Las bo?igas de Imperioso
Marbella fue durante un tiempo un s¨ªmbolo de la corrupci¨®n, ese monstruo que est¨¢ socavando los pilares de la democracia en Espa?a
Fue concluir el presidente del Tribunal de M¨¢laga la lectura de la sentencia del caso Malaya, y acordarme de inmediato de Imperioso, el caballo de Jes¨²s Gil, ese pura raza que en 1996 encabez¨® el desfile colchonero que luci¨® por las calles de Madrid la copa y la liga ganadas por el equipo. Imperioso lleg¨® a Marbella como el principal consejero de Jes¨²s Gil y dos d¨¦cadas despu¨¦s a¨²n se est¨¢n retirando las bo?igas que ambos dejaron a su paso. Cuando Gil falleci¨®, Imperioso apenas super¨® dos a?os y medio su ausencia, aunque creo que si estuviera vivo ¡ªel caballo, no Jes¨²s Gil¡ª algunos de los imputados saldr¨ªan cabalgando por las calles de Marbella para festejar el veredicto.
No hay un fallo judicial que, dictado siete a?os despu¨¦s de que ocurrieran las primeras detenciones, sea capaz de calibrar en su totalidad lo que ocurri¨® en esta localidad malague?a. Sobre todo, porque cuando se empez¨® a investigar lo sucedido ya casi todo estaba robado y se qued¨® fuera del sumario una parte sustancial del saqueo a las arcas p¨²blicas al que fue sometido este Ayuntamiento desde la pasividad de casi todos: la Justicia, los partidos pol¨ªticos, las administraciones p¨²blicas y los ciudadanos, esos que prolongaron el asedio al dinero p¨²blico con hasta cuatro mayor¨ªas absolutas.
La sentencia es inequ¨ªvoca en los hechos. Hubo un sistema corrupto generalizado que se instaur¨® en el Ayuntamiento de Marbella por parte de los procesados y bajo el poder que ejerc¨ªa sobre todos ellos, el que fuera gerente de Urbanismo, Juan Antonio Roca. ¡°Frente al c¨²mulo de datos, de prueba documental, pericial, registros, intervenciones telef¨®nicas, testifical y de confesi¨®n de hechos practicados durante el juicio oral no puede prevalecer, en modo alguno, la negaci¨®n de los hechos¡±, sostiene el fallo judicial. Por tanto, si las penas impuestas al final est¨¢n muy por debajo de las solicitadas por la fiscal¨ªa, habr¨¢ que pensar que robar en Marbella fue mucho m¨¢s f¨¢cil que probar cu¨¢ntos fueron los que robaron.
De hecho, en el caso de los exalcaldes y exconcejales condenados, est¨¢ acreditado que recibieron dinero a cambio de facilitar el urbanismo a la carta de Roca, aunque son condenados por el tipo delictivo m¨¢s leve del cohecho por la imposibilidad de verificar individualmente que las d¨¢divas se correspond¨ªan con cada hecho delictivo. Quiz¨¢s una de las cosas m¨¢s importantes que certifica la sentencia es la de legitimar la decisi¨®n de un Gobierno en Espa?a de disolver un Ayuntamiento elegido democr¨¢ticamente ante el nivel de corrupci¨®n que alcanzaron los miembros de la Corporaci¨®n municipal.
El listado de imputados que se van sin pena ¡ªquiz¨¢s tambi¨¦n sin gloria¡ª de la sentencia del caso Malaya no es un asunto menor. La mayor¨ªa han sido absueltos de imputaciones por blanqueo de dinero, pero algunos otros se libran por la prescripci¨®n de los delitos. De la sentencia se escapa tambi¨¦n el rastro de algunas fortunas que se hicieron y de algunos entramados financieros que se crearon para poder esconder lo robado. Un dinero que se obtuvo con convenios urban¨ªsticos que permitieron levantar 30.000 viviendas donde no se pod¨ªa, rob¨¢ndole a la ciudad zonas verdes, colegios y equipamientos p¨²blicos.
Marbella fue durante un tiempo un s¨ªmbolo de la corrupci¨®n, ese monstruo que se fue extendiendo y que est¨¢ socavando los pilares de la democracia en Espa?a. Muchas de las cosas que se hicieron en esta localidad malague?a para eludir la legalidad y poder robar a manos llenas se extendieron por demasiados lugares de la geograf¨ªa espa?ola. Quiz¨¢s habr¨ªa que pensar que lo importante no son las condenas particulares, sino la sentencia en general. Esa condena global a una ¨¦poca de corrupci¨®n municipal en la que muchos creyeron que las bo?igas de Imperioso ol¨ªan a colonia.
@jmatencia
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