El juez imputa a dos guardias civiles por torturar a un islamista detenido
Mrabet fue condenado, y luego absuelto, por ayudar a enviar combatientes a Irak
La justicia ha atendido la petici¨®n del marroqu¨ª Mohamed Mrabet para que se investigue si fue v¨ªctima de torturas durante su detenci¨®n como presunto integrante de una c¨¦lula islamista que enviaba muyahidines a Irak. La Audiencia de Madrid ha ordenado que se cite a declarar, como imputados, a dos agentes de la Guardia Civil que le custodiaron durante las 72 horas que dur¨® el arresto. Los magistrados consideran que los guardias pudieron haber ejercido ¡°presiones psicol¨®gicas¡± sobre Mrabet para ¡°obtener su confesi¨®n o informaci¨®n¡±, seg¨²n el auto al que ha tenido acceso EL PA?S.
Mrabet fue condenado a siete a?os de c¨¢rcel ¡ªy posteriormente absuelto¡ª por pertenecer a una organizaci¨®n terrorista que, desde Vilanova i la Geltr¨² (Garraf) ayudaba a enviar combatientes al Irak ocupado. La operaci¨®n chacal se desarroll¨® en 2006 y llev¨® al banquillo a cinco personas. Todas ellas fueron finalmente exculpadas porque el Tribunal Supremo dict¨®, en 2011, la nulidad de la mayor¨ªa de pruebas. El alto tribunal traslad¨® la sentencia a la fiscal¨ªa ante las sospechas de que los detenidos hab¨ªan sufrido torturas.
La querella de Mrabet es la ¨²nica que ha prosperado y que sigue viva para aclarar los hechos. El hombre, que ha decidido poner tierra de por medio y ha regresado junto a su esposa a su ciudad natal, T¨¢nger, denunci¨® que fue golpeado durante el traslado a Madrid y humillado en las dependencias policiales. Seg¨²n su relato, los agentes ¡°le obligaban a permanecer de pie en la habitaci¨®n y a hacer flexiones, control¨¢ndole mediante c¨¢maras, dando golpes en la puerta para impedirle dormir¡±. Los polic¨ªas le insultaron, se mofaron del islam y amenazaron ¡°con enviar a su mujer e hijos a su pa¨ªs de origen¡±, recoge la denuncia, elaborada por el abogado Jaume Asens.
Los magistrados de la Secci¨®n Primera de la Audiencia de Madrid se?alan que esas supuestas presiones pudieron servir para ¡°obtener su confesi¨®n o informaci¨®n¡± o bien, para ¡°castigarle por su sospechosa implicaci¨®n en un delito de terrorismo¡±. Su situaci¨®n incomunicada pudo causarle ¡°sufrimientos mentales¡± e incluso ¡°atentar contra su integridad moral¡±, lo que podr¨ªa constituir un delito de torturas.
El juez de instrucci¨®n hab¨ªa archivado la causa porque un informe del instituto armado precis¨® que en la detenci¨®n y custodia ¡°se observaron escrupulosamente todos los preceptos legales¡±. El auto le obliga ahora a reabrirla y a citar, como imputados, a dos guardias. Los magistrados, no obstante, archivan definitivamente la segunda parte de la querella de Mrabet, en la que relataba que diversos agentes le propinaron golpes en la cabeza.
Mrabet, 44 a?os, estuvo casi un a?o en prisi¨®n por esos hechos. Regentaba una carnicer¨ªa en Vilanova y presid¨ªa la asociaci¨®n que gestiona la mezquita Alkurfan. La sentencia de la Audiencia Nacional concluy¨® que estaba integrado en una que quer¨ªa manejar explosivos para preparar atentados en Europa. Para ello, desviaba los fondos que recaudaba la mezquita. En un altillo de su casa se hallaron textos yihadistas notas manuscritas en las que detallaba c¨®mo contactar, desde Damasco, con las redes de acogida de activistas para penetrar en Irak. Adem¨¢s, dio trabajo y acogi¨® a un argelino que muri¨® en un ataque suicida contra las tropas italianas desplegadas en Nasiriya.
El Supremo anul¨® las pruebas clave ¡ªlas declaraciones, porque se obtuvieron baja tortura; y las llamadas telef¨®nicas, porque se hicieron sin tutela judicial¡ª y les absolvi¨®a todos.
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