto de los visitantes, tuvieron que conformarse con deambular por los pasillos y ver los restos desde arriba y visitar las dos exposiciones. Como Barcelona 1700. De les pedres a les persones, en la que se muestran 1.800 objetos recuperados en la excavaci¨®n colocados como si el visitante entrara en un moderno almac¨¦n con urnas de cristal. Para sentir la emoci¨®n de pasear por las calles y acceder a las casas que fueron derrumbadas tras el 1714 habr¨¢ que esperar a octubre.
Quim Torra, el director del BCC que tom¨® las riendas del proyecto hace justo un a?o proveniente del mundo editorial, no ocultaba su satisfacci¨®n por el ¨¦xito de convocatoria. El ha acu?ado la famosa frase de que el Born es ¡°la zona cero de los catalanes¡±. ¡°Aqu¨ª termin¨® todo en 1714 y aqu¨ª comenz¨® una nueva etapa. Este es un s¨ªmbolo extraordinario de represi¨®n¡±, explica Torra convencido de que el BCC ser¨¢ fundamental para la recuperaci¨®n de la memoria y de la historia de Catalu?a. ¡°Estamos orgullosos de ser el centro de los actos durante los tres primeros meses del Tricentenario, algo que nos permitir¨¢ mostrar nuestras cartas¡±, asegura. Pese a la cantidad de p¨²blico que se espera en los pr¨®ximos meses y que puede alcanzar las 400.000 visitas anuales, a Torra le preocupa lo que vendr¨¢ despu¨¦s: ¡°El Born en 2018, cuando haya pasado este festival¡±, aunque reconoce que no se ve en la direcci¨®n del BCC m¨¢s all¨¢ de dos o tres a?os. ¡°Es un cargo pol¨ªtico¡±.
Batalla ganada
El debate sobre la necesidad de conservar o no los restos de la Barcelona desaparecida en 1714, recuperados durante los trabajos arqueol¨®gicos de 2001 previos a la construcci¨®n de la Biblioteca Provincial de Barcelona, dividi¨® a la sociedad barcelonesa y a los medios de comunicaci¨®n de esta ciudad.
Tras desvelar EL PA?S en enero de 2002 la existencia de los restos, se encendi¨® el debate entre los partidarios de acabar con los restos (como se hab¨ªa hecho a?os antes con la construcci¨®n de un aparcamiento) o de que cohabitaran con la biblioteca y de los que, por el contrario, como este diario, capitaneados por los maestros Agust¨ª Fancelli y Catalina Serra, defendieron su recuperaci¨®n. En octubre de 2002, Joan Clos, alcalde entonces, decidi¨® que la biblioteca se har¨ªa fuera del Born y que los restos tendr¨ªan una nueva vida. Batalla ganada y vida que ahora, con la apertura del Born Centre Cultural, comienza a andar.
En referencia a la carga pol¨ªtica que destila el nuevo centro. Torra, nacionalista convencido, asegura que ¨¦l no es historiador, pero que en el BCC se siguen las directrices de la historiograf¨ªa catalana. Y cita nombres como los de Alberto Garc¨ªa Espuche, el alma del proyecto que tanto ha investigado los restos, y de expertos como Joaquim Albareda, catedr¨¢tico de Historia de la UPF, Agust¨ª Alcoberro, director del Museo de Historia de Catalu?a y Borja de Riquer, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. ¡°Sus estudios son los referentes, lo que pasa es que se tiende a politizarlo todo¡±, explica.
Seguro que estos especialistas no calificar¨ªan, como ocurre en varias ocasiones durante el recorrido, de ¡°tropas espa?olas¡± al ej¨¦rcito borb¨®n que luch¨® a las ¨®rdenes de Felipe V, frente a las catalanas y que acabaron sometiendo a la ciudad. Ocurre en la explicaci¨®n de la historia del pend¨®n militar de santa Eul¨¤lia y en los r¨®tulos del impresionante v¨ªdeo que acompa?a el asedio de la ciudad que explica con todo lujo de detalles la batalla final.
Impresionantes son las representaciones dramatizadas grabadas del asedio y de la guerra ¡ªen un momento el visitante est¨¢ literalmente en medio del fuego cruzado de los soldados¡ª que hacen al visitante vivir en primera persona el conflicto. No es de extra?ar que tras el recorrido, en el libro de visita, muchas de las firmas est¨¦n acompa?ados de frases contra los borbones, a favor de la independencia y contra Espa?a.
Otro de los frentes que tiene abiertos el nuevo equipamiento es su encaje en el barrio, ya que han sido muchos los vecinos que han mostrado su oposici¨®n por el giro que puede tomar la zona tras la apertura al p¨²blico, temiendo que se pueda convertir en un lugar solo para turistas. El Born no es un ob¨²s en el barrio¡±, argumenta Torra. ¡°Est¨¢ muy relacionado con La Ribera, y ya hemos preparado varias iniciativas con la implicaci¨®n de los vecinos¡±. Torra se lamenta por la cacerolada que se vivi¨® el pasado lunes, durante la presencia de las autoridades. ¡°Fue terrible e injusta¡±. Jordi es uno de los vecinos que vive en la calle Fusina, al lado del BCC. Ayer, junto a su compa?era, desayunaban en el 300, la nueva cafeter¨ªa que Moritz ha abierto en su interior, en el que se pueden comer un platillo dels menuts de Felipe V, un rosti del basti¨® de Sant Antoni o barretinas de crema, entre otras originales propuestas. ¡°No estamos en contra del nuevo Born, pero si de lo que va a generar si el ayuntamiento no lo impide, sobre todo el ruido y la falta de aparcamiento, ya que se han eliminado muchas plazas¡±. Jordi lamenta la falta de tacto de las autoridades que el lunes no dudaron en ocupar la plaza con sus coches oficiales en el mismo lugar donde a ellos los multan.¡±Hab¨ªa m¨¢s de 30 veh¨ªculos. Es un tema muy delicado¡±.
La otra lucha con la que tiene que enfrentarse Torra y su equipo es la del conocimiento. Ayer durante la visita una persona le coment¨® a su acompa?ante que ¡°en este momento lo que m¨¢s se llevaba eran los ba?os termales¡±, confundiendo los restos del Born por otros romanos de 18 siglos antes.
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