Fabra ante el espejo de Rajoy

Si algo qued¨® claro en el debate de pol¨ªtica general es que Alberto Fabra reh¨²ye liderar un frente valenciano ante el Gobierno de Mariano Rajoy. El presidente de la Generalitat no quiere mirarse en ese espejo. Lo f¨ªa todo a la revisi¨®n ordinaria del sistema de financiaci¨®n auton¨®mica prevista para 2015 y a las gestiones entre administraciones gobernadas por el PP, un terreno en el que no se ha caracterizado por su protagonismo. Aunque asume que la Generalitat est¨¢ mal financiada, ¡ªcomo es ya casi un t¨®pico de la pol¨ªtica local que ha justificado con datos en su reciente informe la comisi¨®n de expertos de las Cortes Valencianas¡ª, el jefe del Consell recurre a proclamaciones de intenciones.

¡°No he mirado ni mirar¨¦ las siglas del Gobierno de Espa?a para exigir lo que es justo¡±, dijo, en una percepci¨®n sesgada de la asimetr¨ªa con la que el PP valenciano exhibi¨® el victimismo cuando se enfrentaba al socialista Rodr¨ªguez Zapatero y la celeridad con que enfunda el furor reivindicativo ante su l¨ªder Rajoy. ¡°No permitir¨¦ que se nos trate de manera desigual¡±, a?adi¨®. ¡°Estoy seguro de que la determinaci¨®n y constancia de todo el pueblo valenciano ser¨¢n finalmente decisivas para alcanzar nuestro objetivo, que no es otro que recibir la financiaci¨®n que nos corresponde¡±.

Sin embargo, en la veintena larga de propuestas que los servicios de Presidencia de la Generalitat facilitaron a los periodistas al t¨¦rmino del discurso, no hab¨ªa ni una referida al problema de la financiaci¨®n auton¨®mica. Es verdad que el PP intentaba buscar apoyos del resto de grupos para aprobar hoy otra resoluci¨®n un¨¢nime de la C¨¢mara auton¨®mica. Pero la maniobra, por reiterada, ya no tiene sabor, ni color, ni sentido. Lo comentaba el secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, en los jardines del complejo de las Cortes en el receso tras la intervenci¨®n de Fabra. ¡°Ya no es aqu¨ª, en Valencia, donde hay que hacer esas manifestaciones, sino en Madrid¡±.

En el intercambio con los portavoces de la oposici¨®n, Fabra estuvo a la defensiva al afrontar las chanzas sobre sus relaciones con el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro. Con la financiaci¨®n auton¨®mica se le ve inc¨®modo, lejos de encabezar ante el Estado una reivindicaci¨®n de envergadura hist¨®rica, y de jugarse el tipo en el intento. Fabra hizo un ejercicio de voluntarismo y quiso ver un cambio de ciclo. ¡°Las cosas empiezan a ir mejor¡±, asegur¨®. Puig le puso la cara de ¡°un proyecto finiquitado¡±. Lo que qued¨® claro es que Fabra no quiere asomarse al espejo de Rajoy. Tal vez para no comprobar que su estatura pol¨ªtica contradice su esbeltez personal.