El marqu¨¦s perplejo
Produce tristeza ver a todo un premio Nobel como Vargas Llosa compartir tesis con el columnismo mesetario m¨¢s cerril
El pasado domingo le¨ªmos sin sorpresa y con tristeza en EL PA?S el dur¨ªsimo alegato de Mario Vargas Llosa contra la aspiraci¨®n independentista hoy floreciente en Catalu?a. Sin sorpresa, porque hace ya muchos a?os que el escritor arequipe?o puso en el punto de mira de su afilada pluma todos aquellos aspectos de la evoluci¨®n sociopol¨ªtica catalana que tienden a reafirmar la identidad nacional de este pa¨ªs. Pero con cierta tristeza de ver a todo un premio Nobel compartir tesis con el columnismo mesetario m¨¢s cerril, e invocar contra el nacionalismo argumentos pretendidamente universales y gen¨¦ricos que, de hecho, s¨®lo le sirven para abominar del nacionalismo catal¨¢n, de ning¨²n otro.
Sostiene as¨ª el marqu¨¦s de Vargas Llosa que ¡°pertenecer a una naci¨®n no es ni puede ser un valor (...), porque creer que s¨ª lo es deriva siempre en xenofobia y racismo¡±. Entonces Roosevelt, Churchill, De Gaulle, Kennedy, Havel, Mandela, Obama y todos los dem¨¢s l¨ªderes democr¨¢ticos del siglo XX que han apelado al sentimiento nacional de sus respectivos compatriotas, a su orgullo, a su movilizaci¨®n, a su unidad, a su esp¨ªritu de sacrificio..., ?eran unos xen¨®fobos y unos racistas redomados, unos opresores de la libertad individual? ?Qui¨¦n nos lo iba a decir!
Pero, del art¨ªculo del novelista hispano-peruano, hay un punto concreto en el que quisiera centrar mi atenci¨®n, porque el autor parece extraer de ¨¦l una especial autoridad para pontificar sobre qu¨¦ le conviene y qu¨¦ no a Catalu?a. Es la vieja cantilena del ¡°viv¨ª casi cinco a?os en Barcelona¡± ¡ªde hecho apenas cuatro, entre el verano de 1970 y julio de 1974¡ª ¡°y en todo ese tiempo creo que no conoc¨ª a un solo nacionalista catal¨¢n. Los hab¨ªa, desde luego, pero eran una minor¨ªa burguesa y conservadora...¡±.
Es harto sabido que el talento literario, ni siquiera el premio Nobel, no garantizan el acierto ni la coherencia pol¨ªticas
Vayamos por partes. En primer lugar, est¨¢ ese peque?o detalle llamado franquismo. Tal vez Vargas Llosa no lo sepa, pero la dictadura no s¨®lo amordazaba las libertades individuales, sino tambi¨¦n las colectivas: la exhibici¨®n de la bandera, el uso p¨²blico e institucional de la lengua, la reivindicaci¨®n del autogobierno... Ese tipo de demandas pod¨ªan resultar invisibles para un for¨¢neo, sobre todo si no se acercaba a los c¨ªrculos pertinentes. Y parece obvio que el autor de La casa verde no lo hizo.
Lo cual nos lleva a la cuesti¨®n de cu¨¢l fue el ambiente barcelon¨¦s de Vargas Llosa, qui¨¦nes los gu¨ªas nativos que le explicaron Catalu?a. Porque si, como le ha sucedido estos ¨²ltimos lustros, fueron gu¨ªas del modelo Vidal-Quadras, entonces ya se entiende que no conociera a ning¨²n nacionalista ni calibrarse la importancia de la cuesti¨®n nacional. Y bastante de eso sucedi¨®, a juzgar por los nombres de algunos de sus ¡°amigos progres y antifranquistas¡±.
Pero a¨²n as¨ª cuesta creer que, tras haber asistido por unas horas al encierro de intelectuales de diciembre de 1970 en Montserrat, Vargas Llosa no supiera que el manifiesto finalmente aprobado all¨ª inclu¨ªa entre sus reivindicaciones ¡°los derechos de los pueblos y naciones que forman el Estado espa?ol, inclu¨ªdo el derecho de autodeterminaci¨®n¡±. O que nadie le contase que, un a?o despu¨¦s, una de las cuatro demandas fundacionales de la Assemblea de Catalunya hac¨ªa referencia al ¡°pleno ejercicio del derecho de autodeterminaci¨®n¡±. ?Nunca oy¨® hablar de Jordi Carbonell, de Josep Benet, de Josep Pallach, de los j¨®venes comunistas e independentistas del PSAN? ?O es que, para la gauche divine entre la que se mov¨ªa, esos tambi¨¦n eran burgueses y conservadores?
En fin, es harto sabido que el talento literario, ni siquiera el premio Nobel, no garantizan el acierto ni la coherencia pol¨ªticas. Si fuese menester una prueba, la m¨¢s contundente la dar¨ªan los movimientos zigzagueantes de Mario Vargas Llosa por el damero ideol¨®gico latinoamericano. Panegirista inicial de la revoluci¨®n cubana, favorable al nacionalismo de izquierdas del general Velasco Alvarado, luego palad¨ªn del liberalismo, en 2011 dio un apoyo tal vez decisivo a la elecci¨®n presidencial de Ollanta Humala, l¨ªder fundador del... ?Partido Nacionalista Peruano!
Al parecer, tambi¨¦n en esto del nacionalismo hay clases.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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