Hipotecado con Rajoy

El a?o pasado el Gobierno, que preside Mariano Rajoy, facilit¨® cr¨¦ditos por importe de 10.834 millones de euros al Consell que dirige Alberto Fabra. Una financiaci¨®n extraordinaria enorme en comparaci¨®n con el presupuesto de la Generalitat de 2012, cifrado en 13.769 millones de euros.

Ese ingente chorro de dinero ha servido para mantener los servicios fundamentales de una Administraci¨®n quebrada, aunque ha tenido una consecuencia indeseada para el presidente de la Generalitat. A medida que el Ministerio de Hacienda insuflaba ox¨ªgeno a las arcas de la Administraci¨®n valenciana, asfixiaba el proyecto pol¨ªtico de Fabra. Un presidente con enormes dificultades para mantener el discurso reivindicativo de sus antecesores y consolidar internamente su liderazgo.

El ¨²ltimo episodio, y no el menor, ha tenido lugar esta misma semana. Fabra se ha visto obligado a aplazar, por tercera vez y sin fecha, la tramitaci¨®n en el Congreso de los Diputados de la reforma del Estatut, aprobada por las Cortes en 2011 sin votos en contra.

De no haberlo hecho, su propio partido habr¨ªa rechazado la tramitaci¨®n de la reforma del Estatut. ?Por qu¨¦? Porque la reforma pendiente consiste en una disposici¨®n adicional copiada del Estatuto de Andaluc¨ªa en la que se reclama al Estado que haga durante siete a?os una inversi¨®n en la Comunidad Valenciana acorde con el porcentaje de poblaci¨®n. Una disposici¨®n que el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, no quiere aceptar, ni como adorno.

Y es que los intentos del jefe del Consell por mejorar la financiaci¨®n auton¨®mica y lograr un mejor trato del Gobierno han sido vanos. As¨ª, Fabra se ha tenido que conformar, por ahora, con el aval de Hacienda para endeudarse en 2013 en 900 millones de euros adicionales para afrontar los pagos y con la decisi¨®n del Ministerio de Fomento de impulsar, con la construcci¨®n de un tercer ra¨ªl, el corredor ferroviario mediterr¨¢neo.

Las exigencias de financiaci¨®n y trasvases han resultado tocadas

El problema estriba en que los reveses del discurso reivindicativo de Fabra son mayores que los aciertos. En sus dos a?os de mandato, los populares valencianos se han visto desautorizados de manera repetida, incluso en los temas que el jefe del Consell se anota como m¨¦rito.

Antes de lograr el apoyo para el tercer carril, el Gobierno valenciano tuvo que ver c¨®mo la ministra de Fomento, Ana Pastor, votaba en Bruselas en contra del plan transeuropeo que da prioridad al corredor mediterr¨¢neo, por no incluir el central. Y el d¨¦ficit asim¨¦trico, que el Consell esgrime como una victoria, tan solo ha sido posible tras la negativa de Montoro a modificar el sistema de financiaci¨®n auton¨®mica antes de 2015.

No han sido los ¨²nicos sapos que ha tenido que tragar la Generalitat. El propio Fabra prometi¨®, en sede parlamentaria, que enmendar¨ªa los presupuestos generales del Estado de 2013 en 144 millones de euros para mejorar la inversi¨®n en la Comunidad Valenciana ¡ªque se ha reducido notablemente desde que gobierna Rajoy¡ª. Pero el Ministerio de Hacienda y el Grupo Popular en el Congreso rechazaron todas las enmiendas propuestas por Fabra, mientras daban cobertura en las cuentas del Estado a las demandas de otros dirigentes del PP, como la aragonesa Luisa Fernanda Rudi.

El dinero ha sido, sin duda, la cuesti¨®n que m¨¢s veces ha dejado en evidencia al Ejecutivo auton¨®mico. Tanto en pleno como en comisi¨®n, el PP ha rechazado en el Congreso dos iniciativas en las que se ped¨ªa mejor financiaci¨®n para la Comunidad Valenciana en los mismos t¨¦rminos que los aprobados por las Cortes. Y Fabra se ha visto obligado a aplazar, tambi¨¦n por dos veces, la tramitaci¨®n en las Cortes generales de una proposici¨®n de ley del Parlamento valenciano en la que se ped¨ªa una reforma de la ley org¨¢nica de financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas.

El Consell ha tenido que enterrar en Madrid varias de sus l¨ªneas argumentales. Los permisos a las prospecciones petrol¨ªferas frente a L¡¯Albufera no se han revocado. El IVA reducido se ha suprimido para Fallas y las Hogueras, que han sufrido inspecciones fiscales espec¨ªficas, y la pol¨ªtica de trasvases ha quedado supeditada a los planes de cuenca impulsados por el Gobierno. Tanto que el pasado mes de julio, la Generalitat vot¨® a favor de un plan de cuenca del Ebro, que da satisfacci¨®n a Navarra y Arag¨®n, pero en la que no hay ni una referencia a un posible trasvase hacia el sur.

Adem¨¢s, el Consell ha tenido que aceptar un nuevo plan de cuenca del Tajo, que dificulta los trasvases al Segura. Una situaci¨®n que el ministro de Agricultura, Miguel Arias Ca?ete, ha intentado compensar a Murcia y a la Comunidad Valenciana con un memorando, sin valor reglamentario, donde se compromete a mantener las transferencias al Segura.