¡°No quiero seguir viviendo del Ayuntamiento, necesito trabajar¡±
Los subsaharianos del Poblenou denuncian las dificultades para obtener sus papeles El Ayuntamiento descarta ahora la cooperativa pero insiste en que no dejar¨¢ a nadie sin techo La empresa no ser¨ªa rentable por los impuestos y las medidas de seguridad, alega el consistorio
Hace poco m¨¢s de dos meses que las autoridades, por orden judicial, desalojaron la nave industrial abandonada de la calle de Puigcerd¨¤, en el barrio barcelon¨¦s del Poblenou. Ese d¨ªa, el alcalde Xavier Trias (CiU) asegur¨® que ninguna de las casi 200 personas que all¨ª viv¨ªan y trabajaban ¡ªque en su mayor¨ªa se dedicaban a recoger chatarra por la ciudad en carritos de s¨²per¡ª se quedar¨ªa sin techo. Aunque el albergue y las ayudas entregadas por el Consistorio no han estado exentas de cr¨ªticas, muchos de los desalojados las han aceptado, a la espera de resolver su situaci¨®n legal. Pero el tiempo pasa y ellos lo ven como un callej¨®n sin salida. ¡°No quiero seguir viviendo del Ayuntamiento, necesito trabajar¡±, asegura Faith, una nigeriana de 28 a?os, con un peque?o, que vive en un piso de la Cruz Roja con otra mujer y sus dos ni?os.
Cierto sentimiento de frustraci¨®n se puede leer en los rostros de algunos de los subsaharianos. Younouss, de 33 a?os, trabajaba de lampista en su natal Senegal. De hecho, fue ¨¦l quien instal¨® el sistema el¨¦ctrico en su antiguo hogar en la calle Puigcerd¨¤, donde almacenaba la chatarra que le daba su sustento. ¡°Preferir¨ªa la nave, porque ahora no tengo trabajo. All¨ª no estaba bien por el tema de la higiene, pero viv¨ªamos en armon¨ªa¡±, comenta. ?l es una de las 192 personas alojadas en pensiones y pisos por los Servicios Sociales, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Consistorio. De ellas, 172 viv¨ªan en la bodega abandonada, las otras 20 provienen de otros asentamientos de la ciudad.
¡°Aqu¨ª nos dan techo y desayuno, pero eso no soluciona nuestro problema. Est¨¢n gastando un dinero que se podr¨ªa invertir en habilitar un sitio para que podamos ganarnos la vida¡±, se lamenta el lampista. El plan habilitado por el Consistorio les ofrece tambi¨¦n itinerarios de reinserci¨®n laboral, pero con la condici¨®n de que logren regularizar su situaci¨®n. M¨¢s de la mitad son sinpapeles.
Los vecinos abren una cuenta bancaria para pagar tr¨¢mites en el extranjero
Lograr tramitar los documentos no es una labor sencilla. Durante el verano, muchos de los subsaharianos se encontraron con dificultades para poder iniciar los tr¨¢mites del arraigo, paso previo para poder presentarse en la Subdelegaci¨®n de Gobierno, donde se estudian los casos de Extranjer¨ªa. La insistencia de la Red de Apoyo a los Asentamientos y de otras instituciones que les ha ayudado durante todo este tiempo logr¨® poner de acuerdo a la Generalitat y al Ayuntamiento para tramitar los expedientes por v¨ªa de urgencia y unificar los criterios a la hora de dar los certificados. ¡°Hasta el momento solo hemos logrado llevar un paquete de 10 solicitudes a Extranjer¨ªa¡±, explica Manel Andreu, l¨ªder vecinal del Poblenou. A¨²n no hay respuesta y desde el Gobierno central dicen que cada caso se tratar¨¢ individualmente.
El principal escollo es que de los afectados no tienen la capacidad econ¨®mica para pagar su certificado de penales, que tiene que ser expedido en su pa¨ªs de origen y ser traducido. La Red ha habilitado una cuenta bancaria para que los interesados hagan sus aportaciones y as¨ª lograr sufragar las gestiones, que en algunos casos pueden superar hasta los 300 euros.
