Un crimen escrito en una servilleta
La memoria del alcalde republicano 'Collet' de Montuiri, en un mensaje sin botella, a la deriva del azar y el tr¨¢nsito de estaci¨®n del bar Bosch
Una persona, probablemente anciana, por el estilo y el temblor de su escritura, record¨® una glosa sobre un crimen fascista de Mallorca en 1936. En una servilleta de papel fino del bar Bosch de Palma retrat¨® a los asesinos y su v¨ªctima, casi 80 a?os m¨¢s tarde. El apunte, un mensaje sin botella, qued¨® a la deriva del azar y en esa estaci¨®n sin metro que es el Bosch, cruce de citas, caf¨¦s ciertos, llagostes,bocatas y helados blancos. El 17 de agosto de 2013, el editor Basilio Baltasar hall¨® la octavilla sobre el m¨¢rmol de una mesita. La memoria sin secretos: ¡°Feixistes de Montuiri / a l¡¯infern D¨¦u vos dur¨¤ / En Collet vareu matar / que era una flor de lliri / Al m¨¦s bo de Montuiri<TH>/ el vareu assasinar¡±.
Epitafio oral de un episodio que desde?a a los matones y evoca a Collet, Joan Mas Verd, alcalde de Montuiri (1931-1936), republicano federal y de Esquerra Republicana, antimon¨¢rquico de la FUA. Ilustrado, hijo de pay¨¦s y de maestra, estudi¨®, profes¨® con los jesuitas y dej¨® la orden tras decir misa. Liberal progresista, laico, anticaciquil, se le llama ¡°el alcalde de las escuelas¡±. Las razones, obvias. Aunque es el ¨²nico edil sin lugar a¨²n para su retrato en el sal¨®n municipal. El pintor Dami¨¤ Jaume capt¨® su ausencia. Joan Mas Verd (1899-1936) public¨® en Ciudadan¨ªa, Republicano y Tribuna Libre textos que ordenan la profesora Magdalena Jaume y Pep Quetglas, excelente raro, catedr¨¢tico em¨¦rito. Ambos contextualizaron a Aurora Picornell y a otros rojos aniquilados.
El alcalde Collet fren¨® el poder arcaico de los terratenientes y el predominio civil del clero. El cura Gori Barcel¨® vio mermada su hegemon¨ªa y en 1936 dio auxilio espiritual a los dem¨®cratas fusilados en los paredones.
Collet, apresado por vecinos falangistas, fue detenido y ejecutado sin sumario. Ten¨ªa mujer y cuatro hijas, entre 10 y un a?os; la mayor, Francisca Mas Mesquida, Colleta, 86 a?os, recuerda la vida rota y su tragedia; sabe a qui¨¦n saludar y a qui¨¦n no. Explica lento, casi dicta, para que nada quede en el olvido y alguien mantenga, aun en una servilleta, la huella de esa historia.
El alcalde Mas, tras el golpe del 18 de julio, no huy¨® en barca a Menorca o Argelia; dej¨® su sitio a otro. Crey¨® ¡°yo no hice nada¡±. Se ocult¨® en el campo y regres¨® bajo la le?a de un carro y se hizo topo en el desv¨¢n de casa. Sus hijas lo desconoc¨ªan. Un vecino lo delat¨® y los fascistas se lo llevaron al Ayuntamiento, lo trasladaron a Palma. No lleg¨®, lo mataron en las afueras, en Son Pardo. Un paseo, episodio muy repetido.
La viuda rescat¨® la ropa y sus alpargatas moradas. Su esqueleto baleado y el de otros 500 insulares fueron a una fosa com¨²n. ¡°Hoyo n¨²mero 10¡±. El arquitecto sin obras Pep Quetglas ide¨® sendos memoriales en el cementerio de Palma y de Montuiri, ¡°para todos los republicanos muertos del 36 al 39 en la lucha por la libertad¡±. Collet (todos) est¨¢ referenciado en el mont¨®n de su ¨²ltimo vestuario. La estela de Montuiri, de ladrillos y baldosas, fue derribada al poco tiempo de alzarse. Una mano celebr¨® secuencias asesinas.
Una hija del alcalde rojo muerto emparent¨® con la familia de uno de los falangistas. La madre le cruz¨® la cara con la palma por su compromiso. Las dos familias por azar se evitaron. Francisca Colleta, la mayor de las hu¨¦rfanas del alcalde, desvel¨® al sobrino qui¨¦n era qui¨¦n y qu¨¦ hab¨ªa sucedido. Una vez, los azules acudieron a casa del republicano fusilado y su foto perfor¨® sus ojos. Los visitantes dieron la vuelta al cuadro ¡ªde Collet¡ª, lo condenaron cara a la pared en su propia casa.
La glosa subversiva de la servilleta es de Lloren? Capell¨¤ Batle, padre de Pere Capell¨¤, militar republicano: hombre de teatro, amigo de Collet. El viejo Batle, en la dictadura, se top¨® con uno de los falangistas que le hab¨ªa enca?onado el 36 sobre una tumba abierta, para que confesara el paradero de su hijo y otros. ¡°Em dugueren a Vilafranca / damunt d¡¯una tomba blanca / enrevoltat de matons / que se feien il¡¤lusions / de fer una Espanya santa¡±. Majoral y Balutxo bordan el relato al cante.
Notas. En Cabrera, un cu?ado y dos sobrinos del edil Collet, fueron asesinados el 36 por desaforados del capit¨¢n Bayo, vivencias escritas en paralelo por Joan Rigo y Francisca Sunyer. Un joven pariente de Collet, Joan Mas Es Moradet, identific¨® la glosa. Su padre, en los setenta, otro Collet fue compa?ero de cuitas de Basilio Baltasar en el germen de Uni¨® de Pagesos. Los j¨®venes ¨¢cratas empezaron pronto su disidencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.