Arruinados
En 18 a?os, Castedo y Luis D¨ªaz convirtieron una deuda de 63 millones de euros en otra de 202 millones
El Ayuntamiento de Alicante debe acogerse al auxilio de Hacienda para pagar sus deudas, y Sonia Castedo asegura que la medida no afectar¨¢ al bolsillo de los alicantinos. La alcaldesa de Alicante posee un estado de ¨¢nimo envidiable, pero deber¨¢ demostrarlo con los hechos. ?Puede funcionar con fluidez un Ayuntamiento que adeuda 200 millones de euros, y que debe abonar cada mes unos elevados intereses? Todos conocemos casos de empresas que lograron salir adelante en las circunstancias m¨¢s adversas. Pero estas empresas hab¨ªan fijado unos objetivos claros y establecieron un plan de acci¨®n. ?Tiene previsto el Ayuntamiento de Alicante alg¨²n plan de acci¨®n? Por el momento, las respuestas que ha dado Sonia Castedo a la cuesti¨®n no dejan de ser un simp¨¢tico repertorio de vaguedades. En 18 a?os, Castedo y Luis D¨ªaz convirtieron una deuda de 63 millones de euros en otra de 202 millones. Si, tras dos d¨¦cadas de gobierno, eso es todo cuanto han logrado, ?por qu¨¦ iban a ser las cosas diferentes en esta ocasi¨®n?
Meses atr¨¢s, la Sindicatura de Cuentas public¨® un informe alarmante sobre la gesti¨®n del Ayuntamiento de Alicante. En ¨¦l, el S¨ªndico denunciaba la falta de control interno de la Corporaci¨®n y el exceso de pagos extraoficiales. Lo l¨®gico hubiera sido considerar el informe, en aquel momento, corregir los errores que apuntaba, y elaborar un plan econ¨®mico para hacer frente al problema. Nada de eso se hizo, claro est¨¢. La ¨²nica reacci¨®n al informe del S¨ªndico de Cuentas fue la respuesta airada del concejal de Hacienda. ¡°El S¨ªndico se equivoca¡±, dijo un arrogante Juan Seva. Seis meses despu¨¦s, Seva ¡ªalgo menos orgulloso, en esta ocasi¨®n¡ª ha recurrido a Montoro para pagar las deudas.
Si Sonia Castedo fuera la alcaldesa de Alicante que cree ser habr¨ªa elaborado ¡ªa la vista de los hechos¡ª un plan de saneamiento cre¨ªble para presentarlo a los ciudadanos, es decir, a los grupos de la oposici¨®n. De ese modo, podr¨ªamos albergar alguna esperanza para el gobierno de la ciudad.
En lugar de ello, Castedo ha preferido descargar las causas de la deuda sobre las sufridas espaldas de la crisis econ¨®mica. No es refugi¨¢ndonos en lugares comunes como lograremos superar la situaci¨®n. Tiene raz¨®n Castedo cuando dice que el Ayuntamiento no puede dejar de pagar las contratas de servicios; pero calla que pod¨ªa haberlas negociado mejor en su momento. Los hechos muestran que el Ayuntamiento ha sido un mal negociador, y que los empresarios se han beneficiado de ello. Convengamos que es una extra?a manera de defender los intereses de la ciudad.
A la hora de explicar las causas que han conducido a este estado, la oposici¨®n municipal insiste en que el problema son los presupuestos. Los presupuestos que se elaboran cada a?o ¡ªafirma la oposici¨®n¡ª son ¡°ficticios, irreales y se convierten en papel mojado¡±. ¡°Ha habido a?os en que el desv¨ªo ha sido del 25%¡±. En estas condiciones, ?tiene los n¨²meros alguna utilidad? Ninguna, desde luego. Pero esta forma de elaborar los presupuestos es una consecuencia natural de la manera como se ha gobernado y se gobierna el Ayuntamiento de Alicante. La misma desorganizaci¨®n, laxitud y desinter¨¦s que muestran las cuentas municipales es la que uno percibe en cualquier asunto que afecte a la ciudad. ?Cu¨¢l ha sido la causa de esta conducta? La resumiremos en una frase: anteponer los intereses personales de quienes gobiernan a los leg¨ªtimos de los ciudadanos. Esa ha sido la historia del Ayuntamiento de Alicante en los ¨²ltimos 18 a?os.
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