Cada martes y jueves, en el edificio de La Flor de Maig, los afectados reciben asesor¨ªa jur¨ªdica para poder presentar su documentaci¨®n. Pero la espera es larga y aunque el Ayuntamiento dice que ayudar¨¢ con el techo ¡°el tiempo que sea necesario¡± la situaci¨®n comienza a desesperar a muchos subsaharianos. Muchos a¨²n consideran v¨¢lido el proyecto de la cooperativa o ¡°iniciativa de emprendedur¨ªa social¡± de recolecci¨®n de chatarra que el Consistorio alguna vez vendi¨® como posible soluci¨®n y despu¨¦s pidi¨® ¡°desmitificar¡±.
Solo diez personas han presentado los documentos a Extranjer¨ªa
La idea de la supuesta cooperativa fue contemplada y trabajada por el Ayuntamiento y estaba inicialmente orientada a aquellos habitantes de las naves que tuvieran sus papeles en regla. Una vez constituida, podr¨ªan emplear a algunos de sus compa?eros que no tienen documentos. Sin embargo, el proyecto se fue empantanando, a pesar del entusiasmo que despertaba entre los subsaharianos, que as¨ª lograr¨ªan dejar de estar bajo la presi¨®n de qui¨¦n les compran la chatarra.
En abril del a?o pasado, el consistorio de Trias empez¨® a estudiar el proyecto. A?o y medio despu¨¦s, el d¨ªa del desalojo, el comisionado de Inmigraci¨®n y Acci¨®n Social, Miquel Esteve (CiU), asegur¨® que la realidad del mercado har¨ªa inviable la cooperativa. El Consistorio argumenta que no ser¨ªa rentable pagando impuestos y si se implementan las medidas de seguridad necesarias. Los subsaharianos insisten que s¨ª ser¨ªa posible. ¡°No queremos paternalismos. Podemos hacerlo nosotros solos¡±, asegura Khereva, cabeza visible de los afectados.
Desde la Red tambi¨¦n creen que la soluciones que el Ayuntamiento propone ¡ªaunque al final la competencia sobre la Extranjer¨ªa sea del Estado¡ª es un parche y no van dirigidas a revindicar la ¡°dignidad¡± de los subsaharianos. Esta palabra ha sido precisamente el grito durante las protestas del colectivo en las fiestas de la Merc¨¨. ¡°Con la chatarra nos pod¨ªamos ganar hasta 15 euros al d¨ªa, ahora nada¡±, asegura Ismael, senegal¨¦s.
El cura de Sant Bernat dice que ¡°son un colectivo usado pol¨ªticamente¡±
Adams, ghan¨¦s de 38 a?os, explica que le pusieron problemas para renovar sus papeles en 2011. Termin¨® en la nave y con lo que ganaba le enviaba dinero a su familia. Tras el desalojo, le dieron pensi¨®n en Mundet y comedor en plaza de Catalunya, sin ticket de metro. De all¨ª lo echaron, asegura, porque hizo una llamada de larga distancia a su familia. Desde entonces vaga por casas de amigos y conocidos. ¡°?Suerte? Tengo suerte. He venido por mar y no me he muerto. Pero no se puede vivir del favor de tus amigos¡±, protesta.
La iglesia de Sant Bernat Calb¨®, en el Poblenou, sigue siendo el sitio de reuni¨®n de los subsaharianos. Su p¨¢rroco Francesc Romeu les permiti¨® refugiarse all¨ª por unos d¨ªas despu¨¦s del desalojo. Hace dos semanas, en una entrevista a El Punt-Avui, el sacerdote asegur¨® que ¡°son un colectivo utilizado pol¨ªticamente¡±. La declaraci¨®n pone el dedo en la llaga en el enfrentamiento entre el Gobierno de Trias y la oposici¨®n por la gesti¨®n de este conflicto. Nadie se siente aludido y Romeu no especifica a qui¨¦n se refiere.
La problem¨¢tica de las naves industriales ocupadas se remonta a hace m¨¢s de seis a?os, cuando a¨²n gobernaban socialistas y ecosocialistas en la ciudad. El l¨ªder de ICV, Ricard Gom¨¤, critica la fuerza utilizada en los desalojos y recuerda que durante de su mandato solo se produjo uno. Desde CiU consideran que las ayudas ofrecidas a los subsaharianos superan lo hecho por sus predecesores.
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